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Moneda de cambio

Omar Serrano*

El que quiera ver en las medidas contra los migrantes por parte del gobierno de Donald Trump otra cosa que no sea su ADN antinmigrante todavía no ha entendido nada o lo hace por una maliciosa manipulación electorera. La verdad es que el presidente Trump ha demostrado hasta la saciedad lo que los migrantes de los países pobres significan para él y para sus seguidores que comparten con él su perfil racista, clasista, xenófobo y sexista. Su bandera de campaña fue precisamente “hacer de nuevo grande a Estados Unidos” y eso pasa por librarse de la amenaza de los migrantes para dar cabida a sus ideas nativistas, es decir, para beneficiar a los auténticos dueños del país del norte que son los blancos anglosajones.

¿Qué significan los migrantes para Donald Trump? Trump se ha referido a los migrantes con un repertorio de insultos tan prolijo que transparenta que los migrantes son los culpables de todas las cosas malas que suceden en Estados Unidos. Según el New York Times, Trump, en una conversación privada, afirmó que los haitianos refugiados en Estados Unidos llevaban el SIDA y que los nigerianos “jamás volverían a sus chozas una vez tocaran América”. De los mexicanos –y para Trump todos los latinoamericanos somos como los mexicanos- dijo que llevaban drogas, crimen y que eran violadores. De algunos países beneficiados con el TPS como El Salvador, Haití y países africanos dijo que éramos “hoyos de mierda”. El hecho de que un guatemalteco indocumentado esté acusado de atropellar al jugador de fútbol americano del equipo de los Colts Edwin Jackson ha sido utilizado por Trump para decir que los migrantes son los culpables de este tipo de cosas. Y, más recientemente, dijo que los países del triángulo norte de Centroamérica no “éramos sus amigos” porque dejábamos pasar la droga por nuestro territorio.

Es decir, para Trump los migrantes de países pobres no significan nada, o peor, son portadores de SIDA o de ese ejemplo que utilizó para referirse a los acogidos al TPS. A lo sumo los migrantes pueden ser para Trump útiles para un intercambio. Para conseguir los fondos para hacer realidad una de sus principales promesas de campaña –la construcción de un muro fronterizo con México- el impulsivo presidente norteamericano ha ofrecido legalizar a los “soñadores” acogidos al Programa de Acción Diferida para los llegados en la infancia (DACA, por sus siglas en inglés). Es decir, a lo sumo los migrantes de países pobres son para Trump, moneda de cambio, nada más.

En el libro “El peligroso caso de Donald Trump”, 27 siquiatras estadounidenses lo han considerado como “el hombre más peligroso del mundo” y califican al mandatario de narcisista, sociópata, hedonista, impulsivo, inmaduro e incompetente, entre otros atributos. Con estas características se hace más fácil entender las medidas que el presidente Trump ha implementado para afectar a los migrantes. Desde su llegada a la Casa Blanca ha priorizado las deportaciones de inmigrantes acusados de delitos sin que se les haya comprobado su culpabilidad, recuperó las comunidades seguras que permiten a los agentes de seguridad actuar como oficiales de migración, ha puesto fin a las ciudades santuarios que protegían a los migrantes, ha desatado la detención de indocumentados, ha abierto nuevos centros de detención, ha suspendido TPS a varios países, suspendió el DACA y está próxima la construcción del famoso muro con México.

En el fondo, lo que el discurso y las medidas de Trump en materia de migración están haciendo es construir un nuevo prototipo de migrantes. La imagen de ser gente trabajadora, que se sacrifica por sus seres queridos para ayudarles económicamente, que contribuyen con su trabajo y sus impuestos a la economía estadounidense, se quiere cambiar por otra imagen negativa y degradante. El migrante es el que quita el trabajo a los blancos nativos, es el que lleva el crimen, las drogas, la violencia a los Estados Unidos. Quien por sumisión o conveniencia no se atreve a cuestionar esta visión distorsionada y falsa de los migrantes se vuelve cómplice de ella y traiciona a quienes mantienen a flote la economía resquebrajada de nuestros países.

* Vicerrector de Proyección

Social de la UCA.

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