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¿Que esperar del Gobierno frente al auge de la pandemia?… ¡Nada!

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Hace semanas los médicos denunciaban el subregistro de afectaciones de COVID-19, y los estudios de universidades  han demostrado que acciones desacertadas de Gobierno fueron desencadenantes de contagio; mal manejo de centros de contención,  las concentraciones en CENADE para reclamar el subsidio de $300, las entregas de paquetes agrícolas y alimenticios, la carencia de equipos apropiados de bioseguridad para el personal sanitario, fueron algunas de ellas.

Análisis demostraron también que los contagios comunitarios salieron de los Centros de Contención; que el personal de salud, policial, militar, de centros penales, el Asilo Sara,  han reflejado un manejo despreocupado en las medidas de protección en las esferas de Gobierno.

Y pese a haber vivido más de tres meses en cuarentena obligatoria  y tener paralizada la mayor parte de las actividades económicas y el transporte público; la realidad indica que vivimos un momento de alto contagio y de muertes.

A estas alturas serán escasas las familias que no conocen de personas afectadas o fallecidas, y para cada caso, hay una historia  de sufrimiento, de dolor, de dificultades a veces superadas y en otras con un resultado trágico. Cuando esto ocurre, para la mayoría ha quedado claro que acudir a un establecimiento de salud difícilmente se tiene la atención necesaria y por eso los registros oficiales que el Gobierno publica y reporta a los organismos internacionales como la OMS y la OPS, están muy, pero muy distantes de la realidad.

El Boletín Informativo del Consejo Municipal de Las Flores en Chalatenango testimonia el abandono del sistema de salud para aplicar pruebas a personas que padecen los síntomas del COVID-19 y que ellos indagan con visitas domiciliares; en esta alcaldía pagan servicios de salud en fines de semana para atender la población. ¿Cuántos municipios realizan procesos similares?

Pude escuchar el relato de una mujer en San Marcos que pasó lo peor de la crisis con su hijo, solos, sufriendo la enfermedad y prácticamente sin comida, relata que creía morirse y que por fin vio la luz, siente que se va a salvar; la solidaridad de mujeres le hizo llegar alimentos. ¿Cuántos casos fuera de las estadísticas gubernamentales han sufrido solos con sus familiares los efectos de esta pandemia sin auxilio alguno del Gobierno y el sistema de salud?

¿Qué decir de las victimas entre los empleados públicos que son enviados a entregar paquetes casa por casa y después de una semana se enferman, piden que les hagan pruebas, se las niegan igual que se las han negado sistemáticamente al personal de salud y policial?

Es innegable el trabajo por salvar vidas que hacen los médicos, enfermeras, anestesistas, laboratoristas, motoristas de ambulancias, personal de limpieza en los centros de salud; pero hasta los que no somos médicos entendemos después de escuchar a los médicos que se organizaron indebidamente los centros que debían atender a los pacientes de COVID-19, y que el famoso hospital especial,   resultó fallido, al punto que hasta después de inaugurar la famosa primera fase, empiezan a buscar personal en el extranjero. Buscan si -menos en Cuba- que ha apoyado a mas de 20 países de diferentes continentes.

Ni por los padecimientos de salud, ni por  conservar las fuentes de trabajo se puede esperar nada del Gobierno que no sea más sacrificio al pueblo, más medicina amarga pues. Los empleados de salud dicen que ellos deben comprar sus mascarillas, y pagar en muchos casos el transporte para asistir al trabajo; los trabajadores  deben pagar dos o tres veces el valor del pasaje de un transporte público que en la práctica ha sido eliminado.

De diálogo y colaboración institucional entre el ejecutivo, la Asamblea y la CSJ, ya ni se habla porque se ha comprendido  que para el presidente de la República esto le es totalmente ajeno, las leyes  dadas por la asamblea son vetadas y solamente se empeña en demandar estado de excepción y una cuarentena estricta, que nadie sabe lo que significa, más allá de la obligación legal de permanecer en casa.

En estas condiciones, ¿que se puede esperar del Gobierno para alivio de la población salvadoreña que vive el momento, por ahora, más alto de la pandemia? Nada se puede esperar como no sean mensajes de auto complacencia por un hospital  poco funcional y la autoproclamación de gestión excelente con la cual se auto califica y justifica  su terquedad.

Solo el pueblo salva al pueblo decíamos antes del conflicto armado, ahora décadas después, es lo que se puede afirmar ante la terquedad e incapacidad del gobierno de Bukele.

Solidaridad, confianza en la misericordia divina, y en  nuestra propia fuerza, así como  practicar medidas de autocuido. Del Gobierno no podemos esperar nada.

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