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Agencias/DiarioCoLatino
El papa Francisco, quien recientemente ordenó la canonización del beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero, dijo que el martirio del sacerdote identificado con los pobres no fue puntual en el momento de su muerte. “Fue un martirio testimonio de sufrimiento anterior, hasta su muerte”, dijo Francisco, durante el anuncio donde oficializaba que El Salvador tendrá por fin a su Santo. El obispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa, destacó que el papa Francisco al firmar los decretos, en los que se reconocen los milagros por la intercesión del arzobispo Romero y del papa Pablo VI, podrían abrir la posibilidad de ser canonizados a finales de octubre durante el Sínodo de los obispos en el Vaticano.
La decisión del Papa, quien recuerda que el martirio de Romero también fue posterior “porque una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado”, es la respuesta a un pueblo que por décadas ha esperado que se oficialice y se proclame Santo a Romero, quien en vida fue señalado y perseguido, hasta que un francotirador le quitó la vida un 24 de marzo de 1980, cuando oficializaba una misa en el Hospitalito de la Divina Providencia.
Francisco enfatizó que Monseñor Romero sufrió incluso por parte de sus hermanos en el sacerdocio, en el episcopado y que ahora casi nadie se atreve a hacerlo.
Romero dio su vida y siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias, dijo el Papa al referirse a la vida del beato que recibió la fuerza de Dios.
Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y que dedicó 24 años a llevar adelante en el Vaticano la difícil causa de Romero, dijo que es “muy significativa la coincidencia de la canonización de Romero con la de Pablo VI, pues ambos se estimaban de una manera increíble”. Ellos se conocían desde los años 40 cuando Romero estudiaba en Roma y fue el mismo papa Montini quien le nombró arzobispo de San Salvador en 1977.
En una de las últimas reuniones en el Vaticano, pocas semanas antes de la muerte del Papa, en junio de 1978, el arzobispo llegó al Vaticano a hablar con Pablo VI. “Pablo VI le dijo a Romero que era el pastor de su pueblo y que tenía la responsabilidad primaria de gestionar esta situación tan difícil que lo hiciera según su conciencia”. Romero le habría respondido que era difícil de encontrar en los momentos de fuerte oposición”, agrega el postulador.
“Han sido largos años, pero que han encontrado una conclusión extraordinaria. Yo siempre me preguntaba por qué era todo tan difícil y había tanta oposición pero la respuesta ha llegado hoy: solo un papa latinoamericano podía canonizar a una personalidad como Romero”, consideró.
Él es “un Santo Universal”, dijo Paglia y agrega que “en la beatificación es para el culto en El Salvador, pero con la canonización se le pone como testimonio y toda la Iglesia tiene que mirarle con devoción y también como testigo ejemplar”.
