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Carolina Amaya, facilitadora de la Campaña Justicia Climática. Foto Diario Co Latino / Ricardo Chicas Segura

“No podemos enfrentar el Cambio Climático, sin una ley”: Carolina Amaya

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Carolina Amaya, advice Coordinadora de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), afirmó que la recurrencia de factores climáticos extremos, como la sequías o inundaciones, aceleran y profundizan  la situación de vulnerabilidad de la población en el territorio nacional.

“No podemos enfrentar el Cambio Climático sin una ley. La UNES presentará muy pronto una propuesta ante la Asamblea Legislativa como -Campaña contra el Cambio Climático-  que hemos denominado “Ley marco para enfrentar el Cambio Climático”.

– ¿Cuáles son los principales factores dentro de esa propuesta de ley?

Se relaciona con la coordinación, articulación y operatividad  de las diferentes instancias del gobierno nacional, porque estamos siguiendo la lógica de Protección Civil. Que sea, liderada por el Gabinete de Sustentabilidad Ambiental y Vulnerabilidad que manejan la institucionalidad existente.
La idea es no crear más instituciones que a la larga no funcionan, existe un gabinete de sustentabilidad, un Consejo de Energía, a esto se añadiría  un Comité Asesor, para la participación de la sociedad civil que dará seguimiento.

El liderazgo sobre Cambio Climático estaría entre los ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) Agricultura y Ganadería (MAG), Obras Públicas (MOP) y Salud (MINSAL) ahí estamos vinculando su trabajo para que  articulen y designen las responsabilidades de cada institución en la construcción de planes, monitoreos y la incorporación de políticas públicas existentes.

– ¿Cuál es el segundo elemento?

En la gestión climática, y tiene que ver con la estrategia nacional de Cambio Climático. Creemos que toda esta parte de políticas públicas debe  coordinar, ordenar y  priorizar la gestión del clima con los instrumentos de políticas públicas existentes y las necesarias en la gestión del Cambio Climático, para enfrentar su impacto en El Salvador.
Nosotros no somos emisores al clima y tampoco somos los generadores de la contaminación, entonces, demos énfasis a la ley de adaptación al Cambio Climático.

– ¿Cuál es el tercer elemento?

Aquí hablamos de financiamiento climático. Hemos hecho un estudio en Centroamérica buscando  información y nos enteramos que los impuestos a los hidrocarburos en El Salvador y Costa Rica son los más bajos en impuestos con respecto a la región centroamericana.

Y como sabemos, una fuente de financiamiento al Cambio Climático está planteada en los impuestos a los hidrocarburos con la intención que el Estado evite tener más gastos. Y  si reducimos  el consumo de los combustibles fósiles se genera  menos contaminación, se recupera el medio ambiente, y por ahí van, las tres ideas en nuestra propuesta de ley de Cambio Climático.

– ¿Qué evaluación hacen de la situación climática del país?

Esta amenaza global del Cambio Climático es cada vez más intensa y  su  impacto en la región Centroamericana y  El Salvador en especial es severa aunque, muchos irresponsables plantean que es un problema a futuro, solo puedo decir que el Cambio Climático ya está aquí y ha venido para quedarse.

– ¿Cuáles son los parámetros para definir esa presencia?

Por cuatro años consecutivos el país ha enfrentado un déficit de lluvias, hemos pasado de inundaciones a sequías de manera veloz. Entre los años 2009 al 2011 hemos experimentados eventos extremos provocados por lluvias intensas, como la última que tuvimos la 12-E en octubre de 2011.

Esas lluvias llegaron a promediar más de 500 milímetros de agua, que es la suma promedio de un año para el país. Hasta el mismo MARN y la CEPAL cuantificaron un aproximado de del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de pérdidas solo en este evento extremo.

El siguiente año a esta inundación tuvimos sequía, la que venimos arrastrando desde el  año 2012 hasta este 2015, entonces, son cuatro años consecutivos con déficit de precipitaciones (lluvias).
Ambos eventos han dejado un impacto fuerte en el país ¿Por qué?… bueno,  somos un pueblo que vive de la agricultura, o sea, los medios de subsistencia de la población salvadoreña y sobre todo la rural que trabaja la tierra ha llegado a un punto grave.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería, que es la parte técnica científica declaró, que el pasado mes de junio fue el más caliente de los últimos 30 años;  el mismo Ministerio de Medio Ambiente  plantea en su análisis de zonas de humedad, que el departamento de La Unión registró un  -78% del índice de lluvias y en otros   lugares ha caído menos de la mitad de las lluvias que se esperaba  este año; al  28 de junio reportan  promedios de 192 milímetros de lluvia,  un 41% menos que el año pasado y en otras zonas hasta  -78% como el departamento de  La Unión.

– ¿Como está incidiendo esta situación caótica del clima?

Lo primero, no tenemos agua como antes y eso provoca  pérdida de cultivos en las comunidades más pobres como en la Zona Sur de Ahuachapán. Realizamos el año pasado un monitoreo y verificamos que no fueron impactadas drásticamente; pero la zona de Guaymango y  Jujutla del mismo departamento su producción de la primera cosecha se perdió.

Y en la zona de San Francisco Menéndez, que es un territorio marino costero,  los testimonios son que entre un 60 a 65% de la producción se perdió. A nosotros como UNES nos interesa documentar no solo la parte técnica, también la parte  vivencial, lo que la gente enfrenta año con año.

– ¿Cómo viven esta situación las mujeres que la mayoría son jefas de familia?

Una sabe que las mujeres invierten hasta 4 horas diarias para proveerse de agua para el hogar y ahora  al escasear el vital líquido tendrán que caminar mucho más o destinar recursos para la compra de alimentación a la compra del agua.

Este fenómeno no solo impacta la agricultura o provoca la escasez de agua en las comunidades que no cuentan con  agua domiciliar y potable, estas comunidades se encuentran en una posición de inseguridad alimentaria y problemas de salud.

– ¿Cuál es el reto para el Estado salvadoreño?

Aquí planteamos medidas que pueden desarrollarse de forma integral. No dudamos que los niveles de la deuda histórica-ecológica inciden, como  la degradación de los suelos y la poca cobertura vegetal, que es una vulnerabilidad construida a lo largo de los años y se convierte en un escenario fértil para que fenómenos climáticos  impactan al país.
El gobierno debe tomar medidas a diverso plazo, proponemos que el MAG y la Defensoría del Consumidor enfrenten los problemas de pérdidas de las cosechas investigando a los especuladores o  acaparadores, a fin de poner orden y con mano firme, no permitir que otros se lucren de la desgracia de los más pobres.

Otra medida es el control de las exportaciones, el año pasado el MAG emitió un decreto transitorio (mayo a agosto 2014) que prohibió  las exportaciones de frijol y resultó. Sabemos que las grandes empresas no estarán de acuerdo y protestarán, pero creemos que esto se trata de la subsistencia de la población.   

– ¿Cómo debe el gobierno manejar la prevención y adaptabilidad al Cambio Climático? 

El gobierno debe pensar en un plan estratégico como los articulados por la Dirección de Protección Civil, así como han hecho las inundaciones y la prevención del dengue y otros temas. Aquí debemos aprovechar a los delegados de Protección Civil de cada municipio y hacer llegar información clara y sencilla  a los liderazgos comunales para mejorar la prevención.

El MARN cuenta con un Observatorio Ambiental pero muchas veces siguen siendo datos o números que no bajan a la comunidad, a pesar que es información estratégica para que  la gente tome medidas de prevención o realice actividades correctivas para fortalecer los mecanismos de alerta temprana.
El gobierno debe contar con una visión más correctiva y acciones prospectivas, si sabemos que en las zonas donde hay más bosques o vegetación la sequía impacta menos; entonces, debemos  crear una moratoria permanente para que no haya más deforestación en el país – y aplaudimos la decisión de la Ministra Lina Pohl, al extender una moratoria en el Volcán de San Salvador y la Cordillera del Bálsamo- estamos enfrentando realidades dramáticas y para minimizarlas debemos de guardar la humedad en zonas boscosas y  cuidar las zonas de recarga acuífera del país.

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