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Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Vendedores del centro histórico de San Salvador, reportaron significativas pérdidas económicas debido a la antelación con que fueron desalojados de las calles a causa de los preparativos para la toma de posesión de Nayib Bukele, como Presidente de la República, para el período comprendido entre el 1 de junio de 2019 hasta 2024.
Los comerciantes afirmaron que si bien el desalojo se llevó a cabo en común acuerdo con la alcaldía capitalina, efectuarlo cuatro días antes del evento les pareció poco acertado tomando en cuenta que de sus ingresos diarios, depende el sustento de sus familias, pago de créditos y cuotas por locales, entre otros gastos.
“No nos quitaron a la fuerza, sabemos que lo hicieron para llevar a cabo la limpieza de este sector y los dispositivos de seguridad para el evento, pero en lugar de desalojarnos cuatro días antes pudieron hacerlo el jueves o viernes para que pudiéramos vender un par de días
más”, dijo Juan Carlos Castro, vendedor de frutas y verduras, en representación de un grupo de vendedores.
Según Castro, las pérdidas económicas por no comercializar sus productos durante cuatro días seguidos asciende a unos $300 dólares, una cantidad que impacta de manera negativa en sus ingresos y les dificulta el pago de obligaciones con instituciones crediticias, al igual que con la comuna capitalina.
En el mismo sentido, María Hernández, vendedora de CDs, explicó que desde el miércoles pasado, fecha en que abandonaron sus puestos hasta el sábado las ventas disminuyeron de forma significativa, en su caso, las pérdidas ascendieron a más de $150.
“Nos afectó mucho, la verdad, ya desde el miércoles no pudimos vender y al no hacerlo se nos complica sacar los gastos en mercadería y otros productos, abonar a los créditos y el sostén de la familia”, afirmó Hernández.
Para los comerciantes resultó innecesario que se cerraran zonas relativamente lejanas a la Plaza Cívica, lugar donde se llevaría a cabo la toma de posesión de Bukele, ya que a su juicio se pudo reducir el espacio destinado para el cierre de estas vías de acceso y así minimizar el impacto negativo del cierre en la venta de productos a los transeúntes.
“En mi caso, los cuatro días sin vender me representan graves pérdidas, ya que además de pagar a quien remueva y coloque los puestos, hay que conseguir lo necesario para hacer frente a las diferentes obligaciones que se presentan a diario”, externó Reina Espinosa, comerciante de bolsos.
En visión de los comerciantes afectados por la medida, las autoridades responsables deben ejecutar un plan mejor diseñado, para efectuar los eventos sin perjudicar la labor de quienes diariamente, hacen de las calles del centro histórico de San Salvador su lugar de trabajo.
