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EL DOMINIO DEL HÁBITO

Dr. H. Spencer Lewis (No. 2 y último)
Pasado Imperator de AMORC
Hábitos hereditarios

La mayoría de los hábitos tienen su origen en prácticas conscientes, voluntarias y determinadas. Hay algunos hábitos adquiridos, es decir, a través de acción hereditaria o inconsciente o pensamiento de nuestra parte. Estos también pueden ser dominados. Los hábitos que han sido desarrollados conscientemente, no importa cuán inconscientes ellos sean ahora, son más fácilmente dominados porque podemos rastrear su origen y ver dónde solo nosotros somos responsables de ellos.

Nada despoja al misterio de su condición sobrenatural como revelación y nada reforzará nuestra habilidad para lidiar con un hábito o proceso mental extraño como la comprensión de su origen. Yo encuentro que el psicoanálisis moderno usa este mismo pensamiento como una base para su nueva filosofía. Mientras que su terminología y procedimiento son nuevos, la base es vieja, muy vieja.

Nuestros Dioses Personificados

Al analizar cualquier hábito o considerarlo para cambio o eliminación, el primer paso es verlo como una  entidad, una cosa aparte de nuestras vidas diarias. Esto quiere decir que nos separaríamos de nosotros mismos y nos veríamos como una personificación de ese hábito. Si esto es difícil, podemos tomar el hábito y hacerlo una cosa personificada, y entonces verlo como una cosa viviente de existencia separada.

Muy pocos hábitos resistirán el escrutinio de tal examen. Si es el hábito de tomar licores intoxicantes, podemos ver claramente que el hábito de y por sí mismo no puede encontrar un lugar muy pequeño en nuestras vidas personales. Entre más intenso, más  esclavizante es dicho hábito, más parecido se vuelve en nuestro examen de este a un espíritu maligno innecesario. No podemos encontrar una sola excusa para su existencia en el plan general de las osas y encontramos  poca razón para su existencia dentro de nuestra propia consciencia de ser.

Si tomamos el hábito de fumar y lo convertimos en una personalidad nos dirá: “¡Tú no puedes quitarme, tú apenas puedes reducir mi poder, pues estoy muy bien establecido en este pequeño reino!”. Y muchos se desaniman por tales palabras en su intención por conquistar y dominar el hábito.

En seguida está el hábito de la dilación (posponer una decisión). Esta también puede personificarse como un dios. Es como un largo y pesado cuerpo, como el de una gran serpiente, tan voluminosa y gruesa para moverse rápidamente, con pereza y negligencia como su naturaleza, por lo general contaminador de varias enfermedades, el saqueador de toda pureza de acción y pensamiento,  volteándole la espalda a todo movimiento de todo cuerpo progresivo cerca de él, prefiriendo moverse hacia atrás o acostarse y dormir mientras el mundo sigue su marcha.

Cada dios se alza como un conquistador ante nosotros en tiempos críticos, pero nos abandona por entero cuando creemos  que cualquier ayuda que él pudiera prestarnos es más necesitada. Cada uno tiembla en secreto con miedo de que descubramos su verdadera naturaleza y lo suprimamos como a un ídolo falso de nuestra adoración. Cada uno está preparado con un impresionante alegato en defensa propia para la hora en que  el verdadero Dios dentro de nosotros se despierte y exija una limpieza del templo.

Ya sea que creamos o no como los orientales en sus muchos y largos períodos de contemplación de sí mismos, por lo menos podemos entregarnos a algún autoexamen y poner en fila frente a nosotros, como en un verdadera Corte de Justicia, a todos los seres villanos que residen dentro de nuestras sagradas mentes y sin ningún miedo, procesarlos. Desafiémoslos a defenderse a sí mismos contra el escrutinio de la Bondad, y arrojémoslos fuera. ¡Hágalo ahora, esta misma noche! Haga su templo puro, gane la fuerza del poder que es su derecho natural de nacimiento. ¡Está dentro de lo posible –usted solo es el amo!

Ver también

Control del pensamiento por medio de las ondas Alfa

Por Ralph M. Lewis, F.R.C. (Pasado Imperator de la Antigua y Mística Orden Rosacruz AMORC, …