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Debido a los señalamientos de algunas organizaciones en contra de la pequeña central hidroeléctrica “Nuevo Nahuizalco II”, la empresa Sensunapán S.A. de C.V. manifestó que el proyecto no dañará las propiedades de las comunidades aledañas e indígenas, tampoco afectará su forma de vida o tradiciones, no se destruirán viviendas, calles ni obstaculizará los accesos al río, pues el Estudio de Impacto Ambiental señala que no habrán reasentamientos.
Según la empresa, este es un proyecto comprometido con la comunidad y el medio ambiente, cuyo principal objetivo será el de generar energía limpia y renovable, sin impactos negativos o afectar la vida de las comunidades de los municipios de Sonsonate, Nahuizalco y Sonzacate. Este consiste en una pequeña central hidroeléctrica con una inversión de $7 millones, que “utilizará responsablemente el agua del río Sensunapán, produciendo electricidad de forma renovable y limpia, devolviendo el 100 % del agua al cauce del río”.
Asimismo, generará un promedio de 12 millones de kilowatt por hora al año, lo cual significa evitar anualmente la emisión al ambiente de un aproximado de 9,000 toneladas de CO2; se construirá en propiedad de la empresa debidamente adquirida e inscrita en los registros públicos correspondientes.
Se estima una reducción de gases tipo invernadero que dañan la capa de ozono, ya que no habrá emisiones a la atmósfera por ser generación de energía eléctrica limpia y renovable; también se pretende crear más de 150 empleos durante su construcción, creación de empleos para la operación, pago de impuestos a las municipalidades y continuar con proyectos de Responsabilidad Social, los cuales han ejecutado por más de 20 años beneficiando a más de 15,000 personas de la zona.
Sensunapán destacó que el proyecto “Nuevo Nahuizalco II” ha cumplido con todo el marco jurídico establecido por la Ley para los procesos de obtención de permisos, licencias y otros requerimientos. Además, han tenido acercamientos con las comunidades de la zona, las municipalidades relacionadas, instituciones y asociaciones interesadas.
De acuerdo a diversas organizaciones ambientalistas, al construir la central hidroeléctrica se podrían secar varios kilómetros del río Sensunapán, generando consecuencias como la falta de agua en las comunidades de la zona y daños irreversibles a los ecosistemas. En 2014, a esta empresa le fue rechazado este mismo proyecto, luego de una fuerte defensa de las poblaciones locales y por no sostener el argumento que la hidroeléctrica no afectaría los medios de vida de las comunidades.
