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Oscar Martínez
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Elsábado 15 de febrero pasado murió Don Alonso Alvarado, papá de nuestros compañeros Maldonado, Paquito, Adonay y Neto.
El compañero Alonso Alvarado era el último de una generación comprometida con su gente, con su cielo y su tierra llena de vida.
Esa generación de hombres entregó a sus hijos a la revolución. Esa es una característica de nuestras luchas en donde familiones de campesinos se alzaron en armas para luchar contra el autoritarismo militar, contra los abusos de poder concentrado sólo en una clase pudiente explotadora del sudor de hombres y mujeres trabajadoras con miserables salarios.
Don Alfonso, como miles de familias obreras, campesinas, y estudiantes, entregaron todo a la revolución… ¡Y sepan que solo muero, si ustedes van aflojando!… ¡Porque el que murió peleando… ¡Vive en cada compañero!
Más o menos así dice la letra de miles de canciones que escribimos para acompañar nuestras noches y silencios de gritos de libertades de los pueblos Centroamericanos.
Hay otras canciones que hablan de los hombres imprescindibles… Y sin equivocarme, los hijos del compa Alonso son de esos hombres que continúan luchando desde trincheras diferentes en este tiempo que la guerra la libramos con las ideas, con nuestra conducta, moral y práctica coherente como indicador de los hombres y mujeres diferentes, que aún sueñan con los ideales de nuestros héroes y mártires: la emancipación de los pueblos, como el nuestro que luchó y aún continúa luchando con la memoria y su historia, con el disenso y el consenso, con la reflexión, el análisis y la síntesis para acercarnos a esa realidad socialmente construida para transformarla día, a día desde las comunidades en donde siempre encontramos almacigos de semilleros rebeldes que se incuban por las desigualdades sociales.
Acertar en las lecturas de esas realidades sigue siendo nuestra tarea. El compa Alonso, no sólo acertó en la lectura; sino también hizo su plana histórica: La Revolución Social.
El compa Alonso fue velado durante la noche del sábado 15 de febrero de 2020 en aires frescos, en el Cantón Sapotitán, del caserío Flor Amarilla, municipio de Ciudad Arce, departamento de La Libertad.
El día domingo 16 de febrero de 2020 su cuerpo fue trasladado a su destino eterno, Santa Clara, San Vicente, uno de los frentes de guerra de la guerrilla del PRTC.
