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Víctor Manuel Valle Monterrosa
En noviembre de 1976, hace 47 años, hallaron, en un sector desértico de Arizona, Estados Unidos, el cuerpo de un hombre con un balazo en la cabeza. No fue identificado y lo pusieron en un congelador mientras sabían quién era.
El martes 26 de diciembre del año en curso, después de un largo y cuidadoso pareo entre registros de huellas dactilares con las de cadáveres de desconocidos, se determinó que el hombre era de origen salvadoreño y tenía por nombre Luis Alonso Paredes.
En noviembre de 1976, las investigaciones determinaron que el hombre había vivido en el área de las Vegas, y probablemente trabajado por 10 años en la guardia costera de San Francisco. Al momento de su muerte, tendría unos 30 años de edad, lo cual quiere decir que nació alrededor de 1946 y comenzó a trabajar en San Francisco en 1966. A lo mejor ingresó a Estados Unidos alrededor de los comienzos de los años 1960, cuando ya había en San Francisco California una fuerte emigración de salvadoreños que habitaban, principalmente, el llamado Distrito Misión.
Todavía se buscan familiares que deseen honrar ese cadáver de una vida con su muerte llena de incógnitas y que hace parte de la antigua y masiva emigración de salvadoreños a California, Estados Unidos, que ha existido desde la primera parte del siglo XX.
