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César Villalona
Hace unos días, el señor Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, aseguró que “de diciembre a enero se perdieron 11,972 empleos. En febrero se perdieron aproximadamente otros 1,000 empleos (…) La mayoría de los empleos que hemos perdido son de empresas extranjeras que han decidido mudar sus operaciones a los países vecinos; no es tanto por el salario mínimo, sino que por la actitud antiempresarial que muestra nuestro gobierno”.
Lo primero que hay que aclararle al señor Simán es que sus datos no son correctos. La evolución del empleo no se mide comparando los empleos de diciembre de un año con los empleos de los meses siguientes, pues en noviembre y diciembre siempre se generan puestos de trabajo estacionales, o sea, que duran hasta finalizar el año. Lo correcto es medir los empleos permanentes de un mes o un período con respecto al mismo mes o período del año anterior. Si el señor Simán hubiera hecho la comparación adecuada hubiese dado con la información correcta, aunque no le sirva para atacar al gobierno. La verdad es que en marzo de 2017 había 5,959 empleos más que en marzo de 2016.
Como sucede en cualquier economía, a lo largo de un año se crean empleos en algunos sectores y se pierden en otros. Pero en nuestro país el balance general es positivo. Para marzo de 2017 había 11,127 empleos más en los sectores industrial, comercial, agropecuario, transporte y construcción. Y había 5,168 empleos menos en el gobierno, el sector financiero y el sector de servicios comunales, sociales y personales. Entre los empleos generados y los perdidos, el balance fue positivo en 5,959 plazas. En una entrevista en el canal 10, del lunes 22 de mayo, el Presidente del BCR, Oscar Cabrera, refutó a Simán con estas palabras: “creo que es conveniente que su equipo de analistas de la ASI lo asesore de mejor manera; ya hemos venido insistiendo que no podemos estar comparando diciembre contra enero, vemos que es un proceso normal estacional y hay que quitárselo”.
Lo que dijo el señor Simán sobre el gobierno es igualmente desafortunado. Sus propios colegas no comparten esa opinión, pues la inversión extranjera directa el año pasado sobrepasó los 1,300 millones, una cifra muy superior a la generada durante los gobiernos de ARENA, el partido de Simán.
