Diario Co Latino 133 años informándote con credibilidad
Artículos relacionados
Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
En el informe del Banco Mundial –UNICEF, en colaboración con la UNESCO, hace un llamado urgente a las naciones para acitivar una mitigación por la “crisis de aprendizaje” tras la pandemia del Covid-19, en América Latina y el Caribe, afirmando que“4 de cada 5 niños de sexto grado no podrá comprender un texto simple”.
El informe presentado en ciudad de Panamá, da cuenta que esta crisis de “compresión lectora” se enmarca en la crisis aprendizaje antes de la pandemia del Coronavirus, esto representaba el “agravamiento sustancial” de esta problemática social.
“Esta nueva y alarmante estimación también sugiere que luego de dos años de cierre de escuelas en la región a causa de la COVID-19, los resultados del aprendizaje podrían haber retrocedido más de diez años”, detalla el informe del Banco Mundial-UNICEF, con colaboración de la UNESCO.
El informe titulado “Dos años después: salvando a una generación”, recalca que podría terminar constando a los alumnos de hoy una reducción de sus ingresos del 12% a lo largo de sus vidas laborales.
“América Latina y el Caribe enfrentan una crisis educativa sin precedentes que podría comprometer el desarrollo futuro de nuestros países”, afirmó, Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Sobre los niños y niñas en América Latina y el Caribe, agrega, que vivieron algunos de los cierres de escuelas por COVID-19 más largos y constantes del mundo. En promedio, desde el comienzo de la pandemia, estos alumnos y alumnas de la región perdieron parcial o completamente dos tercios de los días de clase presenciales. Las que valoraron como una pérdida estimada de 1,5 años de aprendizaje.
“El hecho de que una gran mayoría de los alumnos de sexto grado tal vez no logre comprender lo que leen, pone un signo de interrogación sobre el bienestar futuro de millones de niños que aún no desarrollaron competencias fundamentales críticas, algo que eleva el riesgo de profundizar aún más las desigualdades de larga data en la región”, acotó Jaramillo.
En cuanto a la situación de estos niños más jóvenes y por tal, vulnerables, consideran los analistas en su informe que son los “más desproporcionadamente afectados por estas pérdidas de aprendizaje”, que les ha permitido entrever los más recientes análisis y evidencias obtenidas a lo largo de la región latinoamericana y el Caribe. Que puede sentar a mediano plazo las bases para una mayor desigualdad y una crisis generacional.
“América Latina y el Caribe ya perdieron más de diez años de avances en términos de aprendizaje a causa de los dos años de cierre de escuelas por COVID-19. Y esta catástrofe educativa sigue en marcha día, tras día”, reafirmó, Jean Gough, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
Gough agregó, que si bien la mayoría de las escuelas de la región han reabierto sus aulas, es preocupante que demasiados niños y niñas no hayan podido regresar a la escuela a tiempo completo, y que muchos de los que han regresado están perdidos, y no terminan de asimilar los conocimientos y es lamentable que en ambos casos no están aprendiendo.
“Cerrar los ojos ante la crisis educativa más severa jamás enfrentada por la región perjudicará a los jóvenes de hoy, y, a todos nosotros a largo plazo”, reiteró en su mensaje Gough.
Asimismo, se presentó el informe sobre la “Situación de la pobreza de Aprendizaje a nivel mundial actualización 2022”, elaborado por el Banco Mundial, UNESCO, UNICEF, FCDO, USAID y BMGF, cuyas muestras en términos comparativos y la crisis educativa de América Latina y el Caribe, coloca a la región en el “segundo peor lugar a nivel mundial”.
Siguiendo a la región de África Subsahariana que muestra la tasa más alta de pobreza de aprendizaje, con 9 de cada 10 alumnos que no pueden leer y comprender un texto simple al final del nivel de estudios de primaria.
No obstante, para estos organismo lo más preocupante en la región de América Latina y el Caribe es el “aumento pronunciado” en este índice “pobreza de aprendizaje” que se registra desde el año 2019, a la que sigue Asia Meridional, y que según el informe, consideran que “probablemente se deba a la duración de los cierres de las escuelas”, en estos países.
“La recuperación no puede significar volver a lo mismo, es necesario priorizar la educación en la agenda pública de nuestras naciones, garantizando su adecuado financiamiento para poder realizar los objetivos propuestos”, sentenció Claudia Uribe, directora de OREALC/UNESCO, Santiago.
Uribe destacó que el resultado de la III Reunión Regional de Ministras y Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, se manifesta la urgencia de priorizar la recuperación y la transformación de los sistemas educativos para buscar una salida concreta.
Del informe “Dos años después Salvando a una Generación”, las recomendaciones de estos organismos a los gobiernos es enfocar inmediatamente sus políticas en dos estrategias esenciales insoslayables: El regreso a la escolaridad y recuperar el aprendizaje perdido.
Sobre el “regreso a la escolaridad” apuntaron que deben completar la reapertura de todas las escuelas de forma “sostenible”, a reinscribir a los estudiantes y evitar la “deserción” para mejorar el nivel de estudio.
En cuanto a la “agenda de recuperación del aprendizaje”, recomendaron que deben priorizar las habilidades fundamentales en lectura y matemáticas, evaluar el nivel de aprendizaje, y poner en marcha estrategias y programas de recuperación del aprendizaje a gran escala. Que incluye abordar de lleno las necesidades psicosociales del alumnado y cuerpo docente, además de la brecha digital con el fin de poder enfrentar los desafíos a futuro.
En cuanto a las acciones, el informe jerarquizó cuatro claves para ayudar a reencausar esta generación que se encuentra en vulnerabilidad: Colocar a la recuperación educativa en los más alto de la agenda pública, reintegrar a todos los niñas y niñas que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella; Recuperar el aprendizaje y asegurar el bienestar socioemocional de los niños y niñas, y Valorar así como apoyar y formar a las y los docentes.
