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Loida Martínez Avelar
Los niños salvadoreños siguen llegando solos, sin la compañía de algún adulto a la frontera sur de Estados Unidos. Los registros de las patrullas fronterizas consignan que 5,878 menores de edad provenientes de El Salvador fueron detenidos en esa frontera durante los primeros siete meses del año fiscal estadounidense 2021, comprendido entre octubre de 2020 y abril de este año.
La publicación del reporte ocurrió durante la visita a San Salvador del enviado especial de Washington, Ricardo Zúñiga, en un momento en que se reconfigura la relación bilateral tras la concentración del poder por la sustitución del fiscal general y de los magistrados de la Sala de lo Constitucional.
Solo en abril, un total de 11,033 salvadoreños abandonaron su tierra, de ellos, 2,098 son niños y niñas que viajaron sin documentos hacia Estados Unidos con la intención de reencontrarse con sus padres o familiares, salir de la pobreza o huyendo de la violencia provocada por las pandillas.
Las cifras de detenciones que han ocurrido en los últimos siete meses duplican a las que fueron realizadas en todo 2020, año en que disminuyeron las migraciones debido a los confinamientos provocados por la pandemia de la COVID-19.
El cierre completo de fronteras y el rechazo de extranjeros en países como El Salvador y Costa Rica, según organizaciones de derechos humanos, generó que las personas en movilidad y con necesidad de protección internacional quedaran expuestas a ser víctimas del tráfico ilícito de migrantes y trata de personas. Esos factores se suman a la violencia que es uno de los principales generadores de migración en la región, según el estudio “Señales de una crisis”, hecho en 2018 por organizaciones de la sociedad civil en los países del triángulo norte de Centroamérica.
La violencia es uno de los principales generadores de migración en la región; sin embargo, en los últimos dos años se han sumado otros dos factores: la inestabilidad política y los desastres provocados por los huracanes recientes.
Los expertos en migración consideran que las cifras de migrantes pudieran haber incrementado debido a la finalización de la administración Trump, que bloqueó los asilos y otros mecanismos legales de migración. Sin embargo, consideran, que aún es muy pronto para medir cuál será el rumbo de la política migratoria de Joe Biden.
El consultor independiente Pedro Pablo Solares explicó que el fenómeno de la migración es generado por diversas causas en los países de origen y de destino. El valor humano y la contribución de las y los migrantes a las sociedades donde participan no es reconocido en Estados Unidos. La dicotomía entre los derechos y la seguridad nacional interviene en la discusión del tema, dice el experto.
Ese tema fue abordado en la última etapa del Ciclo CAP de actualización para periodistas de Honduras, Guatemala y El Salvador.
La ruptura del sistema migratorio en Estados Unidos, que es notorio desde 1986, ha complicado la situación legal de los centroamericanos que viven en territorio estadounidense. El Banco Mundial reporta que en la actualidad hay 7 millones de centroamericanos viviendo en Estados Unidos.
“No existe una vía para que los migrantes, que son parte importante de la sociedad estadounidense, mejoren sus condiciones de vida”, explicó Solares.
Para el experto en migración es importante remarcar que existen causas que atraen a los migrantes hacia los países receptores y dejar de normalizar únicamente las causas que provocan la migración.
La administración de Bill Clinton, que se caracterizó por las deportaciones masivas de migrantes y la persecución dentro del territorio estadounidense, a los ojos del experto, marcó la política migratoria regional.
“El término Triángulo Norte de Centroamérica es utilizado por EUA para darle homogeneidad causal al fenómeno de la migración. Me cuesta creer que sean las mismas causas en los tres países”, concluyó Solares.
