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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Se nos invita a ser capaces de vivir no por encima de los demás, sino ascender sabiendo servir y estar con los más necesitados, porque cuando se hace desde otra dinámica, que no es la de caminar juntos, se ve la capacidad de destrucción del ser humano, ese fue el mensaje durante la eucaristía celebrada por el sacerdote Carlos San Martín, en la Cripta de Catedral Metropolitana.
El religioso dijo que la meta es la santidad y el cielo, pero para llegar arriba es necesario aprender la dinámica de descendimiento, estar allí donde nadie quiere, ser capaces de tocar las llagas del mundo, de descender a lo más profundo y oscuro para rescatarlo, tal como hizo hace más de cuatro décadas monseñor Romero
“Vivir con dignidad y ser hijos de Dios nos implica vivir al estilo de Jesús, ser capaces como él de descender para mirar al cielo, monseñor Romero también nos enseña eso, porque va entendiendo mejor la palabra en la medida que va tocando a los más pobres. Monseñor Romero va evolucionando en la medida que aprende a descender, va acercándose a los más pobres, tocando el dolor de su pueblo y en esa misma medida va dignificando su misión y ser hijo de Dios”, sostuvo.
Asimismo, consideró que el testimonio del obispo mártir ayuda a entender cómo vivir mejor la fe, pero el llamado a vivir con dignidad la vocación de ser hijos de Dios implica anunciar, proponer y construir, aunque los conflictos y las situaciones sean complejas, es decir, mirar al cielo con esperanza y ser testigos del Dios que ama a manos llenas y quiere que nadie quede atrás.
Según San Martín, en la medida que Jesús asciende dignifica a toda la humanidad, pues no hay ganadores y perdedores, Dios gana expresando su amor a manos llenas y la humanidad recupera la dignidad y el sueño de plenitud. Esa visión de descendimiento para aprender es diferente a la del mundo, donde ascender siempre implica dejar fuera a algunos, unos ganan otros pierden; para que uno suba debe dejar de lado al otro, para que la sociedad pueda mejorar en bienestar exige como pago que una gran mayoría quede al margen del desarrollo y la justicia.
