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Óscar Cabrera, presidente de FUDECEN, enfatiza que en El Salvador no hay deflación, sino desinflación, es decir, menos aceleración en el ritmo de precios al consumo. Foto Diario Co Latino/@InformaTV_.

Director de FUDECEN: En El Salvador no hay deflación, sino desinflación

“Para que haya deflación debe haber una inflación negativa o caída de precios generalizada durante al menos 6 o 7 meses, lo cual no ha ocurrido”

Alma Vilches

@AlmaCoLatino

Oscar Cabrera, economista y director de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), negó que en El Salvador exista deflación como se ha manejado en redes sociales, lo que hay es una desinflación, es decir, menos aceleración en el ritmo de precios al consumo.

“No hay deflación porque los precios al productor están creciendo 2.2% de enero a mayo, la inflación subyacente está creciendo 0.5% y la inflación del consumidor entre enero y mayo se ha mantenido estacionaria, cercana a 0%; hay una desinflación que significa un menor incremento generalizado en el nivel de precios al consumo”, explicó.

El pasado 23 de junio, el presidente de la República, Nayib Bukele, publicó en redes sociales que en El Salvador hay deflación porque están resolviendo cuellos de botella, aumentando la productividad, bajando aranceles, eliminando intermediarios, acabando con la extorsión y el consumo de los hogares creció 3.9% el último trimestre del año.

Cabreras reiteró que la deflación es una caída generalizada de los precios al consumo, no sólo por dos meses, sino por un período de seis o siete meses, los datos están mostrando más una desaceleración de precios, pero en la última fase del consumidor, no así en el productor, reflejando una señal de enfriamiento económico.

El economista externó que la deflación no sólo se mide por una tasa de variación negativa del índice de precios al consumidor, sino que se debe tomar en cuenta toda la cadena de formación de precios en la economía.

“La primera etapa de la cadena de formación de precios es cuando los empresarios utilizan insumos intermedios, trabajadores, margen comercial del productor, luego viene otra cadena, que es de los mayoristas, donde a ese precio de producción los mayoristas le incorporan los trabajadores que utiliza, insumos intermedios y margen comercial mayorista”, sostuvo.

La última etapa de esa cadena es al consumidor, ese precio que vende el mayorista, se refleja con los insumos que utilizan los empresarios minoristas y le incorporan un margen.

El economista dijo que de acuerdo al Banco Central de Reserva (BCR), la inflación al productor entre enero y mayo de este año ha crecido 2.2%, no hay desinflación en la parte de precios al productor, al contrario, es mayor que el año pasado en el mismo período, creció 1.8. Es decir, la tendencia es que ha crecido 0.41 puntos.

En la inflación al consumidor entre enero y mayo de 2025, esa inflación ha sido nula, de 0%, mientras el año pasado creció 1.1%, al comparar hay una caída de 1.03%; la inflación subyacente es la inflación que se le excluye los alimentos sin transformar y los precios de la energía eléctrica, la gasolina. Entre enero y mayo, esta inflación al consumidor ha crecido 0.5, similar al mismo periodo del año anterior.

“La deflación es cuando al menos hay unos seis meses de inflación negativa, en el caso salvadoreño ha habido tasas de variación negativa en algunos meses durante este año, pero la inflación por demanda está creciendo 0.5%, desde la pandemia hay una desaceleración de los gastos del consumo en los hogares”, indicó en el espacio Encuentro con Julio Villagrán.

Asimismo, enfatizó que probablemente las perspectivas de crecimiento económico para este y los próximos años será mucho menor a lo estimado de 2.5% por el gobierno y el Fondo Monetario (FMI).

Según datos de FUDECEN, este año la economía no crecerá más del 1 y 1.8%, debido a que se están sacando de la economía alrededor de $1,250 millones de gasto público, porque es una de las precondiciones en el programa SAF, donde en 40 meses el gobierno tiene que rebajar el gasto público.

Señaló que mientras el gasto público cae, el cual se está reflejando en despidos generalizados en el sector público, pérdida de ingresos en los hogares salvadoreños, lo cual afecta el consumo de los hogares; además, otros factores estructurales, como haber dolarizado la economía en el 2001 limita la inflación, pero, también, la capacidad de ajuste en la economía. El consumo global, tanto público como privado se está contrayendo.

“Hemos estimado para el crecimiento del 2025, 2026 y 2027 ciertos choques que se están dando en la economía, como la salida del mercado de estos $1,250 millones de gasto público que va a ser en 40 meses, el Estado debe dejar de gastar y eso se traduce en menores empleos. El 27 de junio el FMI vuelve a insistir en reducir la masa salarial, es decir, recortar salarios a los trabajadores”, agregó.

A criterio del presidente de FUDECEN, otro elemento que influirá en el crecimiento de la economía es el 10% de incremento de los aranceles, lo cual aumentará el precio de venta de las exportaciones en los Estados Unidos, sin dejar de lado la dureza de la política de inmigración de la administración Trump.

El FMI enfatiza en la necesidad de racionalizar el gasto, y mantener la consolidación fiscal, o sea el ajuste o recorte fiscal, mediante una mayor racionalización de la masa salarial a empleos de menores niveles de ingresos, sin embargo, paradójicamente se ha dado un mayor crecimiento del empleo público en salarios por arriba de los $2,000, a quienes no están afectando en su sueldo.

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