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La salida del Reino Unido, ¿es el comienzo de la división de la Unión Europea?

German Rosa, s.j.

El gran desafío que plantea el Reino Unido a la Unión Europea después del referéndum del 23 de junio es cómo hacer un diseño menos burocrático, donde se sienta no solamente el liderazgo de Alemania y otros dos países más, que haga descubrir la importancia del proyecto europeo. A partir de este evento que marca un antes y un después, la Unión Europea necesita cambios urgentes, entre los que se destacan la aplicación de una legislación económica y fiscal, dar lugar a un mayor poder de decisión al Parlamento Europeo, esto implica una democracia más efectiva, y también tomar decisiones rápidas con respecto a los temas de la inmigración y la seguridad pública. Se debe formalizar lo que se entiende por asociación de estados europeos, etc., (Cfr. Cattolica, L. C. 23 de julio 2016, nº 3986. Brexit. La Civiltà Cattolica, p. 108). Continuemos reflexionando sobre el futuro del Reino Unido y de la Unión Europea después del voto a favor de la Brexit.

1) El futuro de la Unión Europea y del Reino Unido

¿Hacia dónde va Europa? Hacia un período donde se tienen que definir muchas cosas importantes en el mundo global. Entre otras, la forma de organización política que le dará garantía al proyecto de la misma Unión entre los países del viejo continente. El mundo exige cada vez más una participación ciudadana. Las relaciones no se basan solo en el mercado, es necesario recuperar el protagonismo de la política, reconocer la importancia de la cultura, las tradiciones y la historia de los pueblos, darle el lugar que se merece a la riqueza de la pluralidad en un mundo tan globalizado pero al mismo tiempo tan dividido y fragmentado.

Si no se actualizan las instituciones europeas el proyecto de la Unión corre el riesgo de sufrir un desmembramiento sin responder de manera eficaz a los grandes desafíos del momento. La Unión no puede solamente estar basada en proyectos de relaciones financieras y comerciales, en una unión monetaria, a la que nunca entró el Reino Unido, y reclama una manera ágil y eficaz de organización política a la altura de los europeos que tienen sus propias identidades nacionales y sus tradiciones. Y el voto a favor de la Brexit subraya que la Gran Bretaña es una de las naciones que tiene la identidad más consolidada, por esta razón se resistió a formar parte de la zona del “Euro” y del espacio Schengen. Muchos de los ingleses no se identificaban más con una Unión Europea que, según su opinión, era cada vez menos democrática porque imponía políticas sin tomar en cuenta las soberanías y la especificidad de las identidades nacionales. Desde este punto de vista se cuestiona el hecho que no se tome en cuenta suficientemente la diversidad de las identidades que fundan la Unión Europea (Cfr. LAU d’ALLEMANS A., ROZÈS, A. d. Septiembre 2016, nº 4230. Le Brexit et la Crise de l’Union. Études, pp. 9 – 13).

Por otra parte, en una globalización donde todos los países están implicados, paradójicamente se hace sentir que hay una gran amenaza de la fragmentación política.

La globalización fundada en relaciones económicas truncas y asimétricas es insuficiente. Ante las grandes crisis mundiales de la seguridad ante el terrorismo y las guerras en curso, las recurrentes crisis económicas, la crisis grave de la inmigración, la vulnerabilidad ecológica, etc., hay muchas preguntas sobre cómo las enfrentará el país británico, pero también cuál será la posición de la Unión Europea ante estos problemas y la nueva relación que se establecerá con el Reino Unido.

Los problemas globales necesitan soluciones globales, los estados aislados poco pueden hacer. Tal como lo dice Herman van Rompuy, que fue el primer presidente permanente del Consejo Europeo, es preciso proteger las personas contra la especulación financiera, el fraude fiscal, el desempleo, el calentamiento climático, etc. (Euvé F. y Koenot J. 2016, t.273, nº 1411- 1412. Europa: pasado y futuro. Entrevista a Herman van Rompuy. Razón y Fe, p. 417).

El referéndum del Reino Unido ha creado crisis política dentro del mismo Reino Unido y también en la misma Europa. Inmediatamente después de conocer los resultados, líderes mundiales como Barack Obama confirmaron la alianza estratégica de los Estados Unidos con Europa y también con el Reino Unido, socios políticos y comerciales estratégicos en un mundo donde cada vez más hay un protagonismo en los mercados de los países asiáticos y del gran gigante de China. Los países del hemisferio norte están fuertemente vinculados por su historia, pero también por sus intereses económicos y políticos.

Vladimir Putin expresó que respeta la autonomía de los países europeos, y que no se debe tener ninguna injerencia extranjera en la decisión de los británicos, pero destacó algunos aspectos que valoran la fragilidad del proyecto de la Unión Europea que interpreta han influido en tal decisión: “Es una decisión de los británicos, no nos metemos en eso ni tenemos planes de hacerlo. Resulta obvio que ningún país tiene ganas de mantener las economías débiles de otros estados”. Entre otras razones, para que el Reino Unido abandone la Unión Europea, Putin señaló que está la desilusión por el sistema de seguridad europeo: “Aparentemente, los británicos no están satisfechos con la situación en la esfera de seguridad y los problemas se han agudizado últimamente por el flujo migratorio” (https://actualidad.rt.com/actualidad/211248-vladimir-putin-acusar-rusia-brexit).

El Papa Francisco en ese contexto de la Brexit, durante su viaje a Armenia, expresó lo siguiente: ““Eso nos pide a todos nosotros una gran responsabilidad para garantizar el bien del pueblo de Reino Unido y también el bien y la convivencia de todo el continente europeo espero” (http://www.infobae.com/america/mundo/2016/06/24/el-papa-francisco-hablo-del-brexit-ha-sido-la-voluntad-expresa-del-pueblo/).

2) El Reino Unido necesita a la Unión Europea y viceversa

Desde todo punto de vista, no puede existir un Reino Unido sin Europa, ni tampoco puede existir una Europa sin el Reino Unido. ¿Cuál será el tipo de relación que se establecerá después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea? Este es un tema sobre el que todavía no tenemos una respuesta satisfactoria. Lo iremos conociendo durante el desarrollo de este proceso que ha puesto en evidencia muchos aspectos importantes de la Unión Europea de las relaciones políticas globales.

El Primer Ministro Británico David Cameron, que representa el Partido Conservador, antes de la Brexit ha mostrado una tímida defensa de la Unión Europea, aunque no ha adoptado una política en contra de la Unión. Sin embargo, durante su campaña electoral se comprometió a enfrentar de una vez por todas la inquietud social del país para definir si se continuaba en la Unión Europea o no, pensando que este referéndum aclararía y extinguiría la atmósfera de incertidumbre de los británicos con respecto al viejo continente. No obstante, éste ha sido el eslabón débil de su proyecto político porque el resultado que se esperaba no era la salida del Reino Unido del proyecto de la Unión Europea.

El resultado de la Brexit no se ha celebrado con grandes pompas más bien ha sido muy sobrio el ambiente. Después del ingreso del Reino Unido a la Unión Europea, su partida deja una gran herida política.

No podemos ignorar que el Reino Unido ha dado grandes aportes al proyecto de la Unión Europea: ha impulsado la libre circulación de bienes y servicios, también de capitales sobre todo en los sectores de servicios, mercados financieros, digitales y energía. El Reino Unido está en la lista de los ocho países que tienen una economía más desarrollada. Es la primera potencia militar del viejo continente. Además ha hecho un gran aporte a la educación superior y ha jugado un rol de gran importancia en la reforma de los sectores agrario y de la pesca. Pero la Unión Europea le ha aportado al Reino Unido el crecimiento del Producto Interno Bruto británico y el mejoramiento a partir de la inauguración del mercado único europeo, y también la productividad laboral. Esta evolución favorable se explica por las inversiones directas y las finanzas.

La relación comercial del Reino Unido con los países europeos ha incrementado también la eficacia productiva de la economía británica, la competencia y la innovación tecnológica. Las inversiones directas han contribuido a la innovación de la gestión, el Reino Unido se ha convertido en uno de los países más beneficiados de las inversiones directas en Europa. De hecho Londres se ha convertido en el puente hacia Europa de las operaciones de instituciones financieras, sobre todo de los Estados Unidos, desarrollándose aceleradamente el sector financiero británico posicionando a la ciudad de Londres como un centro financiero internacional (Viguiristi, F. d. 28 de mayo 2016, nº 3982. Il Referendum Su Brexit. La Civiltà Cattolica, pp. 348 – 350).

Se vaticina un largo trayecto de negociaciones y una salida sin fuegos artificiales y con mucha incertidumbre. Inmediatamente después de conocerse los resultados del referéndum, se recolectaron 3 millones de firmas para hacer otro referéndum que revirtiera dicho resultado. Sin embargo, el mismo David Cameron dijo que no era posible. También dijo claramente que él no comenzaría el proceso de separación jurídica del Reino Unido de la Unión Europa durante su mandato.

Un día después del referéndum la población comenzó a despertar tomando conciencia de las implicaciones del mismo ante los resultados inesperados. De hecho los sondeos de opinión previos al referéndum, eran favorables a permanecer en la Unión Europea. Sin embargo, ahora comienzan a ser conscientes de las implicaciones de dichos resultados. El mismo exalcalde de Londres Boris Johnson, abanderado de la salida del Reino Unido de la UE –“Brexit”, se retractó y se negó a presentarse como candidato para pilotear la política de separación del Reino Unido de la Unión Europea. No se ha sentido capaz de asumir las consecuencias imprevisibles de dicha separación que pueden también ser no tan positivas para su propio país.

El Reino Unido es uno de los puntales económicos y un referente político universal por su cultura y su tradición democrática, por esta razón su salida de la Unión constituye un verdadero tsunami. Este acontecimiento ha comenzado un proceso que permanece abierto y no es posible prever a priori los resultados económicos, políticos y sociales en el actual contexto.

Este ambiente de incertidumbre ha tambaleado la democracia británica, a tal grado que sus mismos políticos se han planteado que en el caso de no asumir los resultados de dicho referéndum enviarían un mensaje a la diplomacia internacional de falta de seguridad política y también de falta de seriedad. Sin embargo, el resultado de dicho referéndum no es vinculante para el Parlamento Británico. Pues lo puede asumir o lo puede rechazar. La flema de los ingleses está puesta a prueba en este contexto político como no lo ha sido durante mucho tiempo. No obstante, el proceso de separación real ya ha comenzado y se va a consumar en los próximos años.

3) Los síntomas sociales subyacentes al voto a favor de la Brexit

No podemos obviar, que el voto a favor de la Brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea), es un síntoma social de protesta ante la desigualdad social cuestionando el proyecto utópico de una democracia que propone una igualdad relativamente amplia en la sociedad europea. Es una interpelación para lograr mayores espacios políticos de participación y equidad social. El voto a favor de la Brexit lo han dado los ciudadanos que se encuentran en posición menos favorable de la sociedad británica, es una protesta en contra de los más favorecidos. Además, el abstencionismo en la participación democrática también es una forma de protesta que se expresa con la renuncia a participar en el ejercicio electoral, porque la realidad social contradice el ideal propuesto de la utopía diseñada en la unión de los países europeos. En otras palabras, la democracia para ser creíble necesita un sistema político eficaz y generar cohesión social (Cfr. Costa, G. 67 / 08 – 09, agosto – settembre 2016. Tra locale e globale, rilanciamo la democrazia. Aggiornamenti Sociali, p. 535). Además, no se puede afianzar la democracia sin el pueblo, si entendemos bien la democracia, el poder lo ejercen los políticos delegados por el pueblo, porque el poder es del pueblo. El gran soberano de la democracia es el pueblo. Esto es lo que significa democracia: “demos” es pueblo, y “cratos” es poder. La democracia es el poder del pueblo.

El proyecto de la Unión Europea que ha sido diseñado para conservar la unidad y la paz después de las dos guerras mundiales se enfrenta a la gran pregunta, ¿se va a consolidar o se va a fragmentar mucho más? La crisis presente plantea la necesidad de los países europeos de consolidar dicha unidad, y para ello se deben dar pasos ágiles que superen el centralismo de Bruselas en las tomas de decisiones y se avance no solamente en el plano económico sino también en el político.

La Unión Europea ha tenido tratados de libre circulación de bienes y servicios, políticas comunes de mercado y también la libre circulación de personas en los países que han firmado el tratado Schengen. Los británicos han apostado por los dos primeros pero no tienen el propósito de mantener el respaldo al tema de la libre circulación de las personas en un contexto de una de las mayores crisis migratorias de la historia. Han mantenido su propia moneda y no han adoptado el Euro como moneda nacional. De hecho han sido incorporados en el proyecto de la Unión Europea con mucha flexibilidad y prerrogativas que no han tenido otros países de la Unión. Su visión liberal de la economía no era plenamente coherente con la visión más solidaria de las otras sociedades del viejo continente. El Reino Unido siempre ha buscado excepciones sobre los aportes sociales, la inmigración, la moneda única rehusando el euro, también sobre la libertad de circulación rechazando el tratado de Schengen. Esto hace que se suscite la pregunta sobre si realmente han estado participando a fondo de este proyecto de la Unión Europea (Cfr. Cattolica, L. C. 23 de julio 2016, nº 3986. Brexit. La Civiltà Cattolica, p. 105).

No obstante todas estas prerrogativas sus ciudadanos han decidido salir de este proyecto. Se cuestiona el hecho que un referéndum en el cual solamente han participado el 78% de los electores, y de este porcentaje de los electores la diferencia de votos a favor del sí para salir de la Unión superara solamente en un 1,9% a los que han expresado permanecer en la Unión Europea. ¿Es suficientemente consistente una decisión basada en un mínimo porcentaje con una participación de un poco más de tres cuartos de la población británica? Esta es una duda que permanece en el ambiente político y que poco a poco volverá a cuestionar los derroteros de la separación que ya han comenzado a realizar de la Unión Europea.

Evidentemente, la Brexit crea un precedente que puede impulsar los partidos nacionalistas y separatistas de Europa, contagiándolos para promover referéndum que lleven al desmembramiento de la Unión Europea. Si el Reino Unido es la potencia militar más importante de Europa, se debilitará la seguridad regional, aunque también este país saldrá afectado. Este acontecimiento debilita el proyecto de paz y prosperidad de la Unión Europea.

Por lo que respecta a los Centroamericanos, uno de los temas fundamentales es qué va a ocurrir con tantos compatriotas que han dado el salto al “charco” para buscar mejores oportunidades en el Reino Unido, y también en Europa. ¿Serán tratados injustamente cerrándoles las puertas o se les respetará sus derechos humanos como deseamos todos que se nos respeten? ¿Cambiará la política en Reino Unido y en Europa con respecto a los inmigrantes Centroamericanos o del resto del mundo que viajan para alcanzar una vida digna? Este es un tema tan importante que no podemos dejar de darle seguimiento y estar vigilantes. Además, esta nueva situación plantea la pregunta a los gobiernos de Centro América si van a adoptar una política común con respecto a la Brexit, para garantizar los derechos humanos de los ciudadanos centroamericanos que han migrado a esta parte del mundo. Otro tema importante que se debe tratar es si la Brexit cambiará las relaciones económicas y comerciales del Reino Unido y también de Europa con los países de Centroamérica; o si se va a disminuir el financiamiento de los proyectos sociales que existen de los países europeos en el istmo centroamericano. No podemos quedarnos de brazos cruzados como simples espectadores porque estos son temas que nos conciernen.

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