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Nunca más esta lluvia: nuevas voces centroamericanas

Nunca más esta lluvia
ni esa mancha de luz
– Claribel Alegría

Cualquier selección poética es realizada con la sincera intención de fotografiar las duraderas o fugaces luces del momento. Esta labor se convierte en necesidad cuando a una región como Centroamérica, se le escapan cada vez más jóvenes los poetas que dialogan con su porción del mundo. Nombres como Luis Borja (El Salvador), Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua), William Morales (Guatemala), Gustavo Campos (Honduras) e Ignacio Aru (Costa Rica), entre otros tantos, son la muestra fehaciente de que todo esfuerzo por difundir las voces que empiezan a buscar su tono y relámpago, no es en vano, aunque hayan sido truncadas por la poesía de su propia vida.

Con esta urgencia surge la idea de crear un espacio para la nueva palabra centroamericana, aquella cuya construcción estética se encuentra anclada entre la herencia y la ruptura y busca la manera de abrirse paso entre la desoladora realidad política de nuestros países. La juventud poética centroamericana escribe en márgenes que no deberían ser márgenes: recitales autogestionados, fanzines, redes sociales y pequeñas editoriales independientes. En ellos se fragua una poética que habla de su tiempo con fuerza, que busca interpelar, incluso cuando no hay garantías de reconocimiento. La difusión no es un lujo, es una necesidad: que las nuevas voces se lean entre sí, que circulen de un país a otro, que la conversación con las genealogías sea tensa y porosa; no para desfallecer bajo el peso de los consagrados, sino para ensanchar el archivo con nuevas formas de decir.

Es así como damos por inaugurado este espacio que pretende acercar a los curiosos y sedientos un poco de calma: certeza de que la poesía centroamericana sigue desplegando nombres y búsquedas, aves que van de paso pero con un significativo aporte, o vetustos árboles que echarán raíz para crecer de manera sólida entre la maleza. Aunque tengamos la certeza de que “Nunca más esta lluvia / ni esa mancha de luz”, busquemos torcer el curso del tiempo y nadar en contra del olvido, tan presente en nuestras sociedades.

 

Javier Fuentes Vargas

 

Capitulo 1: En esa esquirla de tiempo (Guatemala)

 

Soy, en esa esquirla de tiempo

que estalla con angustia de vuelo,

un eco que recuerda

-Delia Quiñónez

Partimos del norte de la región: Guatemala. Su nueva producción literaria está marcada por la irrupción de mujeres que, con el poder de su palabra, reconocen el cuerpo que las contiene y la herencia que les da forma. María Lara y Mariela Tax esgrimen, desde sus diferencias, la experiencia de ser, de reconocerse y de interpelar su condición de mujeres: una desde la corporalidad y la experiencia sensitiva; la otra desde la espiritualidad, la herencia y la conexión con los ancestros, tan decisivos en la configuración de nuestra identidad. Con ellas se tienden los primeros puentes de este mapa literario, huellas que debemos seguir de cerca para no extraviarnos en el camino.

 

P O E S Í A

María José Lara Medina / María Lara

Nació el 23 de diciembre de 1998. Es licenciada en Periodismo y Comunicación, dedicada la edición de textos y la docencia. En 2019 ganó el II Certamen de Poesía Joven de Sión Editorial (Guatemala), con el poemario El espejo irregular. Con el poemario Naturaleza inacabada, ingresó a la colección Síntesis de Serie Periferia (Guatemala) en 2021. Su libro de textos seleccionados Simiente se integró en 2023 al proyecto de poesía centroamericana Colmenärt (Costa Rica) y su muestra de poesía Todas las vigilias forma parte de la colección Poesía en Los Confines, del Festival Internacional de Poesía Los Confines 2024 (Honduras). Con Proyecto Cultural Fantasma publicó Tensión de rotura, su poemario más reciente, en 2024 (Guatemala). Su obra ha sido publicada en revistas y antologías nacionales e internacionales.

María Lara

 

Poemas de Tensión de Rotura (2024, Proyecto Cultural Fantasma, Guatemala)

 

Cuerpo-canto

 

Ajamos la superficie de los objetos

con el maravilloso sonido

de los cuerpos

 

cuerpos que se aman

cuerpos que se duelen

cuerpos que restallan en otros cuerpos

 

nos brotan melodías raras

torcidos y hermosos llantos

mágicas y obscuras voces

se escapan

de cada pliegue

 

solo la vibración de la piel

sabrá enfrentarse

a la anulación ineluctable

de lo escrito.

 

Ígnea

 

Le sobra un incendio

a mis manos

 

no sé dónde ubicarlo

dónde sembrar

este fuego

tan capaz de alumbrar

como de borrarlo todo

 

un calor diferente nace

de llamas así

solitarias

inoportunas

se cuentan otras historias

con las sombras

con la tierra

con la carne

 

someten los mitos

a una dolorosa alquimia

hacen

de sus cenizas rutilantes

una puerta

una llaga

un cuerpo.

 

 

Apacheta

 

Soy un ser moldeado

por cada piel

arrancada de la mía

 

cómo borrar de mi cuerpo

la memoria de otros cuerpos

cuando he sido

tallada por sus manos

corroída por sus contradicciones

 

nacemos piedras solas

ahora surcamos

el día y la noche

siendo cúmulo de partes

partes mías

partes otras

partes nuestras

 

cómo borrarnos

si compartimos el lecho

de la gran herida

del mundo.

 

 

Poemas inéditos, 2025

 

I

Hago de mi cuerpo

un palimpsesto

 

saboreo la desobediencia

de reescribir las tablas

donde se talló

nuestro destino.

 

Marco mis brazos

mis piernas

mis pies

el cielo de la boca

el revés de los párpados

el filo de las costillas

con palabras prohibidas

y sílabas embriagadas

por un milenario deseo.

 

Desdigo el camino

cavado en mi vientre

para cantarle

anhelos secretos

danzas húmedas

sueños anfibios

puertas abiertas.

 

Restablezco

letra por letra

la absoluta valentía

de un mundo en ciernes

de un cuerpo-palabra

que aprende a decirse

con su propio lenguaje.

 

 

 

III

Todo esto que no digo

me dice

 

esta luz escondida

me nombra

me enuncia

con la persistencia iridiscente

de las cosas perdidas.

 

Todo esto que no digo

me dice

abre pequeñas bocas

en la raigambre donde anida

mi tránsito silente.

 

Todo esto que no digo

me dice

proclama mi cuerpo

desde el reverso

de mi nombre.

 

 

 

 

Mariela Tax – Salcajá, Quetzaltenango, Guatemala 1991. Mujer maya k’iche’. Educadora popular. Algunos de sus poemas han sido incluidos en la Antología Poetas de Quetzaltenango, Sión Editorial, 2021; en la fanzine Chonchón, Lebú, Chile, 2021; en la fanzine Chiapaneca Yomarán Jayatzame, Mujeres Poetas de Xelajú, 2022; publicada en: Salir del engaño ¿200 años? ¡Nada que celebrar! y Lienzo de Fuegos, Parutz’ Editorial, 2021. Su poesía también integra la segunda temporada de la novela Amanda López, Editorial Semilla Creativa, Buenos Aires, Argentina, 2021. Está incluida en la Antología inclusiva escrita en Braille y audiolibro publicada por el Ministerio de Cultura y Deportes y el Ministerio de Educación, 2022; ha publicado su primer libro de poesía Entre los brazos de la neblina, Parutz’ Editorial, 2023; integra junto a otras poetas guatemaltecas la Antología Novísimas Guatemala, Editorial Los Libros del Perro, 2024 y en el número 318-319 Poesía Joven de Centroamérica de la revista Casa de las Américas, La Habana, Cuba, Junio 2025.

MARIELA TAX

 

 

Tu’b’aj (Amamantar)

 

Tal vez también mamé esta urgencia de olvido.

tal vez de los pechos de mi madre brotó en vez de leche

la ausencia que alimentó mi camino.

 

Tal vez mis abuelas me gestaron

esta línea sagrada de soledad

amamantando con sus pechos

este fuerte deseo como herencia por escapar.

 

Tal vez mamé fuego y dolor en vez de leche

de otro modo no sé explicar

porqué llevo en el pecho una herida

y el deseo de exiliarme.

 

(Haré de mi cuerpo un jardín…)

 

Haré de mi cuerpo un jardín

con la esperanza de olvidar

el dolor que atraviesa mi carne.

 

 

 

Mujer triste

 

Yo soy una mujer triste

tal vez porque mamé la nostalgia

en una teta cansada de alimentar esperanzas.

 

A mí me acunó la nostalgia de un sueño perdido

disfrazado de mujer.

 

Me sostuvo con mucho amor,

un par de brazos flacos y desnutridos

que siempre vivieron ocultos bajo un güipil.

 

Sobre un par de piernas delgadas

envueltas por los jirones de un corte

la nostalgia me arrulló

mientras la pena cobraba edad

a medida que me avanzaban los años.

 

Yo soy una mujer triste

porque la teta que me alimentó

ya está cansada,

su andar es lento

y su cabello blanquecino

parece algodón.

 

Yo soy una mujer triste

porque la teta que me alimentó

está cansada de ver sequías

en donde antes solo florecían campos.

 

 

 

(Quiero que me abrace su sombra…)

 

Quiero que me abrace su sombra

que el viento me diga que está aquí

escondido entre la milpa

limpiando la maleza del terreno

y no en esa tumba donde le he dejado flores.

 

 

 

(Mi cuerpo es una extensión…)

 

Mi cuerpo es una extensión

de las raíces del árbol de mi abuelo.

 

Un extracto de piel trigueña

como herencia de mis abuelas

rodea toda mi carne.

 

Es mi cabello la sucesión de la nostalgia

que habita dormida en los cabellos blancos de mi madre.

 

Son mis manos la prolongación de la palabra libre

y el grito incesante que habita en la música de mi padre.

 

Son mis ojos la extensión de la nostalgia

que mora en la mirada de mis hermanas.

 

Son mis pies el camino andado, el sendero impreciso

el destino cubierto de flores y maleza

el regalo de lo desconocido.

 

Es mi cuerpo una extensión de la memoria colectiva

de las voces cantantes y de los deseos primitivos.

 

Esto es mi cuerpo

una extensión del universo.

 

 

Sabré ser camino

sabré ser campo

sabré ser tierra

sabré ser fuego

sabré ser viento

y sabrá mi alma de despedidas

yo que soy agua

yo que soy río.

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