Buenos Aires/AFP
La cantidad de pobres creció en Argentina desde enero en el marco de una caída del consumo y aumento de precios y se ubica en 32,6%, en tanto 57% tiene problemas de empleo, según informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA).
De acuerdo al informe, que actualiza un estudio de abril, Argentina sumó 1,4 millones de pobres entre enero y mayo, por lo que unas 13 millones de personas están en la pobreza, un 32,6% de la población, frente al 29% que estimaba a finales de 2015.
La tasa de indigencia, en tanto, subió de 5,3% a finales de 2015 a 6,9% en marzo pasado y afecta a 6,2% de la población, lo que revela un aumento de 350.000 personas en situación de indigencia (inferior a necesidades alimentarias) que alcanza a unas 2,3 millones, según la UCA.
«Mantenemos una estructura sumamente complicada desde el punto de vista social desde diciembre pasado», cuando asumió el presidente Mauricio Macri, declaró a radio Diez Agustín Salvia, director del Observatorio.
Señaló que «se produjo un agravamiento de pobreza por ingreso» y detalló que «hay 1,4 millones de personas con problemas de alimentación; 7,9 millones de personas con dificultades para ingresar a los sistemas de salud y 7,2 millones de personas sin una vivienda adecuada».
Salvia se refirió al documento de la UCA, que alerta sobre la necesidad de una «distribución más equitativa del ajuste».
El documento del Observatorio que analiza el empleo entre 2010 y 2015, advierte que el 57% de los 17 millones de trabajadores tiene un empleo precario o está desempleado.
El documento advierte sobre los riesgos sociales del clima recesivo de la economía en Argentina, que no solo afectan «a los más vulnerables, que dependen de la ayuda social, sino también a millones de hogares que fundan su subsistencia en trabajo precarios, pequeños comercios y trabajadores eventuales», advierte.
«La clase media baja es la más vulnerable, es el sector que más sufre el ajuste, frente a la actual fase de caída del consumo, aumento de los precios y el mayor riesgo de despido o caída de la actividad», dijo Salvia.
Considera que se trata «de segmentos vulnerables de clase media baja o sectores populares que constituyen los ‘nuevos pobres’ que emergen de las medidas normalizadoras adoptadas por el gobierno».
El trabajo advierte además sobre «los abusos» cometidos por «algunos sectores, en particular los empresarios», y refiere al «aumento generalizado de precios antes, durante y después de la devaluación, así como incluso después del ajuste de tarifas, aún a pesar de la caída del consumo y la recesión».
El incremento de la pobreza se produce en un contexto de alta inflación del 47% anual, miles de despidos y de fuertes alzas en las tarifas de los servicios básicos, algunas de ellas ahora frenadas en la justicia.