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Rima XXVII: Despierta, tiemblo al mirarte

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Despierta, tiemblo al mirarte;dormida, me atrevo a verte;por eso, alma de mi alma,yo velo mientras tú duermes.

Despierta, ríes, y al reír, tus labiosinquietos me parecenrelámpagos de grana que serpeansobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu bocapliega sonrisa leve,suave como el rastro luminosoque deja un sol que muere.-¡Duerme!

Despierta, miras, y al mirar, tus ojoshúmedos resplandecescomo la onda azul, en cuya crestachispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,tranquilo fulgor viertes,cual derrama de luz templado rayo,lámpara transparente…-¡Duerme!

Despierta, hablas, y al hablar, vibrantestus palabras parecenlluvia de perlas que en dorada copase derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu alientoacompasado y tenue,escucho yo un poema que mi almaenamorada entiende…-¡Duerme!

Sobre el corazón la manome he puesto por que no suenesu latido y de la nocheturbe la calma solemne.

De tu balcón las persianascerré ya por que no entreel resplandor enojosode la aurora y te despierte…-¡Duerme!

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«Esperanza». Fotografía: Rob Escobar. Portada Suplemento TresMil