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El Embajador de Cuba en El Salvador, René Cevallos Pratt, a la derecha, junto a personal de la sede diplomática, se apresta a colocar una ofrenda floral en el monumento dedicado al prócer cubano, José Martí. En el acto participó la comunidad diplomática acredita en el país, así como delegaciones de organizaciones populares. Foto DiarioCoLatino/Gloria Orellana.

José Martí, el más universal de los cubanos

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

José Julián Martí Pérez, mejor conocido como José Martí,  fue un intelectual y héroe del pueblo cubano, nacido en La Habana, el 28 de enero de 1853, quien puso al servicio de la independencia de Cuba de España todos sus conocimientos políticos, filosóficos, periodísticos y literarios. Martí es el más universal de los cubanos.

En la conmemoración del natalicio de José Martí, el embajador de Cuba en El Salvador, René Cevallos Pratt, junto al personal y el cuerpo diplomático acreditado en el país, evocó los aportes y retos de insigne prócer cubano y su contribución a la historia de América Latina.

Ariel Hernández Hernández fue el encargado de enaltecer la memoria del apóstol cubano: “Nos convoca el homenaje al más universal de todos los cubanos que en su prolífera vida conoció desde temprana edad los valores morales de la honestidad, honradez y sensibilidad social”. “Nacido en un humilde hogar habanero de Cuba de 1853, conocemos que desde joven conoció la persecución y el rigor de la prisión por defender ideales independentistas al costo de su propia salud y vida”, exaltó Hernández.

Igualmente, relató que estas acciones que realizó, le costó la deportación a España “por sus ideas rebeldes”, sin que esto le haya obstaculizado su preparación académica, logrando graduarse de abogado en derecho civil, filosofía y letras, conocimiento que le fue muy útil y que lo distinguió en su vida, agregó Hernández al señalar que José Martí tenía la “plena convicción que la educación y la cultura salvan el alma”.

“En su peregrinar transita por Nueva York, México y recorre estas tierras centroamericanas donde crea su familia y perfila su conocimiento intelectual y revolucionario”, acotó.

“Así mostró su máxima que -Patria es Humanidad- , reflejado en su reconocido ensayo Nuestra América. Y al concluir en Cuba la llamada guerra de los 10 años se radica en La Habana, para comenzar sus acciones revolucionarias conformando las bases para lo que en 1892 sería el Partido Revolucionario Cubano, y como desquite a estos esfuerzos es deportado de nuevo a España”, refirió Hernández.

José Martí vuelve a Nueva York y Tampa (Florida), y desde su trabajo y su labor conspirativa, intelectual, literaria, diplomática y periodística, le generó ser considerado un “líder extraordinario” que marcó la vida del pueblo cubano para siempre.

“Varios años le llevó aunar esfuerzos y recursos entre los simpatizantes y veteranos de las contiendas anteriores firmando junto al dominicano Máximo Gómez, el conocido -Manifiesto de Montecristi-, como programa político-militar de la nueva guerra”, reseñó.

“Luego, desembarcó junto a varios líderes por la zona oriental del país, con mismo liderazgo que en abril de 1895 le confirió el grado de mayor general, por su incuestionables méritos y servicios a la patria. Sus actos fueron continuos a la guerra que consideró necesaria y formó parte de las directivas que formaron ofensivas y estrategias -no sin presencia- de los retos de la desidia y la ingratitud de los hombres”, reflexionó.

Fue el 19 de mayo de 1895 cuando Jose Julián Martí, llega al lugar conocido como “Dos Ríos”, en la zona oriental de la isla, acompañado solo por su ayudante, donde fue emboscado por un grupo de soldados adversos, y alcanzado por 3 disparos que resultaron mortales.

“Murió ahí mismos como lo había avisorado, de cara al sol. Rescatar su cuerpo de manos del enemigo constituyó un reto que fuerzas solidarias que apreciaban el valor indiscutible de aquel héroe rescataron su cadáver que fue depositado en un nicho en el cementerio de Santa Ifigenia, de la ciudad de Santiago de Cuba, lugar en que siguen descansando hoy sus cenizas para que todo aquél que estime su obra y desee rendir homenaje”, afirmó.

En cuanto a la vigencia del pensamiento de José Martí, para América y el Caribe, Hernández consideró que el héroe cubano siempre mostró su convicción por la “unidad y solidaridad” como alternativa de solución a los retos que se presentan en el contexto actual para los países que se encuentran entre el Río Bravo a la Patagonia.

“¿A qué nos convoca Martí hoy?, a la práctica ardiente del patriotismo, a batallar por la libertad, la soberanía, por la independencia, por la dignidad humana, la paz y la justicia entre los hombres. Por el amor infinito a los pueblos y el apego al decoro”, señaló.

“Y para nosotros los cubanos mantener la memoria viva de nuestro apóstol es deber sagrado ante la patria, es un alto privilegio contar en la historia de nuestra América, con tamaña figura de hidalguía. Quien visite nuestra sede diplomática en San Salvador podrá ver grabada en una de nuestras paredes el pensamiento martiano, -Nosotros no somos aquí, más que el corazón de Cuba – y creo que cada cubano y cubana llevan en su alma un José Martí sagrado”, puntualizó Hernández.

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