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CONCRETADO EL FRAUDE, ¿QUÉ SIGUE?

Luis Arnodo Colato Hernández
Educador

Se agudizará el desmontaje de la institucionalidad, cooptándola con elementos partidarios cuya tarea será corromperla, incapacitándola hasta transformarla en un lastrado elefante blanco, reduciendo y anulando la inversión en salud, educación e infraestructura, para privilegiar en cambio a defensa y en menor grado a seguridad pública, favoreciendo la desprotección jurídica del ciudadano para profundizar la expropiación a favor de las élites financieras, mientras socava toda capacidad productiva, principalmente en materia agrícola, anulando así cualquier posibilidad de alcanzar la soberanía alimentaria.

En suma, volviendo al soberano apenas un consumidor.

Para lograrlo provocará el régimen una mayor migración ilegal, para financiarse parcialmente con las remesas, las que tasará en un porcentaje sin precedentes, alegando que la diáspora debe hacer su aporte a la seguridad, a la par que aumentará el IVA hasta un 15%, en concordancia con los arreglos alcanzados con la banca multilateral, mientras promocionará el aumento del costo de la propiedad, justificándose en la seguridad pública alcanzada bajo el régimen, que habría aumentado exponencialmente el valor de la misma.

Ello impedirá que un porcentaje mayor de salvadoreños pueda acceder a una vivienda propia o en su defecto, a la adquisición de una parcela.

Esto no redundará en la atracción de inversores, que, por supuesto verán en estos sinsentidos la generación intencionada de una bomba de relojería, que eventualmente explotará como sucediera en Ecuador.

El de aquel país es un caso paradigmático, pues la prosperidad, los logros y las conquistas sociales alcanzados por el Correísmo, con la seguridad real reflejada en la estabilidad de aquel país en su gestión, al ser desmontados y retroceder el estado achicándose para favorecer al mercado y la voracidad de los privados, abrió al país al narco, que expulsados de Colombia por las reformas emprendidas por el presidente Petro, encontraron en Ecuador un nuevo nicho al que ahora ahogan en la vorágine que todos vemos.

Hacia ese puerto nos dirige el régimen que nos mal gobierna.

Y es que debemos comprender que este es un régimen para el cual los procesos eleccionarios son apenas un recurso útil solo para acceder al poder, y para el caso de las presentes elecciones, para legitimarse por ser golpista, esperando pudiera lograr el respaldo de una masiva asistencia del electorado.

Pero el electorado no asistió, pues a pesar de las cifras ofrecidas por el régimen a través de su TSE, lo cierto es que la asistencia a las urnas fue de apenas un 32% del electorado, haciendo de estas las menos votadas, y del régimen el de menor respaldo histórico.

No solo eso, las mismas han demostrado que el régimen no es respaldado por el supuesto 97% de la población, sino apenas por un 36% del electorado que asistió, que no son los 2,4 millones que afirma, pues esos son incluso más que la totalidad de votantes asistentes al evento.

Es decir, son falsas las cifras ofrecidas por el TSE.

 

Así, nos aguarda una 2ª gestión cuya tarea será naturalizar más privilegios a los de siempre.

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