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Iván Escobar
Distintas denominaciones religiosas del país, que forman parte de la Mesa de Iglesias, analizaron recientemente la situación que vive El Salvador, en el marco del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica, por lo que concluyen que es “urgente” el atender los principales problemas de la población, de lo contrario se avecina una crisis política, económica y social.
Pobreza, marginación social, delincuencia, desempleo, alto costo de la vida, deterioro de los recursos naturales, así como la vulneración de los derechos humanos desde instancias gubernamentales, son solo algunos de los principales problemas que aún sigue enfrentando la sociedad salvadoreña, mencionaron los organizadores del encuentro.
Asistentes a la “jornada de análisis” expresaron su preocupación por la situación que vive el país, y ante la falta de una ruta clara desde el gobierno central para atender las principales demandas. Por tanto, instaron a los jóvenes a ser parte de la búsqueda de soluciones.
El politólogo Álvaro Artiga y el Reverendo Manuel Tomás Castro fueron los panelistas centrales de esta jornada de análisis, y quienes consideran importante que la sociedad salvadoreña se informe de primera mano de lo que está pasando, de las decisiones del gobierno, de los problemas que ocultan los medios de comunicación. Además, coincidieron que es fundamental unir esfuerzos encaminados a sacar adelante al país. En este encuentro participaron religiosos, representantes de organizaciones sociales, y ciudadanos en general.
Santiago Rodríguez, representante de la Iglesia Luterana de El Salvador, destacó que este esfuerzo de las iglesias tiene ya 21 años de venir forjándose, y a la luz del evangelio, se busca el camino para dar soluciones a los grandes problemas que se tienen como nación. “Es un espacio abierto a otras iglesias de cualquier denominación que quieran ser parte de este esfuerzo, organizaciones basadas en la fe, dispuestas a caminar con esta iniciativa”, compartió.
Por su parte, Artiga hizo un análisis de la actual coyuntura de país, sostiene que el actual gobierno se consolida cada día en un régimen totalitario, el cual fortalece con la maquinaria comunicacional y propagandística, acciones populistas y respaldo de las fuerzas armadas, con el fin de mantener los apoyos populares. Y subraya que estos respaldos al gobierno han comenzado a presentar una fractura, a partir de la gran marcha del pasado 15 de septiembre del presente año, en la cual miles de personas expresaron públicamente su descontento al actual gobierno.
El académico, además, considera que se llegó al cierre de un ciclo, y estamos a las puertas de uno nuevo. De ahí, la caída estrepitosa de las fuerzas políticas tradicionales, y el paso a un nuevo orden político que ha comenzado a desmontar toda una institucionalidad, que daba a la población ciertas garantías.
Por ello, considera oportuno que la sociedad sepa tomar las mejores decisiones, al igual que se hizo en la década de los 70 ́s, ahora El Salvador inicia un nuevo ciclo, en aquel tiempo movimientos populares y jóvenes resistían frente a la dictadura, luego se consolidó una guerra que finalizó con la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, pero fue todo un proceso de búsqueda de derechos. Sin bien la corrupción ha imperado durante estos años, se tuvieron avances democráticos.
“Una cosa que hay que reconocer es que estamos en un ciclo que se inició en 1970”, afirma, y aclara que no se considera que debe actuarse de la misma forma que se hizo en el pasado, pero sí tener claro que la consciencia y análisis de aquellos tiempos debe retomarse por las nuevas generaciones, de lo contrario se avanza a algo negativo.
Por su parte, el Pastor Manuel Tomás Castro, de la Iglesia Bautista Emmanuel, destacó la importancia de este tipo de análisis del rumbo que como salvadoreños queremos para el país, y citó el Bicentenario como una fecha que es el resultado del descontento hace 200 años, de los criollos frente a la Corona Española, pero sin tomar en cuenta las poblaciones originarias de Centroamérica.
“Lo que sí vemos es el rostro agobiado de este pueblo, frustrado, buscando respuestas a una realidad de pobreza que es el hecho que ha marcado la realidad histórica de El Salvador”, comenta.
Y cuestiona “¿Qué hacemos en una realidad de país?… para hablar en serio y no necesariamente por la capacidad histriónica que tiene el Presidente y su séquito, aquí hay que resolver el problema económico de este país, y punto”, precisó.
Las iglesias del país ven con preocupación el desarrollo de modelos o proyectos desde el Estado, encaminados a mantener las antiguas políticas económicas, basadas en el consumismo y la explotación.
En ese sentido, hacen el llamado a las autoridades a preocuparse más por los problemas centrales que sufren las y los salvadoreños, de lo contrario la situación se agravaría. Con estas jornadas de reflexión, las iglesias buscan aportar desde la visión del evangelio, y dar luces a la población de qué rumbo seguir, enfatizaron los organizadores.
