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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
El Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas, (COLPROCE) presentó el balance económico del país al cierre de 2021, donde se estima que la recuperación de la economía será del 7.5% de acuerdo a las proyecciones de la CEPAL, no como señala el gobierno del 10.3%, sin embargo, es normal que el crecimiento del PIB sea alto este año, pues el comportamiento se mide con respecto al año anterior cuando cayó -8.8%.
Alfonso Goitia, vicepresidente de COLPROCE, explicó que el crecimiento de la economía considerado por el gobierno es porque está asociado con 2019, cuando las empresas fueron afectadas seriamente por el COVID-19, pero este año solo se ha recuperado lo perdido desde la pandemia.
“Ha existido un proceso de recuperación de la economía donde las empresas han propiciado el crecimiento, el próximo año no podemos esperar más allá del 2.2% de crecimiento. Las exportaciones e importaciones han crecido porque los países abrieron sus economías y posibilitó a los empresarios colocar sus productos”, sostuvo Goitia.
Cesar Villalona, directivo de COLPROCE, dijo que actualmente la economía salvadoreña es afectada por el déficit comercial, es decir, están saliendo muchos dólares para traer productos del exterior y pocos ingresos en exportación. Las importaciones crecieron un poco más del 60%, las remesas aumentaron y cerrará el año con $1,383 millones, monto que no compensan el déficit comercial que es de $3,646 millones.
“Esa salida tan grande de importación que supera por mucho a las exportaciones y el no desembolso de préstamos puede generar problemas de liquidez, porque El Salvador no tiene moneda propia, la moneda es el dólar y esta se consigue exportando, con inversión extranjera o préstamos”, expresó.
Asimismo, dijo que otro factor el cual desequilibra la economía es el incremento de la deuda, hasta octubre rondaba $23,000 millones equivalía al 86% del PIB, el riesgo país aumentó y los bonos cayeron, lo cual hace más caro el endeudamiento futuro; de la deuda del gobierno central 2,575 millones deben pagarse en menos de un año, un monto que presionará mucho las finanzas públicas.
“Estas cifras quizás no le diga mucho a la gente, pero sí a los organismos internacionales, estos indicadores reflejan que la deuda está muy pesada, el riesgo país ha crecido. Otro problema es la inflación que cerrará en el 6%, se han encarecido los servicios básicos, además, dos aumentos de energía en el año, así como el aumento de los combustibles y afecta el poder adquisitivo de la gente”, añadió Villalona.
La inversión extranjera se estancó en el primer semestre, fue de $366 millones, apenas $8 millones más que en 2020, a la poca expansión del circulante y la disminución de la productividad se le agregaron la inseguridad jurídica, política y económica que afecta al país.
La inversión pública tuvo una baja ejecución, hasta octubre se habían invertido el 35%, es decir, $658.04 millones de los $1,730.6 millones programados; en seguridad y justicia se invirtió el 3%, salud el 15%, desarrollo urbano 18%, agua potable y alcantarillado 31%.
En la baja inversión pública influyó el congelamiento de préstamos, el informe de seguimiento y resultados presupuestarios del gobierno central señala que al mes de septiembre de 2021 alcanzó una cifra inferior en $1293.5 millones a la programación esperada, lo cual obedece al comportamiento del financiamiento, pues los préstamos externos no han sido desembolsados.
Las finanzas del Estado son precarias y hay incertidumbre sobre la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un préstamo de $1300 millones, lo cual provocaría un ajuste fiscal recesivo, además, el proyecto de presupuesto de 2022 requiere deuda de $1,209 millones para cubrir la brecha fiscal.
Los directivos de COLPROCE propusieron al gobierno propiciar un diálogo con todos los sectores, a fin de acordar medidas y enfrentar los principales problemas de la economía, entre ellos, detener el alza de los precios, propiciar un clima favorable a la inversión y generación de empleo, aplicar medidas tributarias progresivas y renegociar una parte de la deuda pública.
