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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
La comunidad Amando López, en el cantón La Canoa, Usulután, destaca por su base organizativa y los proyectos que desarrollan en colectivo, como la preservación de 65 manzanas de un bosque de galería, que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) les autorizó gestionar.
José Acosta, director de Voces en la Frontera, que como organización han acompañado a la comunidad Amando López, reconoció que, en un país como El Salvador, en donde una comunidad se organizó en función de proteger sus recursos naturales, era un aspecto “sumamente valioso”.
Acosta agregó que los datos oficiales del MARN dan cuenta que solo existe un 2 % del bosque original en el país, aunque expresó sus dudas de la cifra, ante el avance del monocultivo de la caña de azúcar, que depreda además del suelo, exacerba otros recursos como la extracción sin control del agua de los mantos acuíferos; la reiterada contaminación del medioambiente por agentes agrotóxicos como el glifosato que genera al final la Enfermedad Renal, en mucha población rural.
“Yo tengo mis dudas de ese 2 %, primero, porque lo vengo oyendo de hace veinte años y cada día se siguen talando los bosques para monocultivos, construcción de urbanizaciones o proyectos de infraestructura de cualquier tipo. Entonces es bueno que, a falta de verdaderas políticas públicas para proteger los bosques, que las comunidades tomen las iniciativas y estén organizadas para proteger sus recursos.
El bosque de galería o soto están documentadas científicamente como ecosistemas, cercano a ríos, lagos, lagunas, costa o cualquier acuífero. Que se constituye en una franja de “vegetación hidrófila, o sea, dependiente del recurso hídrico y está adaptada a inundaciones periódicas; pero que en muchas ocasiones se encuentra en peligro por la intervención del ser humano”.
Sobre el bosque de galería de la comunidad Amando López, José Mejía señaló que estas 65 manzanas de este bosque de ribera ha sido preservado de manera diligente por la misma comunidad que estableció sus propias normas en el manejo, como prohibir de manera determinante el pastoreo de ganado, la tala de árboles, la cacería. Y adoptaron un proceso de educación ambiental tanto para la población infantil, como adulta.
“Aquí se han hecho talleres con niños y niñas en las escuelas, se han hecho asambleas con las personas adultas y se ha discutido todas estas normas y tomado acuerdos. Las cuales se han establecido en consenso de toda la comunidad y se han respetado totalmente y esto solo se puede lograr, si no tenemos una comunidad organizada. Entonces, es muy importante el mensaje que nos está dando, la comunidad Amando López, para ser retomada en todo el país”, aseguró.
En el año 2016, el MARN señalaba que solo un 38 % del territorio contaba con algún tipo de cobertura forestal y que tres tercios del país están dispuestos a la agricultura y ganadería y solo un 17 % de la superficie conserva ecosistemas naturales. Y, para el año 2018, diversas organizaciones han reiterado la expansión del monocultivo de la caña de azúcar, sin regulación por parte de las autoridades del Gobierno. Que genera otros impactos a la producción en menor escala de la agricultura de subsistencia.
“El ejemplo de la comunidad Amando López lo pueden retomar otras comunidades de distintas regiones del país. Y puedan aprender de esta experiencia, que comienza con la organización de sus comunidades. Y es que proteger el bosque es preservar el agua, contribuir a disminuir el cambio climático, mejorar la calidad de los suelos, el rescate de todos los recursos biológicos y biodiversidad de estos bosques de galería, que tiene diferentes usos para la población”, sostuvo.
José Acosta reseñó que fue en el 2010 que la comunidad Amando López le planteó a su organización “Voces en la Frontera” el proyecto del bosque de galería, ante el Ministerio de Medio Ambiente (MARN) para que les diera la concesión a la comunidad, y ellos pudieran tener el control, manejo y protección de esas 65 manzanas de bosque de galería y que se logró este acuerdo que ha beneficiado a la población.
“Ahora estamos nuevamente en la etapa de renovar ese convenio y aunque han surgido en la actualidad, algunas dificultades -tenemos que decirlo-, eso no ha desmotivado a la comunidad de seguir trabajando en la protección del lugar. Y hay que decir también que esta área de bosque de galería, en otras comunidades vecinas en el Bajo Lempa, las han talado, cuando llegaron a estas tierras que eran del Estado, talando árboles para cultivar maíz y para disponer del pastoreo de vacas. Y la comunidad Amando López tuvo la visión de conservarlo y preservarlo de forma comunitaria”, añadió.
En cuanto al papel que juegan los bosques de galería, en los márgenes de cuerpos de agua, Acosta manifestó que, al mantener estas zonas con sus propios ecosistemas, ha permitido ayudar a la comunidad, a mitigar las inundaciones, producto de todos estos fenómenos atmosféricos, que marcan el impacto del Cambio Climático.
“Siempre escuchamos noticias que se inundó el Bajo Lempa, el Marillo, La Esperanza, pero en realidad la comunidad Amando López nunca se ha inundado, a excepción del Huracán Mitch (1998) que los azotó; pero estas 65 manzanas de bosque de galería, que están ubicadas entre el río Lempa y la comunidad, en muchas ocasiones en las que el río se ha desbordado, este bosque de galería ha amortiguado ese desbordamiento o sea ha protegido a la comunidad. En este proceso de educación, sobre todo, con la niñez en las escuelas hemos usado el mensaje “Cuida el bosque, que el bosque te cuida a ti”, que ha dejado una huella bastante positiva en la comunidad.
