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¿Qué tan importantes son las Bolsas Bursátiles de Mercados para el crecimiento económico?

Mauricio Campos Huezo

Después de un tiempo de ausentarme en la reflexión de temas socioeconómicos y teológicos, muy entretenido en quehaceres de docencia de finanzas corporativas, inteligencia de mercados y gestión bancaria, participando en instituciones internacionales de ayuda humanitaria, en entender la vida y nuestros problemas sociales a la luz de las enseñanzas teológicas y en propiciar mecanismos de transparencias, retorno siempre dentro de la temática de generar discusión y reflexión, como se hizo hace un tiempito con el problema de pensiones y el estrujamiento de la población joven en el mercado laboral. Hoy tocaremos un tema por muchos desconocido, incluso en los que hacen política. ¿Qué tan importantes son las Bolsas Bursátiles de Mercados para el crecimiento económico?

La economía tiene principalmente dos grandes corrientes, la financiera y la nominal. La corriente financiera es un flujo monetario de emisión de deuda de corto plazo y de capitales de emisión de deuda de mediano y largo plazo. En esta corriente la deuda puede ser deuda fija o variable.

En la variable encontramos al stock de acciones de empresas privadas, pero en la deuda fija están principalmente las emisiones del Gobierno Central, las Letras del Tesoro que son emisiones monetarias de corto plazo, y las de más de un año son las emisiones de eurobonos que se realizan en bolsas internacionales donde se encuentran los principales inversionistas por los altos montos que se emiten, aunque a nivel doméstico pueden emitirse con la capitalización de experiencia que tiene la Bolsa de Valores en el país.

¿Cómo se fija el precio en esta bolsa? ¿Cómo se fijaron los precios de eurobonos en las primeras emisiones de deuda? ¿Cómo fijan el precio las emisiones bancarias? Un tema a desarrollar en otro artículo, así como el impacto que tiene cuando ingresa “el gobierno como la más grande empresa del país”, a conseguir liquidez para suplir su flujo de caja que suplirá la ejecutoria del presupuesto del erario público y que distribuye a todas las instituciones del Estado. ¿Qué determina el precio de sus necesidades financieras de corto plazo en una economía donde el dólar vagabundea como si fuera su casa? ¿El limitado número de inversionistas a nivel local incide en el precio?

Esto es bien determinante en la tasa de interés y la aversión al riesgo que las instituciones financieras prevén en sus políticas de captación y colocación de préstamos. Al final esta bolsa de la corriente monetaria en el país es en su mayoría una relación entre el Estado y las instituciones financieras. Es decir, el Estado representado por el Ministerio de Hacienda y los Bancos privatizados-internacionalizados, representados estos últimos por sus propios corredores de bolsa, que son parte de sus conglomerados financieros.

Queda mucho por hacer en generar incentivos al sector privado para buscar fondeos en una bolsa y transparentar sus situaciones financieras, que es el quid del asunto en mercados imperfectos, donde la competencia es cruel. Es de reconocer los esfuerzos de más de una década que implicaron la implementación de los fondos de inversión.

La otra corriente de la economía es la nominal, llamada también la corriente real de bienes y servicios. Las bolsas juegan un papel de acercar en un solo punto espacial o virtual a los compradores y vendedores, y el éxito depende de ello, qué tantos compradores y vendedores se logran reunir en ese punto espacial y/o virtual.

Es casi una simulación a lo que entendemos como acercarnos a un “mercado de competencia perfecta”, en mercados imperfectos con claras distorsiones como la salvadoreña, que no es la excepción en Latinoamérica, ya que se encuentran oligopolios, oligopsonios, colusiones, etc., requiriendo política de Estado y apoyo a bolsas de mercado que generan competitividad y limitan esas distorsiones.

Pero aquí radica el punto, donde se determinan los precios, de cómo controlar esos mercados oligopólicos o oligopsonios que permitan desarrollar los mercados, especialmente los bienes domésticos.

La mejor manera de romper estos mercados imperfectos es facilitando la participación de más participantes en una bolsa bursátil, ya que de allí depende cómo se determina el precio y es el más cercano al precio de mercado.

Esto quiere decir que el principal paradigma que las bolsas tienen es que los precios que se fijan en mecanismos bursátiles son precios de mercados aunque no necesariamente son precios justos por estar inmersos en mercados imperfectos, que son acordes a las estructuras socioeconómicas de las diferentes fuerzas que tienen los compradores o vendedores o inversionistas en el momento de la negociación.

La bolsa de bienes y servicios reúne a compradores y vendedores homogeneizados, para luego ir a un proceso de subasta inversa, basado en pujas cortas de minutos por medio de agentes de bolsa que los representan.

Al final también esta bolsa de productos es una relación de Estado con proveedores, que mueven principalmente este mercado de la corriente nominal.

Solo que el Estado en esta ocasión está más pulverizado por medio de las diferentes instituciones públicas que lo conforman y en su mayoría proveedores locales que le ofertan a estas instituciones, representados por sus respectivos agentes de bolsa cuando participan en bolsa.

Aún no existe una proveeduría única como existió en el pasado, que fue muy criticada por los exabruptos de corrupción de aquella época y hoy son más diversificados en varias oficinas de compras públicas que pueden llegar a adquirir un mismo bien y servicios a diferentes precios, con distorsiones que implican presiones de gasto al erario público y al déficit fiscal. La única manera de ajustar esas distorsiones es acercarnos a un “mercado de competencia perfecta” por medio de un mecanismo de subasta inversa. Proceso que realiza la bolsa de productos en mercado primario.

Las operaciones de mercado primario son transacciones de compra-venta que realizan los participantes por medio de sus agentes de bolsa, básicamente del sector público con el privado “aún falta mucho por hacer que los privados compren a los privados por medio de mecanismos bursátiles”.

Esto quiere decir que “el Estado en sus diferentes manifestaciones, como la más importante y grande empresa del país, su influencia en los mercados monetarios y real de la economía es altamente influyente en la economía y por ende en su crecimiento y desarrollo económico”, especialmente por la Política Fiscal que incide en el corto plazo con rezagos en el mediano y largo plazo, ante la ausencia de una política monetaria por las condiciones de fuerza que lo limita la Ley de Integración Monetaria.

Bolsas que son supervisadas por la “Superintendencia del Sistema Financiero” por medio de la “Superintendencia Adjunta de Valores”, a esta última se le debería llamar “Superintendencia Adjunta de Valores y Productos” en alusión a los dos mercados que supervisa, para indicar la importancia que tienen ambas corrientes de la economía, la monetaria y la real de bienes y servicios. La estrecha relación entre Ministerio de Hacienda y esta entidad supervisora depende el futuro de desarrollar las bolsas, por lo que debe de ser importante en sus agendas institucionales, ya que tiene una clara incidencia en la fijación de tasa de interés de corto plazo y los márgenes de intermediación bancaria, como los accesos de las PYMES, más compras por menos dinero con más volumen de insumos para sectores sensibles, con mayor cobertura del gasto, menos necesidades de más impuestos y disminución del déficit fiscal por medio de compras más competitivas con más proveedores, con evidencias que trasparentan los procesos de compra cuya trazabilidad son “auditorías limpias”, es el reto de estas bolsas, que dependen de la política gubernamental basada en la coordinación y entendimiento.

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