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El sacerdote, Antonio Rodríguez, argumenta que la “propuesta para una ley especial de prevención de violencia: una tarea impostergable”, de FESPAD, es aprobada por los partidos políticos y está incluida en la ley de prevención social. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas.

El uso de la violencia es un síntoma de debilidad: Padre Antonio Rodríguez

Joaquín Salazar
@JoakinSalazar

Antonio Rodríguez, conocido como el Padre Toño, fue condenado en el 2014 por delitos que asegura no haber cometido. Tras casi cinco años de ese suceso para su vida, hoy vislumbra que hay un cambio positivo, principalmente de manera profesional, ya que ahora es un master en criminología y a punto de iniciar un doctorado en políticas públicas.

“En el proceso, con el chantaje que yo sufrí, la persecución y la arbitrariedad que se vivió en el uso de las telecomunicaciones contra mi persona, me vi obligado a aceptar delitos que no había cometido. Por cuestiones de salud personal y de mi familia, yo decidí confesar y ser condenado a dos años. Cumplí, no tuve ningún tipo de problema. Permanecí en el país, pero porque sabía que no había cometido el delito y tenía que iniciar una persecución y una denuncia contra el exfiscal Luis Martínez”, explicó.

El Padre Toño denunció al exfiscal, Luis Martínez, por el chantaje recibido, que fue establecido en el juicio en contra del extitular del ministerio público, ya que en diciembre pasado fue condenado a cinco años de prisión.

Ahora, la vida parece volver a tomar forma para el exrepresentante del Servicio Social Pasionista. Tras más de 15 años de experiencia en temas de seguridad y conflictología, el sacerdote es parte de la Fundación de Estudios Para la Aplicación del Derecho (FESPAD) donde trabaja el tema de seguridad en diversos proyectos, con los que abonan a erradicar la violencias desde los sectores o comunidades.

“La vida ha cambiado, pero creo que ha cambiado positivo, en el sentido que fui capaz de alejarme de esos 15 años de vida en el barrio de la Montreal de Mejicanos, uno de los barrios más profundos y violentos. Pude conocer todo el problema que vive el país, por tantas calamidades que vive la gente que está rodeada de un sistema económico político desgarrado, desde los primeros años que gobernaba el partido ARENA, que implementó las grandes políticas neoliberales”, afirmó.

Agregó, que toda esa experiencia personal le ayudó a marcar distancia y ha servido mucho para terminar su maestría y sus próximos estudios en ciencias políticas. “Me ha ayudado mucho para saber qué es lo que funciona en seguridad y qué es lo que no funciona en seguridad. Hoy tengo claridad de que si es que seguimos haciendo ciertas cosas de seguridad siempre vamos a estar con los mismos resultados que tenemos ahora”, enfatizó.

En FESPAD, desde hace cuatro años ha trabajado en su estrategia institucional como formar y capacitar al personal a nivel interno y a nivel de pobladores titulares de derecho en la gestión y la transformación de conflictos, desde este enfoque de género y derechos humanos. “Creemos que el problema de país son los grandes conflictos históricos que están a la base de toda comunidad. desmontando este conflicto es como debemos de confrontar violencia. Que son los efectos de la multicausalidad”, aseguró.

El padre Toño explicó que el problema de la seguridad pública del país está en los conflictos y hay que desmontar esos conflictos. FESPAD ha priorizado la lucha contra el conflicto, hecho que los gobiernos no han tomado en cuenta. Y es que como institución de derechos humanos, asegura que la base de los conflictos empieza en la ausencia de derechos humanos fundamentales.

Esta falta de derechos se da principalmente en los sectores más vulnerables, por lo que Rodríguez asegura que las bases de los conflictos evolucionan y terminan en muchas violencias indirectas.

También, el padre Antonio Rodríguez explicó que se trabaja en que la ciudadanía conozca y se empodere de sus derechos fundamentales. Ya que es fundamental para defenderse ante una violación de sus derechos como seres humanos.

Finalmente, un tercer proyecto desarrollado por FESPAD es trabajar las experiencias del tejido social. A través de “la filosofía para hacer las paces locales”, que es una experiencia local que FESPAD está trabajando desde hace muchos años. Para fortalecer el territorio y generar dinámicas de diálogo de empoderamiento de los derechos y recuperación de los territorios. “El diálogo es la herramienta fundamental para la arquitectura de la paz, no tenemos que criminalizar el diálogo. No debemos de confundir que una cosa es el diálogo, otra cosa es una negociación y otra es arbitraje. En los últimos tiempos hemos intentado criminalizar el diálogo” manifestó el sacerdote, quien también enfatizó que la violencia no es más que una debilidad, ya que “cuando usamos la violencia este es un síntoma de que no somos fuertes, sino que somos débiles”, comentó.

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