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La Sala de la perversidad

Carlos Mauricio Hernández

Perversa. Este calificativo aplica a la resolución de la Sala de lo Constitucional sobre el carril segregado del Sitramss. Lo es porque hay un daño intencional hacia la población que se ha visto beneficiada por este moderno sistema de transporte público. Los magistrados han seguido criterios jurídicos sin considerar que no siempre lo legal coincide con la justicia. No hay inocencia en ellos, pues saben muy bien los intereses electorales y empresariales de quienes pusieron la demanda. Tampoco pueden aducir los magistrados perversos que no conocen de la experiencia de otros países de la región que tienen un transporte similar al que se ha implantado en El Salvador con un carril segregado.

Preguntémonos ¿quiénes celebran que ya no exista un carril exclusivo para el Sitramss desde el 11 de mayo? No son ni siquiera el total de las personas que utilizan vehículos, muchas ellas con una nobleza admirable comprenden el concepto de un transporte público que ofrezca facilidades a quienes se mueven por esa vía. Quienes sí celebran con algarabía son prominentes figuras del partido Arena, ya que con el golpe de la Sala, se le da en el corazón a uno de los proyectos insignes del gobierno efemelenista. El principio por el cual se rigen es muy claro con esta situación: desbaratar cualquier acción del FMLN, independientemente de si se trata de algo que ha generado beneficio social o que sea justo o que abone al bien común. Perversidad en su máxima expresión.

Celebra también Genaro Ramírez, reconocido dirigente transportista opuesto a la modernización del transporte público, que está más preocupado por obtener jugosas ganancias que por tener unidades en buen estado o motoristas que tengan un mínimo de respeto de las reglas de tránsito y de dar servicio de calidad a usuarios. Para él, el Sitramss representa una amenaza seria, aunque para otras miles de personas represente modernización, humanización y dignificación en el uso del transporte público. Buscar por sobre todas las cosas para obtener dinero inclusive atropellando a seres humanos, es sin duda perverso.

Plantear que aboliendo el carril segregado se descongestionará el tráfico está entre lo ingenuo y absurdo. Todo apunta a que habrá más caos, más desorden y más problemas tanto para quienes van en carros particulares como para quienes seguirán haciendo uso de las modernas unidades de transporte. Los cafres al volante que desde antes del 11 de mayo han invadido el carril segregado, tienen ahora luz verde para abonar al desorden, a la ley de la selva en la carretera. Todo gracias a la Sala de lo Constitucional.

De esta manera resulta paradójico que sean estos magistrados quienes fomenten la violación al artículo primero de la Constitución Política de El Salvador, puesto que ponen al Estado en función de intereses partidistas de derecha y de empresarios arcaicos e ineptos para abonar a una solución integral al problema del tráfico. No abonan al bien común, esta resolución en específico, no busca hacer justicia frente a quienes están en una situación de desventaja social y económica. Al considerar los intereses de las mayorías que se movilizan en buses, esta Sala de lo Constitucional se ha convertido en una verdadera Sala de la perversidad.

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