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David Martínez
@davidmar2105
Ella se levanta a las cinco de la mañana a preparar las cosas que ocupará su esposo para ir a labrar la tierra. Su cabello pinta los colores de la experiencia del campo, donde día a día lo aprovechan al máximo con su pareja para llevar el sustento a su casa.
Así es la vida de María Alejandra García, una mujer de 60 años que vive en la comunidad El Rincón, Caserío Las Rosas de San Sebastián, San Vicente, donde una Organización No Gubernamental llamada REDES ha implementado una nueva filosofía económica llamada: Economía Solidaria con enfoque de género.
Esta iniciativa consiste en formar pequeños grupos de auto ahorro o asociaciones de pobladores para generar ingresos a las familias de escasos recursos y especialmente para las mujeres, que en su mayoría, tiene poca participación en la distribución de los recursos en el área rural.
Su filosofía de manejo los recursos es bajo la solidaridad y con el respeto al medio ambiente, para ello es que la organización les ha capacitado para utilizar el recurso de la agro ecología, que consiste en trabajar la tierra sin agroquímicos.
“Comenzamos ahorrando de a poquito y nos pusimos una meta, por ejemplo, el año pasado nos propusimos ahorrar para navidad. Cada quien se hizo su cena y pensamos que de eso podíamos comprar el abono para nuestros cultivos. Así comenzamos a agruparnos y llegamos a junio y los compañeros lograron lo que querían”, narró García.
En total son 18 personas las participantes que desde hace un año están en este grupo, que además de ahorrar, se dedican a mantener iniciativas económicas sostenibles que consiste en la creación de tiendas solidarias, panaderías, entre otras.
Todo esto tiene que cumplir con los estándares de comercio justo, sano y responsable, en el que la nutrición y la no competitividad hacen la diferencia en este tipo de economía.
“Nuestra iniciativa económica, de este grupo de auto ahorro, se basa en una pequeña tienda solidaria de primera necesidad; no vendemos churros, no vendemos gaseosas, vendemos solo cosas naturales porque queremos implementar una costumbre a que las personas aprovechen lo que las naturaleza nos da”, aseveró García.
Lo mismo aplican para la pequeña panadería que también tienen como grupo, el cual comercializan, tanto dentro del caserío como fuera de este, y de los cuales las ganancias se las reparten entre los participantes para generar un poco más de dinero y así aprovecharlo para sus cultivos.
La misma acción ejecutan los de la Asociación Solidaria de Comunidades Emprendedoras en Red (ASCER), quienes tienen una tienda más grande en el casco urbano del municipio de San Sebastián. Esta sirve para introducir más los productos a la ciudad e ir cambiando la costumbre de consumir químicos.
Y es que todos los artículos de primera necesidad son hechos en un proceso natural y ahora buscan sacar los gastos, que por el momento, por ser introductorio al mercado, dicen les ha costado sacar el dinero, pero que no es impedimento para seguir generando economía en sus respectivos rubros.
Jabón, vino, pan, entre otros enceres son los que producen y son los que se ayudan para sostener su economía familiar, lo que les ayuda a seguir ahorrando para seguir produciendo y comprar los implementos para mantener sus parcelas y seguir en la agricultura, rubro que según ellos no esta genera muchos ingresos por el momento.
Con esto REDES también da un aporte importante, pues no es la primera iniciativa económica que tienen, sino que se ha venido manejando desde hace varios años para generar conciencia que una nueva forma de la distribución de la riqueza es posible para sacar de la pobreza a la población.
