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La militarización entre la banalidad y la esencia

Las acciones emprendidas la semana recién pasada por la nueva ministra de educación, la capitana Karla Trigueros, centradas en prácticas aparentemente pueriles porque algunas ya se hacían sin necesidad de una orden “militar”, como el corte de cabello adecuado, uniforme limpio, zapatos lustrados, saludo a los maestros, etcétera, no deben leerse como tales, sino en lo simbólico, donde está la esencia.

Es cierto que el tema de la educación ha opacado otros temas tan importantes como la “militarización” de la educación. Por ejemplo, ya nadie habló de las reformas constitucionales que permiten que Nayib Bukele se reelija de forma indefinida, y que el período presidencial en vez de cinco años dure ocho.

O que Bukele, en un acto de “sacrificio”, reduzca su segundo mandato inconstitucional a tres años, y así participar nuevamente por un tercer periodo presidencial para garantizar ganar más diputados, sino mantener los mismos. Bukele sabe que las encuestas, al menos en el plano legislativo y municipal, le desfavorecen, y si bien sabe que puede ganar un tercer periodo presidencial, no garantiza tener la misma correlación legislativa, de ahí “el sacrificio”.

Este tema no debería dejarse de lado. La opinión debe mantenerlo en el debate con dos propósitos: uno, que la ciudadanía sepa que lo hecho por Bukele, al modificar reformar la Constitución es ilegal e ilegítima, hasta que el pueblo lo asimile como tal, y, dos, hacerle conciencia a la ciudadanía de la necesidad de que la oposición tenga una mayor representación en la Asamblea Legislativa para legislar a favor del pueblo y no para Casa Presidencial.

El otro tema es el desbaratamiento y, seguramente la eliminación del Ministerio de Salud a futuro, al crear la Red Nacional de Hospitales, que, en principio, sólo administrará desde Casa Presidencial, los modernos hospitales, que comenzará con el Hospital Rosales, una infraestructura que Bukele ha tardado siete años en construirlo.

La ciudadanía debe preguntarse por qué Bukele quiere hacerse cargo de la salud en el tercer nivel, mientras desatiende el segundo, y sobre todo el primer nivel, el más importante, pues es de la prevención en salud. Para ello, hay que crear debate también, hacer que la ciudadanía lea la ley.

El debate debe ser ideológico, político, técnico, académico, pero también pragmático, por la pluralidad.

Por el momento, lo que se puede pensar es que Bukele quiere el Hospital Rosales para hacer propaganda de la infraestructura y aprovecharse del manejo financiero, sobre todo.

Bukele sustituirá el Rosales porque el Hospital El Salvador, “su gran obra de la pandemia”, ya no le es funcional, pues la ciudadanía ya sabe la verdad. El cajón que construyó y vendió como el hospital más cool de Latinoamérica, y que costó cien millones de dólares, no sirve para hospital. De hecho, nadie sabe para qué sirve, salvo que tiene el nombre de hospital, mientras los equipos, incluido los médicos y el personal médico, están en los históricos pabellones del ex CIFCO.

Volviendo al tema de la ministra, lo que debe discutirse es el mensaje hacia la aceptación de la militarización, con cosas sencillas como el corte de cabello al soldado, pero de aspectos importantes como el portar el uniforme militar al presentarse a las escuelas.

El uniforme dice mucho, dice hacia dónde va el país, para ello debe militarizar la mente de los niños y niñas, de los docentes, mediante el miedo de los padres de familia, mediante la confusión.

El hecho de que la ministra sea joven, con rango de capitana, es un mensaje también a las Fuerzas Armadas. El hecho de que no haya ascenso, no quiere decir que no los tome en cuenta, que los capitanes y mayores están en su mente. De paso, garantiza que los capitanes y mayores que históricamente han dado los golpes de estado en El Salvador, estos están hoy con Bukele, sigan obedientes. Ese es el rol de la también ministra de educación.

Lo importante es que la oposición, que la ciudadanía en general sepa leer el momento, las diferentes coyunturas y prepararse para el momento futuro.

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