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@arpassv
La nueva legislatura tomó posesión ayer. Y el momento es propicio para plantear los principales desafíos de la gestión parlamentaria que encabezará la diputada efemelenista Lorena Peña, cheap quien asume la presidencia durante los primeros 18 meses.
En primer lugar, la presente legislatura debe profundizar la participación y la transparencia del debate parlamentario que inició en la gestión anterior con la transmisión en vivo de las sesiones plenarias y de las principales comisiones en la radio y televisión legislativa.
Esto permite a la ciudadanía el acceso directo a la discusión legislativa, sin la “mediación” de los medios de comunicación que transmiten el debate en forma fragmentada y muchas veces manipulado, sesgado y tergiversado.
En segundo lugar, la nueva gestión parlamentaria debe –igual que la anterior– contribuir a la gobernabilidad aprobando las iniciativas del Ejecutivo. La izquierda gobernante debe buscar consensos con las demás fuerzas legislativas, en especial con la derecha no oligárquica, para contrarrestar el sabotaje de ARENA.
Y en tercer lugar, la presente legislatura debe retomar las tareas urgentes que dejó pendiente la anterior gestión parlamentaria: los proyectos de ley de agua, de prohibición de la minería metálica, de medios públicos, de radiodifusión comunitaria, despenalización del aborto, entre otras.
Prioridades son también la reforma al sistema de pensiones, las medidas tributarias progresivas, medidas para combatir la violencia e inseguridad, la elección de un Fiscal General idóneo y legislar para depurar el Sistema Judicial. Además, legislar para cerrarle puertas a la evasión y la elusión tributaria.
La gestión parlamentaria que inicia también debe procurar una relación armoniosa con la Corte Suprema de Justicia, sobre todo con la Sala de lo Constitucional. Pero esto pasa también por un cambio de actitud en los magistrados que invaden constantemente las facultades legislativas.
Pero las apuestas de país caminarán en la Asamblea Legislativa si hay demanda, movilización y presión social. Por tanto, es urgente las organizaciones populares y todos los sectores revolucionarios, progresistas y democráticos participen activamente.
