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Los impactos de la crisis fueron abordados desde las mujeres, jóvenes y población en general, en cuanto a la situación de los bosques dulces y salados. Foto Diario Co Latino/Alfredo Carias.

Comunidades de Ahuachapán en defensa de sus territorios

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, diversos colectivos comunitarios de Ahuachapán Sur y Sonsonate se pronunciaron por la crisis ambiental que afecta los medios de vida y la naturaleza, por tanto, eleva la vulnerabilidad de las mayorías, lo que a su vez genera violencia y migraciones.

La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), junto a la Mesa por la Sustentabilidad del Agua y el Medio Ambiente de la Zona Sur de Ahuachapán (MESAMA) y las comunidades de Ahuachapán y Sonsonate abordaron los impactos de estas crisis en mujeres, jóvenes y población en general en cuanto a la situación de los bosques dulces y salados, así como la sustentabilidad del agua y la cuenca hidrográfica.

Luz de María Rodríguez, de la Asociación de Mujeres La Colmena, abordó el tema sobre el derecho de las mujeres en el contexto ambiental y los retos que enfrentan en estos momentos.

“El Niño es un fenómeno que se produce de cada 2 a 7 años, en promedio, dependiendo de su fuerzas, y que puede causar diversos impactos en las comunidades que son diferenciados, ya sea para las mujeres o la juventud en los territorios.

“Estamos viviendo esta ola de calor, y estamos trabajando constantemente para paliar con medias alternativas este impacto climático, que se prevé que se extenderá entre los años 2023 al 2027,y serán los más calurosos registradso en la historia del planeta”, afirmó.

“El Calentamiento Global provocado por las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, trae como consecuencia daños a los cultivos, lo que termina generando inseguridad alimentaria y pérdidas de medios de vida. Tanto que, actualmente el 82% de los agricultores y agricultoras son de subsistencia”, acotó Rodríguez.

Rodríguez señaló que el 96% del empleo de fertilizantes y herbicidas sintéticos industrializados son extremadamente tóxicos para el medio ambiente en el país, a la que se une la deforestación indiscriminada del bosque dulce y salado, el otorgamiento de permisos ambientales de obras y proyectos que impactan al medio ambiente , sin que se realicen estudios de impacto ambiental, y lo más grave –consideraron- la no realización de las “consultas ciudadanas”, que son estratégicas para evitar mayor destrucción del medio ambiente.

Reyna Vardales, de la Asociación de Mujeres Jujultecas, señaló que la expansión del monocultivo de la caña de azúcar, provoca la pérdida del bosque de galería, afecta los ecosistemas y la reducción de los cuerpos hídricos de la zona.

“La producción de caña de azúcar sobreexplota los acuíferos, el 110% de la sobrexplotación de la capacidad de la subcuenca del río Aguacate, municipio de San Francisco Menéndez, Ahuachapán, es grave”, indicó.

“Otro problema es la entrega de paquetes agrícolas basados en la agricultora convencional, lo que provoca una dependencia  de agroquímicos  para producir, cuando este podría basarse en un modelo agroecológico con semillas adaptadas a la zona, y que en la entrega de estos paquetes también un enfoque de género, porque en los últimos tres años hemos sido eliminadas de la entrega de paquetes. Como mujeres buscamos una mejor soberanía alimentaria con cero químicos, alimentos nutritivos y una familia sana”, indicó Vardales.

“Se deben fortalecer las capacidades a nivel local y nacional, ante las problemáticas y conflictos socio ambientales e impactos del cambio climático”, afirmó Miguel Urbina, del equipo coordinador de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).

“Se debe gestionar el conocimiento y desarrollo de acciones prácticas de protección y restauración sostenible de los ecosistemas, desde enfoques alternativos orientados a la adopción de políticas públicas para la resiliencia al cambio climático”, afirmó.

Y agregó “se debe dar impulso también, a la agroecología como camino a la soberanía alimentaria y la recuperación y multiplicación de las semillas criollas, a través de la implementar santuarios de semillas de fácil acceso a los y las agricultoras”.

Asimismo, consideró que debe fortalecerse la “coordinación entre las comunidades” para la generación de “evidencia técnico-científica”, por medio del monitoreo hidroclimático para la toma decisiones y acciones de incidencia en defensa de los bienes comunes.

LA UNES y MESAMA demandaron más espacios territoriales y nacionales en la promoción de los de la sustentabilidad, la protección de los ecosistemas de la región y mejorar la crisis climática y ambiental.

A la Asamblea Legislativa, las comunidades reiteraron su llamado de aprobación de normativas y políticas públicas encaminadas a proteger los bienes naturales. Una Ley de Cambio Climático, de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, la de Prohibición de Agrotóxicos y ley de Basura Cero.

Al Ejecutivo, n la necesidad de seguir y monitorear para un adecuado cumplimiento de las leyes ambientales a nivel nacional y acatando las disposiciones de la Ley de Medio Ambiente, Ley Forestal, Ley de Riego y Avenamiento y la Ley de Áreas Naturales Protegidas  y de la Conservación de la Vida Silvestre.

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