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Josué Parada
@jospadfoto
Cuando el antiguo reloj de la parroquia Nuestra Señora de Dolores en Izalco, treat Sonsonate, marca las tres de la tarde del Martes Santo, el ambiente se inunda de fervor y tradición. Un mar de túnicas moradas inunda el atrio de la iglesia y poco a poco la Avenida Morazán. La gran devoción y entrega la hacen realidad los más pequeños, los niños y niñas que no sobrepasan los 15 años, y que participan cada año en la procesión de Jesús Nazareno de los niños.
Con entusiasmo llegan acompañados de sus padres, algunos aún en brazos y otros en coches, la edad no es límite para formar parte de la solemnidad. La escena se repite desde hace 25 años, un Martes Santo de 1990, un grupo de feligreses de la parroquia Dolores inició lo que se convertiría en una tradición que busca fomentar la fe y el respeto a Dios desde los más pequeños.
De 50 niños que participaron aquella tarde, ahora son más de 400 los que cargan sobre sus hombros las imágenes de “Jesusito Nazareno” como es llamado, la Virgen Dolorosa, San Juan, María Magdalena y Verónica, escenificando la vía dolorosa de Cristo camino al Calvario. “Lo que comenzó con 50 niños en el año noventa, evolucionó. Los niños que se están formando en nuestra hermandad, están pasando a las hermandades mayores para que la tradición no muera” Explica Rodrigo Calvo Guerra, presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno de los Niños.
La procesión también une a las familias, todos los niños llegan acompañados por sus padres. José Fernando Campos llegó con su primogénito Fernando Campos Ramírez, de cinco años, quien desde que nació participa en la actividad. Emocionado carga las imágenes sacras y a pesar de su corta edad siente cariño a la tradición y aumenta su religiosidad. “La importancia que los niños participen es irlos formando en nuestras costumbres, la fe y en estos actos de religiosidad popular, la Hermandad de Jesús Nazareno de Izalco es la hermandad escuela para que todas las demás se nutran de estos viveros. Lo más importantes es acompañarlos y guiarlos en estas costumbres que son nuestras”, expresa el padre del niño. Los pequeños son ayudados y guiados por colaboradores de la hermandad al momento de cargar, para evitar que carguen todo el peso de las andas. Según los organizadores esta fue la primera procesión infantil que se realizó en El Salvador, actualmente son varios los municipios donde esta tradición también se realiza.
“Venir a cargar es bueno porque se hace por devoción a Jesús, y así aprendemos más de la fe y las tradiciones”, manifiesta Alberto González, un niño que participa en la procesión desde hace cinco años. En Izalco se ha vuelto una costumbre involucrar desde pequeños a los niños en las tradiciones de Semana Santa, los padres los visten desde que son bebés con los atuendos que usan los mayores en las procesiones del Vía Crucis y el Santo Entierro.
La tarde concluye y con ella la procesión de los infantes, sin embargo, la devoción y la fe crece cada año en los niños, que con ansías esperaran el próximo año para cargar a “Jesusito”.
Otras actividades en Izalco
A parte de la procesión de los niños, en Izalco las actividades de la Semana Mayor continúan. La Hermandad de Jesús Nazareno realiza tres procesiones, el martes, miércoles y jueves, siendo la última la principal para la organización y llamada la Procesión de los Cristos que se llevará a cabo a las dos treinta de la tarde del Jueves Santo y concluirá en la mañana del viernes. Por 16 horas recorrerá el pueblo. El Viernes Santo por la mañana se realizará el Vía crucis y el acto de crucifixión, por la tarde iniciará el Santo Entierro con una duración de doce horas.
