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TeleSUR
Después de una noche de intensos bombardeos, Israel ordenó este lunes el desplazamiento forzado de cientos de miles de residentes y desplazados palestinos asentados en el este de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
“Pedimos a la administración estadounidense que intervenga inmediatamente para impedir esta masacre”, señaló el ejecutivo palestino en un comunicado.
Recordó que allí se refugian más de un millón de personas, que huyeron de sus hogares del norte y centro de la Franja tras siete meses de ataques israelíes.
La paz y la seguridad en la región no se lograrán sin una solución justa a la cuestión palestina, subrayó.
También diversos organismos internacionales, como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, criticaron una operación de esa envergadura.
La entidad alertó que allí se refugian unos 600 mil menores de edad, que “están amenazados por un nuevo desastre inminente”.
Las operaciones militares pueden provocar un gran número de víctimas civiles y la destrucción completa de los servicios básicos y las infraestructuras de las que dependen, agregó.
En similares términos se pronunció el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (Unrwa).
“Una ofensiva israelí en Rafah significaría más sufrimiento y muertes de civiles. Las consecuencias serían devastadoras para 1,4 millones de personas”, alertó Unrwa.
También Francia, Alemania y Egipto, entre otros países, rechazaron en las últimas horas los planes del gobierno de Benjamin Netanhayu.
El Ejército israelí inició este lunes una campaña para forzar a los palestinos a abandonar los barrios orientales de la urbe, como paso previo a su ingreso.
Las órdenes de evacuación solo se aplican por el momento a algunos vecindarios orientales, detalló el diario electrónico The Times of Israel.
La ciudad es fronteriza con Egipto, cuyo Gobierno teme una avalancha de cientos de miles de refugiados.
Precisamente, las autoridades de El Cairo advirtieron que la entrada allí de los militares pondría en peligro el tratado de paz firmado entre ambos países en 1979.
Este fin de semana, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) reclamó a los mediadores egipcios y qataríes un compromiso de Israel de detener su prometida campaña contra Rafah como parte de las conversaciones de alto el fuego.
Sin embargo, en reiteradas ocasiones Netanyahu aseguró que el asalto castrense contra la localidad ocurrirá con o sin acuerdo.
El político derechista justifica el ataque con el argumento de derrotar a Hamas en su último bastión en el enclave como parte de la estrategia para acabar con el grupo armado, un proyecto que muchos expertos de la región, incluidos israelíes, ponen en duda.
La tensión escaló ayer tras un bombardeo de la milicia desde Rafah contra una base castrense israelí, que provocó la muerte de cuatro soldados y heridas a una decena, lo cual llevó a la ultraderecha a reclamar a Netanyahu el inicio de la operación.
