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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Sin una Ley de Soberanía Alimentaria, sin una Ley General de Aguas y una Ley de Control de Plaguicidas y Agroquímicos”, no podemos hablar de un modelo económico enfocado en el bienestar de la población”, dijo Graciela Colunga, de Pro-Vida, que integran el colectivo “Campaña Justicia Climática SV”, que el próximo 27 de septiembre realizarán la “Huelga Mundial por el Clima”.
Ante la “urgencia de la situación ambiental”, el grupo de organizaciones sociales que apoya Mundubat reúne las demandas de diversos sectores desde sus agendas: ecológicas, mujeres, pueblos indígenas, soberanía alimentaria y derechos humanos; desde un modelo alternativo como el agroecológico, para preservar el planeta.
En los dos últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que han girado alertas sobre los riesgos climáticos y la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), por la diversidad biológica y recursos naturales coinciden en la “inviabilidad del actual modelo productivo y su impacto negativo en los pueblos, y de estos los de mayor vulnerabilidad ante el cambio climático”.
Entre sus observaciones del IPCC y el IPBES, la tierra que proporciona alimentos, combustible y agua dulce, se encuentra amenazada por el aumento de las temperaturas globales y el aumento sin precedentes en la historia de explotación de los recursos naturales del planeta Tierra.
Ana María Calles de ANTA reafirmó, los recursos naturales del país se encuentran en una situación “muy delicada”, y debido a esto llevaron su propuesta a la FAO, para buscar el diálogo con diferentes representantes de organizaciones, que tienen trabajo territorial y experiencia en producción agroecológica y otras iniciativas desde hace décadas; pero el personero de la FAO afirmó, que las reuniones serán con grupos de campesinos y de manera técnica.
“Estamos perdiendo nuestros cultivos, el pasto de nuestros animales y mantos acuíferos. Es un problema grave, y esto se lo planteamos al representante de la FAO, pero fue negativo y nos dijo que el proyecto de RECLIMA (Resilencia Climática para los Agroecosistemas del Corredor Seco de El Salvador), se iba a llevar a los territorios coordinados por los alcaldes. Y nos dio otras alternativas que no tienen nada que ver con nuestras propuestas, pero no nos vamos a callar, seguiremos con la voz en alto y seguiremos luchando para que RECLIMA en el corredor seco, llegue a los propios lugares que lo demandan”, sostuvo.
Con el proyecto RECLIMA que fue aprobado en 2018, las organizaciones que integran la Campaña Justicia Climática SV, pretenden que los países desarrollados que han creado el Fondo Verde del Clima (FVC), a implementarse este año, llegue realmente a las comunidades que lo necesitan. Este proyecto mundial cuenta con un monto global de 127,586,738 dólares, de los cuales $91,838,256 es aporte del país, y los restantes $35,49,612 será la contribución financiera no reembolsable por Fondo Verde del Clima, y que la FAO agencia de la ONU será la responsable de administrar dichos fondos.
“Demandamos a través de la Campaña Justicia Climática aquí en El Salvador, a esos países ricos del Norte Global, que han dañado el balance energético del planeta”, acotó Azucena Ortiz de Las Mélidas, al achacarles los estragos continentales que provocan los Gases de Efecto Invernadero (GEIS), que es la principal causa del estrés hídrico del país y planeta”, manifestó.
Betty Pérez de los Pueblos Indígenas (CCNIS) reconoció, que el sistema o modelo económico que gobierna en el mundo ha llevado a la “madre tierra”, a sufrir graves daños y que pese a muchas veces se les invisibiliza, se han articulado para ejercer sus demandas desde el nivel local, nacional, regional e internacionalmente, no solo con otros pueblos originarios, sino también con organismos de derechos humanos.
“Creemos como pueblos indígenas, que no se ha tomado conciencia de lo que esta sucediendo con el planeta, como la Amazonía que es un hábitat de los más grandes que tiene el planeta y esto traerá fuertes consecuencias de destrucción. El mundo capitalista solo ha aprendido a vivir las sequías, las inundaciones o deforestaciones, pero no ha tomado conciencia de lo que vamos a enfrentar. Queremos que el Estado salvadoreño, que la cooperación (internacional) reconozca a las organizaciones de la sociedad civil organizada, como las estructuras que pueden dar viabilidad a estos proyectos de recuperación del medio ambiente”, concluyó.
