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De acuerdo con Read, quien hasta muy poco fue vocero del grupo ecologista Extinction Rebellion, nada de lo invertido hasta ahora ayuda a revertir el cambio climático, además de que fijar el 2050 como meta para reducir a cero las emisiones de carbono causantes del llamado efecto invernadero equivale a ‘la muerte’.
Lo que necesitamos ahora es poner en practica un programa de emergencia para reducir las emisiones y un cambio urgente hacia una sociedad que priorice los alimentos, el agua y la sobrevivencia en términos locales, aseveró el activista, quien recalcó que, sin esas transformaciones, la civilización actual va camino al colapso.
El ambicioso plan anunciado este miércoles por Johnson como una ‘nueva revolución industrial verde’ que creará 250 mil puestos de trabajo contempla la prohibición de vender automóviles de gasolina y diésel a partir de 2030.
Prevé además fomentar la generación de electricidad a base de fuentes eólicas, nucleares y de hidrógeno, desarrollar tecnologías de punta para capturar el dióxido de carbono y alentar el uso de los vehículos eléctricos y las bicicletas y las caminatas.
El gobierno también ayudará a que los aviones, barcos y otras industrias sean menos contaminantes, construirá viviendas más amigables con el medioambiente, y protegerá los bosques y las reservas naturales.
Pero al igual que Read, la parlamentaria del Partido Verde Carolina Lucas no se mostró muy convencida con el megaproyecto, y en declaraciones a la cadena Sky News lo calificó de incoherente.
Según Lucas, la incoherencia radica en que mientras anuncia que se plantarán miles de árboles, el gobierno dio luz verde a la quema de grandes áreas de turba, las cuales, recordó, acumulan más dióxido de carbono que los bosques del Reino Unido.
La legisladora también criticó que no se pretenda examinar el actual sistema económico basado en alcanzar un crecimiento cada vez alto, sin reconocer el impacto que esto tiene tanto en los seres humanos como en el planeta.
El Partido Laborista consideró, por su parte, que los fondos anunciados por Johnson ni se acercan remotamente a la cantidad que se necesita para frenar la emergencia climática y el desempleo que padece el Reino Unido, además de que ‘palidecen’ si les compara con miles de millones comprometidos por países como Francia y Alemania.
De acuerdo con los laboristas, el gobierno necesita invertir cerca de 40 mil millones de dólares en los próximos 18 meses para reducir las emisiones de gases causantes del llamado efecto invernadero y apoyar la creación de 400 mil empleos.
