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¿Están en crisis las arcas del Estado?

Los atrasos en pagos de salarios a los empleados del órgano Judicial, a la Asamblea Legislativa, la entrega del FODES a las alcaldías y a los excombatientes de la exguerrilla y de la Fuerza Armada dan la impresión que sí. Lamentablemente, ni el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, ni el presidente de la República, Nayib Bukele, han adoptado una actitud seria para explicarle a la nación lo que está pasando en las arcas del Estado.

Al contrario, cuando han utilizado expresiones como de castigo por no aprobar préstamos, como lo hizo el señor ministro de Hacienda, o mofándose como lo hizo el presidente Bukele, al decir este que entregaría “canastas solidarias” a los diputados y empleados de la Asamblea Legislativa hace sospechar otras cosas.

Es decir, que no se la ha cancelado a la Asamblea Legislativa porque no quieren. A finales de septiembre, el ministro de Hacienda pidió al presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce, que partiera la planilla del legislativo en tres, pues había fondos para pagarles solo a los empleados administrativos, no así a los diputados ni a los asesores.

Si ese ofrecimiento fue a finales de septiembre, seis días después Hacienda habrá recogido el millón o más para completar la planilla de la Asamblea, porque es imposible que en los primeros seis días de octubre el erario haya recibido cero centavos de dólar. Desde esta lógica, cualquiera que use el sentido común llegará a la conclusión que Hacienda, por órdenes del mandatario, no quiere pagarles para forzar una crisis entre los diputados y los empleados públicos, lo cual terminaría quién sabe en qué situación.

Lo mismo puede decirse de la falta de pago del FODES a las alcaldías, que ya suman cuatro meses de retraso y, por ende, varios cientos de millones. Aquí también hay algo que no cuadra. En primer lugar, porque si bien es cierto, el Estado ha dejado de recibir cerca de 500 millones o más en concepto de impuestos por la pandemia, lo cierto es que el erario público se ha alimentado con 1500 millones en LETES y otros 1500 millones en CETES. Además, la Asamblea Legislativa le aprobó, en los meses más difíciles por la pandemia, tres mil millones de dólares, para que los colocara en los mercados internacionales.

A lo anterior hay que agregar que de un préstamo del BID de 350 millones de dólares, cuando fue incluido en el presupuesto, la Asamblea designó 75 millones para las alcaldías. Y este dinero del BID está en efectivo en una cuenta de Hacienda, entonces, la pregunta es por qué no se les ha entregado a los alcaldes.

Y aquí vienen nuevamente las conjeturas. Negarlo para demostrar que hay crisis, o ver la respuesta desde las alcaldías o la oposición, o a saber con qué pretensiones. Esto, obviamente, es seguir jugando con fuego en la política. Por supuesto, los seguidores del mandatario aplauden estas medidas, porque de esa forma se castiga “a los mismo de siempre”, ya que no pueden echarlos a la hoguera.

Esta situación, sin lugar a dudas, pone en una grave crisis política a la nación, independientemente de que sea “solo el 3 %”, como dice el presidente y sus seguidores, pero en la medida en que se tensione el país, los niveles de protestas pueden incrementar.

Ayer, por ejemplo, las alcaldías pararon al país al realizar protestas en diferentes puntos del país, en protesta por el retraso en el pago del FODES.

El Ejecutivo, y sobre todo el Ministerio de Hacienda, deben entender que así como la pandemia ha afectado las arcas del Estado, también ha afectado las arcas de la comunas, de allí que sea apremiante el traspaso del FODES.

Habría que preguntarse si este tensionamiento político entre el Ejecutivo, la Asamblea y las alcaldías gobernadas por la oposición no va a afectar la confianza que la comunidad ha tenido sobre El Salvador, sobre todo, en el gobierno del presidente Bukele.

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