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Solidaridad con Cuba significa dignidad

Lic. Rafael A. Ugalde
Miembro de CIRCULO BOLIVARIANO YAMILETH LOPEZ

Las constantes y recientes reuniones de conocidos vividores de la contrarrevolución cubana para afinar, juntos al fascismo costarricense la lucha por los “derechos humanos” y la “democracia” en Cuba, convierte a Costa Rica -aprovechando el dominio de la derecha en la Casa Presidencial y la Asamblea Legislativa- en fúrica plaza de propaganda contra un pueblo y una Revolución, cuyo bloqueo comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de 60, cuesta más de $ 15 millones diarios. Multiplique eso por los 365 días del año y ahora vuelva a multiplicar eso por 61 años. ¡Astronómico! ¿Verdad?

El pueblo costarricense, ese a quien le tienen congelados los salarios, al que le quieren vender la Caja Costarricense del Seguro Social, entregar bancos a los amigos que financiaron sus campañas políticas, quebrar las universidades públicas, promover aún más la educación como negocio etc., hacemos ver que, quienes nos vienen hablar de “democracia”, “derechos humanos”, “libertad” etc., viajan siempre en primera clase, se alojan en hoteles cinco estrellas y se jactan de las comilonas con la élites del poder. Ningún pueblo les importó un bledo.

Por esta razón, el Circulo Bolivariano Yamileth López (CBYLO) siente la necesidad de pedir la solidaridad para Cuba de todos aquellos sectores que aún creen en la dignidad y los ideales por justicia e inclusión social, ciencia, educación, tecnología etc., al servicio del pueblo; en momentos que las fuerzas más oscuras, corruptas y retrogradas de Miami, Florida, en campaña para escoger candidatos para las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos, quieren convertir a Costa Rica en centro neurálgico de sus ataques sin precedentes contra el hermano pueblo cubano. Aprovechan para ello el autoritarismo del gobierno de Rodrigo Chaves y el desprestigio de la Asamblea Legislativa, con honrosas excepciones de algunos de sus diputados. Y no exageramos. Uno de estos vividores en versiones divulgadas por sus propios medios derechistas de Miami, se vanaglorió de las reuniones sostenidas en San José con altos funcionarios del Ejecutivo y del Parlamento para impulsar, desde nuestra patria, cambios en la mayor de las Antillas a como haya lugar.

Lo que ellos llaman “cambios” en Cuba no nos preocupa. Sí hay un pueblo alfabetizado en el mundo es el cubano. El país que ellos dejaron no volverá a ser casino de más de 101.886 kilómetros cuadrados para Al Capone y sus socios, ni centro de distribución de cocaína y marihuana, ni volverán aquellos partidos mafiosos que cada cierto tiempo se valían de las necesidades de los pobres, que ellos mismos fomentaban, para engañar, defraudar y traficar influencias. ¡Esa Cuba…olvídenla! ¡Junto a los que se escudan en la democracia y los derechos humanos para impulsar sueños reformistas socialdemócratas de “izquierda”, al estilo de Boric de Chile, Sánchez de España o desvelados roqueros aún víctima de sus resacas, también olvídenla. Muchos héroes y heroínas murieron para que Cuba fuera el primer país de América en desarrollar su vacuna contra la COVID 19 y ponerla al servicio de los pueblos que la necesitaran; cientos de jóvenes de todas partes de Latinoamérica y el Caribe se han graduado con excelencia como médicos, consagrando el juramento hipocrático de luchar por la vida más allá de los recursos tradicionales y ante imponiendo humanismo por encima del dinero; miles de pacientes de todo el mundo, incluidos norteamericanos y ticos, han recurrido a las ciencias y biotecnologías desarrollas por los científicos cubanos, en busca de ayuda a sus padecimientos, porque en sus países de origen no tienen cura o el tratamiento es imposible. Por ese mal ejemplo viviente que da Cuba a la derecha y al imperio del norte, dedicando de su restringido presupuesto nacional en un alto porcentaje al desarrollo científico-tecnológico, a la educación, la salud, la recreación, el cuidado a los niños y a sus adultos mayores, en forma soberana y libre, se le castiga con un bloqueo económico brutal, que es un acto de guerra en tiempo de paz y un crimen de lesa humanidad, al calor del Derecho Internacional. Ha preferido, sin embargo, vivir de pie que mendigar migajas a sus amos, ha escogido el camino del sacrificio, que renunciar a un proyecto que por la entereza mostrada durante más de medio siglo de toda clase de agresiones merece, ha dicho dos veces el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el premio mundial a la dignidad.

Solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022 las pérdidas ocasionadas por el bloqueo fue por $ 3.806 millones, lo que hubiera significado un crecimiento de 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB) para el pueblo cubano; se ha afectado la producción y los servicios en más de $ 2866.2 millones; en cuanto al área tecnológica ha significado un costo de $ 9375 millones; la afectación en cuanto a los servicios que recibe a la población ha significado un costo de$ 1563 millones y las afectaciones monetaria y financieras tienen un costo de $ 8640,2 millones, según cálculos conservadores extraoficiales provenientes de distintas fuentes.

Por eso el mundo. en 13 ocasiones consecutivas, ha condenado el bloqueo contra el pueblo cubano desde la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) donde Estados Unidos e Israel se han opuesto. A esos que claman por los derechos humanos en Cuba, les importa un bledo la salud como derecho humano, la educación, la democracia popular, donde a quienes eligen se les pida cuenta y puedan ser revocados. No les importa sí los niños comen, sí el anciano cumple con su dieta, si alguien queda ciego por falta de gotas oftalmológicas, si la mujer dio a luz a su hijo de forma decorosa. Así son los vividores y la derecha fascista en Costa Rica. Sí les importara verdaderamente los derechos humanos hubieran levantado la voz contra los barcos cárcel en alta mar establecidos por el Reino Unido contra migrantes que ellos mismos provocan con la miseria a la que condenan a naciones enteras. Estos genuflexos hipócritas no dijeron una palabra sobre derechos humanos y presos políticos, cuando a cientos de personas sin juicio justo las encerraron en la prisión de Guantánamo y en decenas de cárceles clandestinas de Estados Unidos alrededor del mundo. ¿Dónde estaban estos personajes que ahora desde una curul hablan de presos políticos y derechos humanos? Se callan complicemente, cuando se les recuerda que el periodista Julián Assange se pudre injustamente en prisión, luego de dar a conocer las masacres contra civiles en Irak y Afganistán.

En Cuba las fuerzas militares no han matado con alevosía a ningún periodista, como sí ocurrió con la reportera palestina Shirim Abuakelh en la Palestina ocupada, cuando cumplía con su labor informativa, según la ONU que investigó su asesinato. Los que claman por los presos y los derechos humanos en Cuba no le dicen a los costarricenses que hay en mazmorras israelíes casi cinco mil encarcelados, de los cuales 29 son mujeres y 160 niños. Ni festejaron con la bandera de los derechos humanos la liberación del palestino Karim Younis, quien es considerado el Mandela de Medio Oriente, pues resistió presidio y tortura durante 40 años.

En Yemen se cometió uno de los peores genocidios modernos por ordenes de Reino Unido y Estados Unidos y los preocupados “mesías” de los derechos humano brillaron por su ausencia. Se escondieron cuando bombardearon escuelas y colegios en la antigua Yugoslavia y Siria, país este último al que todos los días roban miles de barriles de petróleo.

Aquí mismo en Costa Rica hay miles de costarricenses a quienes se les viola los derechos humanos en cuanto a vivienda digna, empleo que permita a su familia comer tres veces al día, servicios de salud de calidad, seguridad ciudadana y justicia pronta y cumplida. ¡Hipócritas!

Buscan con la alharaca de los “derechos humanos”, los “presos políticos “, la “libertad” etc., empujar a nuestro país a desconocer la autodeterminación de los pueblos, el derecho humano como colectividad de vivir en paz, junto a otras tradiciones y culturas, fomentando las buenas relaciones entre cubanos y ticos, que nos dejaron nuestros visionarios antepasados.

 

Pueblo costarricense: por sus obras conocerás a los vividores de la “democracia” y los “derechos humanos”. No te dejes engañar.

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