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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Con una solemne eucaristía finalizó la octava peregrinación a la Ciudad Barrios, la cuna del profeta, Monseñor Romero, la cual fue presidida por el cardenal Gregorio Rosa Chávez y concelebrada por los obispos del país.
La peregrinación Camino de Monseñor Romero es una actividad que pretende mantener viva la herencia del profeta y mártir, promoviendo siempre la oración, la reflexión y el compromiso con la justicia, la verdad y la fraternidad que tanto defendió San Oscar Arnulfo Romero.
“Este día nos hemos congregado en la fe, nos reunimos en torno a la mesa del altar una vez más, al concluir esta peregrinación para dar gracias a Dios, en el evangelio de San Juan en el capítulo 17, Jesús eleva una ferviente oración pidiendo por los discípulos”, expresó monseñor Fabio Colindres durante la homilía en Ciudad Barrios.
Dijo que Monseñor Romero en los años 80 quedaba asombrado cuando veía la indiferencia de muchos hombres y mujeres quienes querían ser felices sin Dios, él cuestionaba cómo es posible que los hombres puedan vivir sin orar, pasarse toda su vida sin pensar en Dios y tener vacía esa capacidad de lo divino y no llenarla nunca.
“En la iglesia la unidad es el distintivo máximo de la comunidad de fe, donde hay unidad está Dios, hay perdón, hay paz, porque Dios es fuerza de la vida y luz de la luz”, dijo Colindres.
Este año la peregrinación incluyó un importante llamado a la solidaridad con los migrantes, destacando un emotivo acto en el puente Cuscatlán, lugar elegido para visibilizar la difícil realidad de los migrantes y alzar la voz contra las políticas antimigratorias que vulneran la dignidad humana.
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