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La PGR bajo la lupa criminológica: ¿Un nuevo paradigma de justicia en El Salvador?

Por Ricardo Sosa
Doctor y máster en Criminología
@jricardososa

La gestión del Procurador General de la República, el abogado René Gustavo Escobar Álvarez, durante el período 2022-2025, presenta una serie de transformaciones que merecen un análisis desde la criminología, disciplina que, más allá del delito, se ocupa de comprender las respuestas sociales e institucionales al mismo. En este sentido, la PGR salvadoreña parece estar ensayando un modelo que busca equilibrar la eficiencia punitiva con la atención a las víctimas y la prevención del delito.

Uno de los aspectos más destacables es la reestructuración institucional, que eliminó coordinaciones y unidades innecesarias. Desde la criminología, esto puede interpretarse como un intento de optimizar los recursos para una respuesta más rápida y efectiva al delito, evitando la burocratización que a menudo entorpece el acceso a la justicia. La implementación de proyectos tecnológicos como CAVAL, RPA y SIAPP refuerza esta idea, al facilitar la atención legal virtual, la gestión de casos y el intercambio de información entre instituciones. La promesa de ahorro económico y la reducción de tiempos de espera son, sin duda, un aliciente para la ciudadanía.

Sin embargo, la criminología nos obliga a ir más allá de la eficiencia procesal. La PGR ha hecho esfuerzos importantes en la atención especializada a grupos vulnerables. La creación de la Procuraduría Especializada para la Niñez y la Adolescencia, la participación en la Ley “Crecer Juntos” y la implementación de programas de prevención y apoyo psicosocial son medidas que apuntan a un enfoque más integral de la justicia juvenil. Desde la criminología, sabemos que la intervención temprana y la atención a las necesidades de los jóvenes son cruciales para prevenir la reincidencia y construir una sociedad más segura, es la prevención pura.

La atención a las mujeres víctimas de violencia es otro punto para destacar. El incremento en los servicios brindados, la implementación de la línea 24/7 “Estamos Contigo” y la creación de programas de apoyo reflejan una mayor conciencia sobre la necesidad de proteger y empoderar a este grupo especialmente vulnerable. La criminología feminista ha insistido en la importancia de abordar las desigualdades de género en el sistema de justicia, y la PGR parece estar dando pasos en esa dirección, cuenta con equipo sensibilizado, comprometido y eficiente.

La mediación también emerge como una herramienta valiosa desde la perspectiva criminológica. Al ofrecer una alternativa a la vía judicial, se promueve la resolución pacífica de conflictos, se reduce la carga en los tribunales y se fomenta la reparación del daño a las víctimas. La mediación penal, en particular, tiene el potencial de transformar la forma en que se aborda el delito, pasando de un enfoque puramente punitivo a uno más restaurativo.  Es una nueva tendencia criminológica que aún no es impulsada, ni prioridad a muchos países en América Latina.

No obstante, la gestión de la PGR no está exenta de desafíos. La criminología crítica nos recuerda que el sistema de justicia penal a menudo reproduce desigualdades sociales y que la tecnología puede ser un arma de doble filo, si no se garantiza el acceso equitativo y la protección de los datos personales. Es fundamental que la PGR continúe evaluando el impacto de sus políticas y programas, y que se mantenga abierta al diálogo con la sociedad civil y la academia.

En conclusión, la gestión del Procurador General Escobar en mi opinión está marcando un cambio importante en la forma en que se concibe y se ejerce la justicia en El Salvador. La combinación de eficiencia, tecnología y enfoque humano es un camino prometedor, pero que requiere de una vigilancia constante para asegurar que los avances beneficien a todos y no dejen a nadie atrás. El giro en la actual administración por la atención especializada, sensibilizada y proactiva por las víctimas en los grupos vulnerables es el mayor legado de su administración, así como resolver problemas estructurales de administraciones anteriores. Es recomendable un nuevo período para seguimiento y fortalecimiento de la Institución.

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