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Por Stéphane Orjollet/ Michel Viatteau
Grabove/AFP
La caída de un avión de línea que transportaba a 298 personas en el este de Ucrania, devastado por la guerra civil, mantenía consternada este viernes a la comunidad internacional, mientras Washington reclama una investigación exhaustiva del hecho, que atribuye al impacto de un misil.
El presidente Barack Obama pidió una investigación «rápida» y «sin trabas» durante una conversación telefónica con Mark Rutte, primer ministro de Holanda, de donde eran originarios 154 de los pasajeros que viajaban en el avión de Malaysia Airlines.
«Estados Unidos está dispuesto a contribuir con asistencia inmediata para que se haga una investigación internacional rápida, completa, creíble y sin trabas», dijo Obama, según un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
Un portavoz del Ejecutivo estadounidense pidió también un «cese el fuego inmediato» en Ucrania para la realización de la investigación del incidente, al tiempo que la agencia federal de aviación urgió a las aeronaves civiles estadounidenses evitar el espacio aéreo ucraniano.
Expertos de los servicios de inteligencia norteamericanos estimaron que el Boeing 777 que partió de Amsterdam hacia Kuala Lumpur fue abatido por un misil tierra-aire.
Los analistas están revisando la información para determinar si el misil fue disparado por separatistas prorrusos, por tropas rusas del otro lado de la frontera o por fuerzas del gobierno de Kiev, dijo a la AFP en Washington un funcionario que pidió no ser identificado.
Obama también llamó a su par ucraniano, Petro Porochenko, y ambos insistieron en que «todas las pruebas en la escena del siniestro» deben permanecer intactas hasta que investigadores internacionales puedan «examinar todos los aspectos de esta tragedia».
Las autoridades de Kiev y los rebeldes se acusaron mutuamente de haber efectuado el disparo que supuestamente causó la catástrofe.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, reforzó el pedido de una investigación internacional «creíble» y se dijo «horrorizado» por el derribo de la aeronave.
De camino a una conferencia sobre sida
Muchos de los pasajeros que se encontraban en el avión de Malaysian Airlines viajaban a una conferencia mundial sobre sida que tendrá lugar el fin de semana en Melbourne, Australia, informó el director de Onusida, Michel Sidibe. Entre ellos estaba el investigador holandés Joep Lange, figura internacional de la lucha contra esa pandemia.
Además de los 154 holandeses, el avión transportaba a 43 malasios -incluidos 15 miembros de la tripulación-, 27 australianos, 12 indonesios, nueve británicos, cuatro alemanes, cinco belgas, tres filipinos y un canadiense, según el último reporte de la aerolínea publicado este viernes.
La nacionalidad del resto de los pasajeros aún no fue determinada.
En la madrugada del viernes, algunos familiares comenzaban a congregarse en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur, capital de Malasia, en una agónica espera de noticias.
Una mujer, Akmar Mohd Noor, cuya hermana de 67 años iba a bordo del vuelo MH17, contó que acudió al aeropuerto tan pronto como vio la noticia en la televisión.
«Me había telefoneado justo antes de abordar el avión y me dijo ‘nos vemos pronto'», relató entre sollozos.
Guerra de desinformación
Los restos de decenas de cuerpos despedazados yacían en los campos que rodean el lugar en el que se estrelló el avión. La noche del jueves no había rastros de sobrevivientes en el sitio, según periodistas de la AFP.
Restos del fuselaje destrozados, incluida la cola del avión con el logo de Malaysia Airlines, así como equipaje y objetos personales estaban diseminados en una vasta zona cerca de la ciudad de Grabove, en la región ucraniana de Donetsk (este).
Los habitantes del lugar se vieron profundamente impactados por el siniestro. «Hubo un ruido enorme y una sacudida como un sismo», explicó Katia, de 62 años. «Me escondí en el sótano con mi bebé», relató Natalia, de 36 años.
Mensajes escritos -y rápidamente eliminados- en sitios web de los rebeldes y conversaciones interceptadas por los servicios de seguridad ucranianos permiten pensar que el avión fue abatido por error por los separatistas, que lo habrían tomado por un avión del Ejército de Ucrania.
Si se confirmara esta hipótesis, que debe ser tomada con prudencia en el contexto de una violenta guerra de propaganda y desinformación, la posición de los separatistas y de su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, se debilitaría de manera considerable frente a la comunidad internacional.
Sin embargo, para el presidente ruso es Ucrania quien tiene «la responsabilidad por esta terrible tragedia».
Los mercados financieros europeos y de Estados Unidos cayeron el jueves tras el siniestro por el temor de los inversores por las consecuencias sobre la economía mundial de una escalada de la tensión en esta región en crisis.
Este viernes fue el turno de las bolsas asiáticas, que iniciaron la jornada en neta baja.
La acción de Malaysia Airlines cayó cerca de un 20% en la bolsa de Kuala Lumpur. Este es el segundo avión que perdió en cuatro meses la compañía, tras la misteriosa desaparición de un aparato que viajaba a Pekín el 8 de marzo.
La Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) negocia con los separatistas prorrusos de Ucrania el establecimiento de un «pasillo humanitario» para que los investigadores internacionales accedan al lugar donde se estrelló el avión, anunció el viernes el presidente del organismo en la televisión suiza.
«Estamos hablando con los separatistas para crear un pasillo humanitario que permita el acceso a esta región para hacer las investigaciones necesarias, y también intentamos recuperar la caja negra que actualmente está en sus manos», declaró Didier Burkhalter, presidente de la OSCE y también de la Confederación Helvética.
Durante la noche del jueves al viernes se han mantenido dos videoconferencias del «grupo de contacto» sobre Ucrania (OSCE, Rusia y Ucrania), con la participación de los insurgentes, y un se establecerá un tercer contacto el viernes, precisó.
El corredor humanitario debería establecerse «desde Donetsk hasta el lugar del accidente. Se necesita acceder, poder trabajar e identificar a las víctimas», insistió.
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Fotografía: Bomberos inspeccionan el sitio donde se estrelló el avión de pasajeros de Malaysia Airlines, cerca de la aldea de Grabovo, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, el 17 de julio de 2014. (Foto Diario Co Latino/Xinhua/RIA Novosti)
