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Guerrilleros de las FARC levantan el puño izquierdo al aprobar el acuerdo de paz con el gobierno de Colombia, durante la ceremonia final de la Conferencia Nacional Guerrillera en Llanos del Yari. (Foto Diario Co Latino/Carlos Antonio Lozada/AFP)

Colombia sella paz con FARC tras 52 años de guerra

Por Alina Dieste

Cartagena/AFP

Con un pomposo acto, Colombia sellará este lunes en su joya colonial de la ciudad de Cartagena, sobre el Caribe, un histórico acuerdo de paz con la guerrilla FARC para poner fin a una conflagración de más de medio siglo.

El presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, más conocido por sus nombres de guerra Timoleón Jiménez y Timochenko, firmarán el pacto alcanzado el 24 de agosto tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.

«¡Desde aquí abriremos la puerta del mañana! Colombia llena de esperanza está lista para firma de #AcuerdoDePaz y construirá un nuevo país», tuiteó el mandatario horas antes de la ceremonia, prevista a las 5:00 de la tarde, hora local, en el Patio de Banderas del centro de convenciones de «La Heroica», como se conoce a esta ciudad patrimonio de la humanidad.

Unas 2.500 personas vestidas de blanco según el protocolo, entre ellas numerosos líderes mundiales y 250 víctimas del conflicto, escucharán los discursos de quienes, enemigos por décadas, lograron lo que parecía imposible: acabar con una violencia fratricida entre guerrillas, paramilitares y agentes  del Estado que ha dejado 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados en más de medio siglo.

A la ceremonia, que durará unos 70 minutos y será transmitida en directo por televisión, asistirán 15 jefes de Estado, entre ellos el cubano Raúl Castro, anfitrión de las conversaciones auspiciadas también por Noruega, Venezuela y Chile.

Estarán además el rey emérito español Juan Carlos, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y numerosos representantes de organismos internacionales.

Colombia «es una luz para el mundo», destacó la canciller María Ángela Holguín al agradecer el apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz.

«Balígrafo» y oración

El acuerdo de paz, un texto de 297 páginas que esencialmente busca cambiar «balas por votos», promoviendo el desarme de la guerrilla y su transición a la vida política legal, se firmará con un «balígrafo», un bolígrafo construido con balas del conflicto armado.

«Las balas escribieron nuestro pasado. La educación, nuestro futuro», reza la inscripción del lapicero, una réplica del cual será obsequiado a los ilustres visitantes.

La jornada comenzó a las 8:00 de la mañana, hora local, con un homenaje a militares y policías por su «esfuerzo en favor de la paz», según la Presidencia.

Al mediodía, en la Iglesia de San Pedro Claver en la ciudad amurallada, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y enviado del papa Francisco a la firma del fin del conflicto con las FARC, oficiará una liturgia con «una oración por la reconciliación de todos los colombianos», que se replicará en todas las iglesias y lugares de culto del país.

Es un «acuerdo muy completo», e implementar lo negociado en reforma agraria, lucha contra el narcotráfico, inclusión de los exguerrilleros en procesos políticos, y aplicación de la justicia transicional, requerirá «mucho liderazgo», estimó el canciller noruego, Borge Brende, en entrevista con la AFP.

El ELN y la paz completa

Pero para entrar en vigor, el acuerdo debe ser aprobado en un plebiscito convocado para el 2 de octubre. Las últimas encuestas daban ganador al ‘Sí’.

La paz en Colombia no estará completa, sin embargo, mientras siga activo el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda guerrilla de Colombia, también alzada contra el Estado desde 1964.

Esta guerrilla y el gobierno anunciaron en marzo su intención de instalar una mesa formal de diálogos similar a la de las FARC, que aún no se ha concretado ante la reticencia del grupo armado a abandonar la práctica del  secuestro, condición impuesta por Santos para avanzar en las negociaciones.

El domingo el ELN anunció el cese de sus acciones ofensivas en los próximos días para «facilitar la participación» ciudadana en el plebiscito.

FARC ratifica acuerdos de paz

En medio de aplausos y vítores, la Décima conferencia de la guerrilla FARC anunció el viernes su ratificación del acuerdo de paz alcanzado con el gobierno de Juan Manuel Santos para acabar con más de medio siglo de conflicto armado en Colombia.

«Los guerrilleros y guerrilleras (…) han dado su respaldo unánime al Acuerdo Final de La Habana», anunció Iván Márquez, jefe negociador de las FARC en los diálogos desarrollados por casi cuatro años en Cuba.

En el remoto y caluroso paraje de El Diamante, en el sureste colombiano y donde esta semana los rebeldes analizaron lo pactado, el veterano guerrillero hizo un alto y, con solemnidad, evocó al Nobel colombiano Gabriel García Márquez: «Se acabó la guerra. Díganle a Mauricio Babilonia que ya puede soltar las mariposas amarillas».

«¡Que viva Colombia! ¡Que viva la paz!», concluyó antes de abandonar la sala de prensa instalada en medio de los verdes Llanos del Yarí, seguido por la treintena de dirigentes rebeldes que conforman el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Militantes políticos, entre ellos la exsenadora y activista Piedad Córdoba, líderes vascos cercanos a ETA y defensores de la independencia de Cataluña, se acercaban a saludarlos, y a pedirles autógrafos y ‘selfies’, en particular a Márquez.

«¡Estoy feliz! Estamos muy contentos de darle una buena noticia a Colombia», dijo a periodistas. «Nos vemos en Cartagena», se despidió, rodeado de sus guardias de seguridad, todos vestidos de civil y con la camiseta con el logo de la conferencia.

«Se acabó la guerra, vamos todos a construir la paz», escribió Timochenko en Twitter, citando las conclusiones de la conferencia.

Hacia la legalidad

La transformación de la guerrilla en un movimiento político legal ha centrado los debates de la cita que desde el sábado 17 reúne a 207 delegados de las FARC llegados de toda Colombia, según la lista definitiva divulgada por la guerrilla.

Además de los comandantes de bloques, la reunión ha congregado a miembros de la delegación de paz, así como a prisioneros e indultados de las FARC.

Se reiteró la «confianza» en la dirección de las FARC, dijo también Márquez, al destacar que ésta «ha conducido con acierto el proceso de reconciliación».

Con miras a la paz, la conferencia decidió empero ampliar los actuales 29 miembros del Estado Mayor a 61 y dispuso la realización «en los próximos meses» de un congreso que tendrá a su cargo las tareas políticas «por venir», informó.

Según fuentes de la guerrilla, ese mitín será «en abril o mayo», una vez concluya la dejación de armas y la reincorporación a la vida civil de los excombatientes prevista en el acuerdo de paz.

 «Tanto el Secretariado como el Estado Mayor Central serán los encargados de liderar la transición de las FARC hacia un partido político», señaló a la AFP el analista Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación.

Puertas abiertas

Márquez también reiteró a los disidentes del Primer Frente que tienen las «puertas abiertas para acogerlos nuevamente como integrantes de una misma familia».

Meses atrás, cuando se anunció la escisión, la guerrilla había dicho que con su proceder, «esos antiguos mandos y combatientes (…) no sólo adoptan un temerario comportamiento contrario a las determinaciones de (la dirección de las FARC), sino que chocan frontalmente con los anhelos de paz».

La apuesta a la reconciliación ha marcado estos días a esta organización nacida de una sublevación campesina en 1964.

«Vamos a salir al escenario de la política abierta y el principal reto será lograr una propuesta política que agrupe y aglutine los diversos sectores de la sociedad colombiana», dijo a la AFP el comandante Carlos Antonio Lozada, integrante del Secretariado.

Según Lozada, para esto será clave el contacto directo con la gente tras cinco décadas en la clandestinidad.

«En la medida en que tengamos posibilidad de acceder al contacto directo con las grandes mayorías del país muchas de las mentiras que se dijeron para desprestigiarnos en medio de la confrontación se irán derribando», apuntó.

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