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En el marco de los 30 años del asesinato de los Mártires de la UCA, cientos de personas participan en la peregrinación de los farolillos, recordando el legado de los sacerdotes jesuitas que hoy “Llenan de Luz la Historia”. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas

El odio, la exclusión y las injusticias continúan en El Salvador

Joaquín Salazar
@JoakinSalazar

La luz de los mártires de la masacre de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) sigue iluminando y recordando los verdaderos problemas que siguen vigentes en el país. El rector de la UCA y padre Andreu Oliva denunció que El Salvador está influenciado por el odio y que ha decidido vivir de esta forma.

El padre jesuita dijo, en la homilía en conmemoración de los 30 años del asesinato de los sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, que al mirar la realidad del país, no es difícil ver la oscuridad que rodea a los salvadoreños, a través de la violencia que campea, principalmente en las comunidades, la exclusión de una muchedumbre a las que se les niega sus derechos fundamentales, como  tener un trabajo, una vivienda digna, gozar de una educación de calidad que prepare para la vida, para poder realizar sus sueños de prosperidad en su propia tierra.

“Esa oscuridad también es la injusta distribución de los bienes que permite el acaparamiento en pocas manos, la falta de empleos dignos, la situación de sufrimiento debido a la violencia intrafamiliar, el abuso sexual de niños, niñas y mujeres. Un sistema de justicia que no imparte justicia, la separación de las familias por la necesidad de migrar en busca de trabajo o la seguridad que aquí no encuentran. La indiferencia de los poderosos ante las necesidades de la gente y la trágica destrucción que estamos haciendo en el medio ambiente.

Oliva cuestionó las decisiones del nuevo gobierno, bajo el liderazgo del presidente Nayib Bukele, como la firma del acuerdo con Estados Unidos por considerar a El Salvador como “País Seguro”, para albergar a refugiados. Además la ejecución del Plan Control Territorial por su fase 1 que ha sido represiva y el papel que ha jugado la Policía Nacional Civil en cuanto al incumplimiento de los derechos humanos.

“Vemos ese peligro en la alianza que El Salvador ha hecho con Estados Unidos, en la que vemos el abuso de poder de esa gran nación al obligarlo a firmar acuerdo migratorios que no son convenientes para nuestro país, ni para nuestros  países vecinos. Aunque se nos diga que ello podrá beneficiar a nuestros hermanos salvadoreños tepecianos e incluso a los que están allá sin documentos, pero en cambio vendrán muchos millones de dólares para la inversión de nuestro país. Pero ¡cuál será el costo a pagar por todo esto? Nuevamente, estamos poniendo la confianza en el poder del dinero, y en el imperio más que en Dios y en el valor de nuestro sencillo pueblo”, afirmó.

“Sus vidas y sus muertes dejaron una huella imborrable, están en nuestro recuerdo no podemos olvidarlos, al contrario nos inspiran a seguir su ejemplo a continuar su legado, a trabajar por las mismas causas, del evangelio, las de Jesús”,

Para el sacerdote jesuita, los mártires enseñaron a amar y lo hicieron más en obras que en palabras. “su amor al hermano se hizo en trabajo e investigaciones para denunciar los abusos y las injusticia”, dijo.

La sociedad ha dejado crecer el odio. Odiando al prójimo, ante la tragedia de la violencia que vive en el país.  “A los pandilleros y junto a ellos a una gran mayoría de jóvenes inocentes que viven en las mismas zonas. Los hijos de las tinieblas han trabajado y han hecho creer que todos son criminales por igual. Y como son criminales no nos debemos preocupar por sus derechos humanos ni por sus vidas y familias”, dijo.

Con miles de velas los asistentes a la peregrinación en honor a los sacerdotes jesuitas y sus 2 colaboradoras asesinados en 1989 transmitieron el mensaje que La Luz de los mártires sigue iluminando y recordando que los problemas siguen vigentes en el país. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas

Oliva aseguró que hay muchos jóvenes que permanecen en prisión y son inocentes, ya que a ellos no se les aplica la presunción de inocencia. Además, denunció el estado en el que se encuentran los centros penitenciarios del país, y que la sociedad ha generado odio por ellos.

De igual manera, Oliva recordó aquellos sectores poblacionales que aún viven en el olvido, como la Comunidad LGBTI que aún se les niega sus derechos. A Mujeres que se encuentran recluidas en penales y viven condenadas por aborto. Muchas de ellas injustamente.

También temas como el derecho fundamental del agua, que aún no es reconocido por El Salvador, y los permisos ambientales que siguen otorgándose, para destruir el medio ambiente salvadoreño.

Ante estas injusticias, el padre Oliva recordó a Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Armando López; todos asesinados el 16 de noviembre de 1989, junto al sacerdote salvadoreño Joaquín López, Elba y Celina Ramos, ambas colaboradoras. “A los mártires los mataron aquellos que creen en las tinieblas. Pero como son hijos de la luz, viven en nuestros corazones porque nos dejaron. Hasta dar la vida de los mártires fue una vida a cooperar con la lucha de Dios. A señalar la injusticia y represión se hicieron constructores de paz. Estamos aquí porque sus vidas y sus muertes dejaron una huella importante, nos inspiran a seguir su ejemplo a seguir el mismo camino y trabajar las causas del evangelio”, comentó.

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