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Cada 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, este día se celebra desde el año 2012 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170 en la que declaraba esta fecha de octubre como el Día Internacional de la Niña, con el objetivo de reconocer los derechos de las niñas y los problemas excepcionales que ellas confrontan en todo el mundo.
Todos los días, las niñas hacen frente a la discriminación y la violencia en todo el mundo. El Día Internacional de la Niña centra la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.
En este año 2016 el lema para este día es “Progreso de las niñas = progreso de los Objetivos: Datos sobre la situación mundial de las niñas”. Invertir en ellas, les permite construir una vida mejor y crear un mundo más pacífico y próspero para todos nosotros.
Invertir en su educación, salud y seguridad en tiempos de paz pero también en los de crisis, les ayuda a alcanzar sus sueños y dar forma a sus propias vidas. Su progreso no sólo es bueno para ellas; también lo es para sus familias, comunidades, naciones y el mundo.
Según las Naciones Unidas, mil cien millones de niñas son parte de una grande y vibrante generación mundial preparada para asumir el futuro. Sin embargo, la ambición por la igualdad de género en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pone de manifiesto las desventajas y la discriminación que pesa todos los días sobre las jóvenes. Sólo un enfoque explícito centrado en la recopilación y análisis de datos pertinentes, desglosados por sexo, puede orientar las decisiones de política y programas fundamentales, así como medir y comprender adecuadamente las oportunidades y los desafíos que enfrentan e identificar y realizar un seguimiento para avanzar hacia soluciones a sus problemas más inmediatos y limitantes.
Cuando las niñas adolescentes adquieren las herramientas necesarias para potenciar sus capacidades, llegan a ser mujeres autónomas que asumen papeles activos en la sociedad, cuidan mejor de sí mismas y de sus familias, son más productivas económicamente, se convierten en ciudadanas en pie de igualdad con los demás, sirven de agentes de cambio e impulsan el crecimiento económico de sus comunidades y sus países.
Las niñas deben ser apoyadas efectivamente durante sus años de adolescencia, las mujeres tienen el poder de cambiar el mundo, tanto como las niñas empoderadas que son, como las trabajadoras, madres, empresarias, mentoras, cabezas de familia y lideresas políticas que serán en un futuro. En este sentido es importante apostarle a iniciativas claves, que promuevan el desarrollo sostenible, el empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos, solo así se pondrá fin a todo tipo de discriminación y vulneración a la que las niñas del mundo y de El Salvador se enfrentan.
