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El Salvador: ¿Cuál es la nueva forma de hacer política con el nuevo Gobierno de Bukele?

Nelson de Jesús Quintanilla Gómez, Sociólogo,
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En El Salvador a partir del 1 de junio de 2019 gobierna Nayib Bukele con el partido político Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), siendo este un partido de derecha que se desprende del partido ARENA por diferencias internas y de grupos de interés entre 2009 y 2012. Además, es un partido con gran trayectoria de corrupción y nepotismo liderado por Guillermo Gallegos y la familia Salgado García de San Miguel. Desde luego, su acta de constitución fue realizada el 16 de enero de 2010, ​siendo legalizado por el Tribunal Supremo Electoral el 18 de mayo de ese mismo año.

Nayib gana las elecciones presidenciales del domingo 3 de febrero de 2019. Esta elección fue la octava de su tipo desde la promulgación de la Constitución de la República de 1983, y la sexta desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1992. El periodo presidencial va desde el 1 de junio de 2019 al 30 de mayo de 2024. Además, en estas elecciones participaron cuatro contendientes, siendo estos: Nayib Bukele con GANA obtuvieron 1,434,856 votos validos equivalentes a un 53.10 %; Carlos Calleja con ARENA obtuvieron 857,084 votos validos equivalentes a un 31.72 %; Hugo Martínez con el FMLN obtuvieron 389,289 votos válidos equivalentes a un 14.41 % y Josué Alvarado de VAMOS obtuvo 20,763 votos válidos equivalentes a un 0.77 %.

Las promesas de campaña de Nayib Bukele fueron que en los primeros 100 días de su gobierno traería a Mauricio Funes de Nicaragua para procesarlo por corrupción; abrir los archivos militares de la guerra civil relacionados con la masacre de El Mozote de 1981; la eliminación de los gastos reservados (partida secreta) del Órgano Ejecutivo; critico duramente la corrupción, el nepotismo, la falta de transparencia y el trafico de influencias de los políticos tradicionales; dijo además que construiría un aeropuerto en La Unión en el oriente del pais. Además, dijo que respetaría la Constitución y las leyes; que crearía una CICIES para combatir la corrupción; reducir los homicidios con la implementación de un plan de recuperación de territorios controlados por las pandillas. Reestablecer, mejorar e incrementar las relaciones con los Estados Unidos; prometió un crecimiento económico del 3.5 % al 4 %; un nuevo esquema de pensiones; reducción de la pobreza; empleo para jóvenes; obras para surf y las playas; videovigilancia en todo el pais; entre otras cosas.

A casi dos años de gestión de su gobierno, Nayib Bukele ha cumplido muy poco de sus promesas de campaña. Dijo que haría historia y ¡vaya que eso lo está cumpliendo! pero en sentido inverso; esta matando la democracia, ha eliminado la separación de poderes y con ello los pesos y contra pesos de toda democracia, a despedido muchos trabajadores del sector público, a metido todo su familión y el de sus funcionarios de gobierno en el aparato del Estado con plazas jugosas, no rinde cuentas de los dineros del pueblo, no permite el acceso a la información pública, no sigue el debido proceso para la toma de decisiones sino que lo hace dando ordenes por Twitter, viola la constitución al desacatar sentencias de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, le ordena a la nueva Asamblea Legislativa que destituya funcionarios sin el debido proceso y de esa misma forma nombran nuevos funcionarios  hasta con dispensa de tramites; no controla el aumento de precios en la canasta básica y en los servicios públicos como el agua, la energía eléctrica, etc.

Hay que decir que irrumpió en 2019 como un terremoto que cambió la política de El Salvador. Hoy, a casi dos años de asumir la Presidencia, Nayib Bukele está en el ojo del huracán: la oposición y organismos internacionales le acusan de atentar contra la independencia de poderes de los órganos del Estado al utilizar la nueva bancada de diputados de Nuevas ideas como instrumento justiciero para destituir Magistrados de la Sala de lo Constitucional y al Fiscal General de la República si mayores tramites ni discusión alguna y nombrar a nuevos funcionarios obedientes a sus ideas de como gobernar y cambiar al pais hacia derroteros inciertos.

Los diputados que apoyaron la destitución aseguraron que “los actuales magistrados de la Sala de lo Constitucional actuaron contra la Constitución, poniendo en primer lugar intereses particulares por sobre la salud y la vida de toda la población”, cuando declararon inconstitucionales medidas del presidente sobre la cuarentena domiciliar por pandemia COVID-19 por violar derechos de las personas a la libre circulación y además llevarlos a centros de contención por no quedarse en casa. Desde luego, La CSJ calificó la medida de “inconstitucional”, la oposición dice que fue un “golpe de Estado” y el gobierno de Estados Unidos dijo que sigue la situación “con preocupación” porque “un órgano judicial independiente es el cimiento de toda democracia”. Sin embargo, el presidente dice que esta cumpliendo un mandato del pueblo para cambiar al pais de manera estructural.

El presidente piensa que el esta por encima de la Constitución y de toda la oposición política y que puede hacer lo que quiera. Desde luego, con los 56 diputados que le dio el pueblo a través de su partido Nuevas Ideas para la legislatura 2021-2024 tiene todo el poder y se le acaba el discurso de acusar a los “mismos de siempre” de bloquear sus planes y proyectos. El presidente olvida que hay un Estado de derecho que respetar y cumplir y que el pais no es una isla, que necesita tener relaciones político-diplomáticas que le permitan actuar de manera coherente y correcta en el concierto de naciones como un gobierno responsable y democrático. Sin embargo, con el poder que tiene se muestra como un dictador.

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