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La corrupción y la necesidad de una auditoría de la deuda en El Salvador (III parte)

Carta Económica
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En el artículo anterior se realizó un análisis de la deuda y el servicio de esta con diversas variables para  demostrar el problema de liquidez que hay en El Salvador, el cual ha llegado a un nivel de deuda estructuralmente profundo y virtualmente insostenible, pero que se ha venido sosteniendo con más deuda mientras se mantiene  a la población en una presión constante de reducción de subsidios, de subir y bajar los programas sociales, sin que el Estado pueda ser un factor importante para generar empleo e inversión; además de mantener un presupuesto de carácter recesivo desde las perspectivas de crecimiento de la economía y aplicando las medidas neoliberales clásicas que recomienda el FMI.

En la actualidad, el modelo neoliberal dolarizado en El Salvador tiene intrínsecamente una creciente elasticidad de dependencia al ahorro externo, sin una fuente de generación neta de divisas, lo que marca la dinámica de endeudamiento con el exterior como el factor dominante para financiar el funcionamiento de la economía dolarizada.

En esta ocasión se analizará de forma detallada el tipo de deuda, a fin de estimar el saldo de la deuda total, lo cual ha sido un proceso de endeudamiento perverso para financiar el gasto corriente y que ha llevado al país a un círculo vicioso en el cual se contrata deuda para pagar más deuda, por lo tanto, es importante que de manera urgente se realice una auditoría de toda la deuda del país a fin de lograr disminuir esta problemática. A continuación se muestra en detalle:

Deuda adquirida de la emisión de bonos y títulos valores

Una de las fuentes de financiamiento externo a la que ha recurrido el Estado en los últimos años para resolver la problemática del gasto corriente, es la emisión de bonos colocados en el mercado de valores. Esta dinámica, conjugada con los privilegios fiscales para las transnacionales y los montos de evasión y elusión del gran capital privado, se ha expresado en la incesante necesidad de financiamiento para la operación del aparato público, que antes de la dolarización se hacía con la emisión de LETES en colones.

En particular, se han emitido un tipo especial de bono denominado Eurobono, que son valores de deuda de largo plazo negociados en  dólares, en los que el Estado se compromete a pagar a los inversionistas la cantidad nominal prestada al vencimiento, así como pagar los intereses en forma periódica a lo largo de la vida del bono. Este instrumento financiero posee una característica particular que lo vuelve atractivo en el corto plazo, pero se vuelve una trampa de endeudamiento para el emisor, en este caso el Estado salvadoreño, si los fondos frescos no son utilizados para inversiones de capital que permitan mejorar las finanzas públicas.

Actualmente el saldo de la deuda de la emisión de Eurobonos es de 5,640 millones de dólares, esto es el 34% del total de la deuda pública que asciende a 16,586 millones de dólares (sin fondo de obligaciones previsionales). Este monto repartido en 8 valores: EUROSV 2019, EUROSV 2023 (en dos tramos de emisión), EUROSV 2025 (en tres tramos de emisión), EUROSV2032, EUROSV 2034, EUROSV2035, EUROSV2041 y EUROSV2027.

Con la estructura de administración de los Eurobonos, el cupón fijo semestral implica que al vencimiento de los bonos se habrán pagado 9,351.6 millones de dólares en intereses, sin que haya ninguna reducción del capital principal, de modo que la deuda de 5,640 millones seguirá intacta. Es decir que se debe pagar más por los intereses devengados que por el principal prestado, esta es la lógica en que funciona y se sostiene el sistema capitalista. Al 31 de agosto de 2016 se han pagado 3,444 millones de dólares en intereses de los bonos vigentes. Por esta y otras razones es que se vuelve necesaria realizar una auditoría de la deuda en nuestro país.

Deuda previsional

En 1996, durante el gobierno del expresidente Calderón Sol, se aprobó la ley SAP (Sistema de Administración de Pensiones), y se contrajo el compromiso de trasladarles a las empresas privadas los fondos de pensiones acumulados en el ISSS de los cotizantes del anterior sistema de pensiones. En esa fecha el Estado se comprometió a pagar una deuda por un total de 24,043.97 millones de dólares.

En el año 2001 el Gobierno se dio cuenta de la incapacidad financiera con la que contaba para pagar el compromiso anual, ya que los primeros años erosionaron las reservas técnicas del ISSS y era inviable poder hacer esos pagos, así, en diciembre del 2001 se aprobó el decreto 664 que definía la forma de pago de los certificados de traspaso, por lo cual el Estado se ve obligado a monetizar la deuda de pensiones1.  Pero los bonos que se comenzaron a emitir a partir del año 2002 debían ser aprobados por la Asamblea Legislativa y requería el acuerdo del partido FMLN que comenzó a denunciar el problema del endeudamiento público y a condicionar su incremento. En este marco, en septiembre del 2006 se creó el decreto 100 que establece una nueva modalidad de financiamiento de obligaciones previsionales por medio de la creación de fideicomiso que le da vida a los CIP (FOP).

A partir de este decreto, los valores emitidos para cubrir los traspasos de los fondos de pensiones CIP se vuelven inconstitucionales, dado que estos no llegan para su aprobación a la Asamblea Legislativa, esto pone en riesgo los fondos de pensiones de los trabajadores y empleados del país, porque dichos valores no cuentan con la garantía del Estado. Podemos ver cómo se vuelve perverso el proceso de endeudamiento previsional ya que de esta forma se convierten en bonos que pagan altos intereses.

ADESES considera que  la deuda externa de otros sectores que es deuda de las empresas, básicamente  se debe a un mecanismo de fuga de capitales y posiblemente en algunos casos a financiamiento de proyectos, dado el alto costo del dinero en el mercado nacional, aunque se conoce que cuando se trata de créditos corporativos, que son normalmente las empresas que pueden obtener créditos en el exterior, este crédito corporativo es financieramente mucho más bajo al que normalmente obtiene una empresa o una persona en la banca local. Este incremento de la deuda de las empresas es resultado igualmente de lo que llaman la  Banca de Portafolio, que compite con la banca nacional y que no paga impuestos en El Salvador, ya que los que deberían pagar según la Autoridad Tributaria los trasladan a las empresas locales.

La deuda externa entre empresas es un endeudamiento de las filiales en el país con sus matrices, eso les permite hacer más utilidades porque se auto cobran intereses y se venden a los precios que les sean más rentables, en pocas palabras es un mecanismo claro de expatriación de capitales. En total estos tres agentes económicos tenían una deuda externa en 2015 de  6,929 millones de dólares, la cual representó el 26.8% del PIB.

La deuda país

Este análisis es necesario porque el país por estar dolarizado toda deuda al final requiere dólares, moneda que no tenemos y cada vez que necesitamos de ella tenemos que traerla de afuera, es decir que en el país toda deuda es externa, que debe pagarse con los flujos de recursos del exterior, generados por las exportaciones, remesas, donaciones del exterior o por más endeudamiento. Por otra parte, la medición de esta deuda es importante para dimensionar hasta dónde la economía nacional funciona a partir de deuda o de sus propios recursos y así medir su capacidad de pago o la posibilidad de una insolvencia o default.

Cuál era la situación de la deuda país en el año 2015 (Ver cuadro N°3), si sumamos la deuda pública total y la deuda previsional encontramos una deuda pública total de 41,250 millones de dólares, equivalente este monto al 159% del Producto Interno Bruto y 167% del Ingreso Nacional Bruto. Pero si a esta deuda se le suma la deuda externa privada, la deuda de las empresas nacionales con los bancos nacionales y la deuda de los hogares, la deuda país se incrementa a $59,293 millones de dólares, equivalente al 240% del Ingreso Nacional, lo cual demuestra la gravedad de la situación del endeudamiento del país.

Este es un nivel de endeudamiento que no tiene únicamente el problema de  insostenibilidad, sino que además la forma como se está administrando esta deuda es en la lógica de seguir alimentando esta trampa de la deuda. Esta situación es peor que la situación de Grecia, sólo Japón tiene un índice de endeudamiento mayor que nuestro país, pero en el marco de otra realidad económica. Nosotros tenemos esta deuda en una moneda que no es nuestra y Japón la tiene en yen (su propia moneda), y eso hace diferente la dimensión del problema financiero.

Es claro que el país presenta una tendencia al encarecimiento de la adquisición de nuevos préstamos, lo cual demuestra ya una alarma de tope del endeudamiento. La realidad es que no tenemos capacidad financiera para enfrentar los niveles de endeudamiento del país, estamos técnicamente en default (incapacidad de pago), situación que técnicamente ya existe, pero se disfraza con el mecanismo perverso de seguir endeudándose para pagar los intereses del servicio de la deuda.

Si a todo esto le agregamos la corrupción que ha existido y existe en algunos de los préstamos, la única salida que existe es la realización de una auditoria a fin de tener  una revisión de esta deuda para identificar y denunciar las irregularidades en la ejecución de los proyectos.

Para concluir, es importante hacer una última consideración, nuestra economía al igual que todas las economías capitalistas están en el marco de una situación de endeudamiento insostenible e impagable, como mecanismo para apalancar el sistema capitalista que se encuentra en crisis. Se ha profundizado el endeudamiento no sólo del Estado sino igual de las empresas privadas y los hogares, esto lo podemos ver reflejado en el Cuadro No.3; en El Salvador si a la deuda pública total le sumamos la deuda externa del sector privado y la deuda de los hogares y las empresas con la banca a nivel local, resulta que la economía salvadoreña ha llegado a un nivel de endeudamiento equivalente a los 56,914 millones de dólares.

Esa carga de endeudamiento expresa sencillamente que vivimos del crédito, con el agravante que el país no genera recursos externos netos por lo que la trampa de la deuda no es un tema sólo de las finanzas públicas, sino que de toda la economía en su conjunto, quedando claro de nuevo la necesidad de realizar  una auditoría de la deuda en nuestro país.

A lo largo de estos tres artículos hemos realizado un análisis detallado del tema de la deuda, incorporando diversos elementos que nos dan una aproximación real del problema en nuestro país y la necesidad de una auditoría, dado que según investigaciones que hemos elaborado, mucha de esta deuda está marcada por graves hechos de corrupción que exigen al país hacer una auditoría de la deuda, no solo pública sino que también de la deuda externa privada a partir que esta misma también posee hechos de corrupción por ser un mecanismo de evasión de impuestos y de fuga de capitales. Existen varios ejemplos de países (como el caso de Ecuador) que han hecho auditorías de la deuda, debido a que han vivido estos procesos de corrupción, y han demostrado que los funcionarios de estos países que han administrado los préstamos, así como las instituciones financieras que han otorgado dichos fondos, han tenido una complicidad en el manejo corrupto de las deudas, comprobaciones que le han permitido a los países que han hecho auditorías reducir sus deudas, al demostrarse su carácter ilegítimo e inhumano.

En las próximas entregas analizaremos algunos casos en los que demostraremos de manera clara irregularidades o hechos de corrupción que dan pie a la necesidad de que el Gobierno de El Salvador haga una auditoria de la deuda externa del país como un posible mecanismo de reducción de los niveles de deuda que ya son impagables para el Estado y la economía en su conjunto, dentro de los casos  hasta ahora analizados que presentaremos se encuentran los siguientes:

• Las diferentes emisiones de Eurobonos

• Proyecto de Reconstrucción de la Emergencia del Terremoto y Ampliación de Servicios de Salud.

• Caso de la Diego de Holguín

• Caso de aquellos préstamos y donaciones destinados para los diferentes fenómenos naturales de las Tormenta Mitch hasta la Tormenta E-12.

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