Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
De acuerdo con la historia, es a Hipócrates a quien se le atribuye la fundación de la Escuela Hipocrática en la ciudad de Cos, donde se formaron los primeros galenos de la humanidad. En este centro de estudio se creó el “juramento hipocrático”, que resume los principios éticos que guían a los médicos en el ejercicio de su profesión. Según otras efemérides, destacan que, en 1948, se redactó otro juramento hipocrático en la Convención de Ginebra,
Dicho juramento es un texto ético que recoge las obligaciones morales de los médicos para con sus pacientes, orientándolos en su labor profesional, que conlleva a los galenos a realizar sus máximos esfuerzos por salvar vidas humanas. La presente crónica tiene como objetivo honrar la memoria de ilustres facultativos que desarrollaron un apostolado de su profesión hacia los más necesitados en Santa Tecla.
Uno de estos profesionales que se recuerda con afecto es al doctor Víctor Manuel Loucel Porras (+), quien se desempeñó como alcalde de la ciudad, de acuerdo con reminiscencias de Orlando Morán, presidente de Tecleños de Corazón.
El doctor Porras fue amigo de la familia, lo que le convirtió en el médico de cabecera, quien, con la ayuda de Dios y sus conocimientos, logró solventar mi problema de oídos. Se caracterizó por su trato humano hacia sus pacientes, sin olvidar su gran corazón, ya que, si el enfermo no poseía medios económicos para pagar la consulta, nunca negó sus servicios.
Otro excelente galeno fue el doctor Rubén Alonso Rochi (+), quien a lo largo de su profesión mostró siempre su disposición de ayudar al necesitado, siendo reconocido como el “Médico de los Pobres”, por lo que la cuarta calle poniente lleva su nombre desde 2019, a iniciativa de Tecleños de Corazón y aprobado por el Concejo Municipal de esa época.
El Dr. José Alberto Viale (+), eminente cirujano y ginecólogo, quien ejerció con eficiencia y profesionalismo su labor médica, que se rememora entre la población, por su maestría en la extirpación de amígdalas entre otras dolencias; se distinguió por su carácter formal, bondadoso como médico y ser humano. Su labor altruista la desarrolló en la consulta externa del Hospital San Rafael; fue fundador de “La Gota de Leche” junto a otros notables médicos, lo que favoreció a infantes de escasos recursos en la ciudad.
De acuerdo con los recuerdos de Morán Castillo, otros galenos reconocidos fueron: José María Peralta (+) quien atendió al poeta nicaragüense Rubén Darío en su visita a nuestra ciudad; Salvador Chevez Montoya (+), Salvador Chevez Gomar (+) Luís Zaldivar (+), Luís Martínez Urquilla (+), Ricardo Ghiringello (+), Manuel Barriere (+), el gastroenterólogo Emim Roberto Hasbún (+), su hermano Juan Hasbún destacado cirujano, sin olvidar a los doctores Jesús Estrada Colindres (+), Miguel Ángel Luna (+), Godofredo Arrieta Rossi (+), quiénes fueron alcaldes de la ciudad,
Pido disculpas, si la crónica no recoge otros nombres de ilustres galenos, que dedicaron su vida al alivio del sufrimiento humano, que sería imposible mencionarlos a todos en estas líneas. ¡Felicidades médicos salvadoreños!

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