Saúl Méndez
Colaborador
El Colectivo El Salvador Elkartasuna y la Asociación de Ayuda Humanitaria PROVIDA visitaron el caserío Los Valencias, en Santo Domingo de Guzmán, donde la comunidad los recibió con entusiasmo para presentar los avances del proyecto de asfaltado del acceso principal impulsado por la organización de origen navarro.
El colectivo considera esencial mantener un contacto directo con las comunidades y conocer de primera mano sus necesidades. Desde 2010, su misión ha sido fortalecer los entornos de aprendizaje del náhuat pipil, una lengua que sufrió una dura represión durante la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez y que posteriormente fue estigmatizada en la sociedad salvadoreña. Hoy, sin embargo, renace entre los pueblos originarios como un símbolo de identidad y orgullo indígena.
La iniciativa de desarrollo local forma parte del programa “Revitalizando el desarrollo local sostenible y la revitalización del idioma náhuat en cuatro comunidades indígenas con enfoque de derechos”, orientado a mejorar las condiciones de vida en los territorios donde funcionan las Cunas Náhuat, espacios de inmersión lingüística dirigidos a la primera infancia.
Muchos de los proyectos que han beneficiado a las comunidades de Nahuizalco, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catarina Masahuat han surgido de problemáticas históricas que los gobiernos locales no han logrado resolver, y que las propias comunidades han debido asumir para mejorar su entorno.
La delegación también recorrió el caserío El Rincón, en el mismo distrito, donde evaluó la construcción de un sistema de drenaje destinado a mitigar los efectos de las inundaciones durante la temporada de lluvias.

Ambos proyectos son financiados por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Villava-Atarrabia. Con estas inversiones se busca fortalecer el desarrollo local y, a partir de ello, contribuir a la revitalización del idioma náhuat en Sonsonate.
Durante la visita, la delegación constató de primera mano el avance de los proyectos y profundizó en las necesidades de las comunidades intervenidas.
Las natzin, o madres educadoras de las Cunas Náhuat, expresaron su agradecimiento por el apoyo brindado para fortalecer estos espacios de aprendizaje del idioma. También aprovecharon la ocasión para plantear las necesidades que aún persisten en las Cunas.
Asimismo, niñas y niños beneficiarios del programa realizaron demostraciones de su progreso en el dominio del náhuat.
Las comunidades de Santo Domingo de Guzmán esperan que este tipo de iniciativas continúen llegando al distrito para mejorar sus condiciones de vida y contribuir al renacer del idioma náhuat.
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