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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
En catedral metropolitana de San Salvador, se conmemoraron los 43 años de martirio del padre Ernesto Barrera, Nicolas Rodríguez y de los obreros Isidro Portillo, Valentín Martinez, Rafael Santos Ortiz, que por defender desde su fe en Cristo a pobres y a obreros los asesinaron.
Antonio Barrera, del Colectivo Romeriano padre “Neto” Barrera, describe al padre Ernesto Barrera como un sacerdote comprometido con la causa de los obreros y que fue delegado por monseñor Óscar Arnulfo Romero para que pudiese desarrollar lo que él en ese momento definió como la pastoral de fronteras que se centraba en las organizaciones populares para ir al encuentro y conocer sus situaciones.
“(Fue) un cura joven, un cura de los humildes, un cura que no parecía cura”, fue parte del relato de Antonio Barrera, quien llegó este domingo a Catedral para conmemorar los 43 años de martirio. Según dijo, el sacerdote era “un hombre sencillo, del pueblo, consagrado a la vida y que se identificaba con el pueblo, siempre andaba en bus”.
El padre “Neto”, como a él le gustaban que le llamaran, fue muy expreso para denunciar las marginalidades, las injusticias, los asesinatos, los desaparecidos y la violencia en general, y todas esas circunstancias que hasta hoy no han sido resueltas”, comentó Barrera.
Ese 28 de noviembre de 1978 cuando lo asesinaron, toda la comunidad y hasta en la actualidad, sintieron “una conmoción tremenda”, porque “te están matando a tu párroco”, era en segundo lugar, “tu amigo”, porque “así nos trataba”.
Afirmó que nunca entendieron la razón de su asesinato, y según las versiones extraoficiales, fue asesinado en un presunto enfrentamiento en la colonia Divina Providencia, en San Salvador, donde el padre tenía un lugar de encuentro con los obreros.
Sin embargo, Monseñor Romero, en las homilías posteriores al asesinato del padre Barrera afirmaba que tenían el acta en donde se establecía que el padre Barrera fue torturado antes de haber sido puesto en el lugar donde supuestamente se desarrolló un enfrentamiento. Es decir, que el padre habría sido torturado y posiblemente asesinado en otro lugar y no en la colonia Divina Providencia donde fue encontrado el cuerpo.
“¿Por qué lo mataron?, bueno, porque era un hombre comprometido con el evangelio y esto significa comprometerse con el modelo, estilo y palabras del Jesús de Nazareth”, concluyó Antonio Barrera.
