Alma Vilches
Samuel Amaya
@DiarioCoLatino
Entre cantos de penitencia, marchas fúnebres, oraciones sacrificios y penitencias, la feligresía católica conmemoró la pasión y muerte del Señor. La noche del Jueves se recordó con la Procesión del Silencio, el momento cuando Jesús fue capturado en el Huerto de Getsemaní y llevado ante el Sanedrín para ser juzgado.
Según el vicario parroquial de la Iglesia El Calvario, de San Salvador, Elder Armando Romero, el Viernes Santo es el día más esperado dentro del Triduo Pascual, porque es la apertura de la muerte del Señor para luego, celebrar con júbilo el triunfo del amor y de la vida sobre el pecado, dolor y sufrimiento del mundo.
“La sociedad vive un momento tan convulsionado, donde la paz es vulnerable, a pesar del dolor y sufrimiento los pobres nunca pierden la esperanza y por ende, también se convierten en modelo de la humanidad así como el mártir de Calvario, también los pobres y últimos se convierten en compromiso y esperanza, pero, sobre todo, en el afán de los cristianos de construir la civilización del amor”, destacó.
El Viernes Santo los católicos recuerdan a través del vía crucis los momentos de dolor y sufrimiento que pasó Jesús cargando la cruz y ser crucificado en el Gólgota. En el centro de San Salvador, esta procesión inició en las ruinas de la iglesia San Esteban y recorrió toda la Calle de La Amargura, hasta concluir en la parroquia El Calvario.
Tanto el Jueves como Viernes Santo muchos feligreses llegaron a las ruinas de la iglesia San Esteban, para iniciar con su penitencia a Dios, descalzos, hincados o a gatas recorren la Calle de La Amargura como una forma de expresar su agradecimiento o pidiendo un favor a Jesús.
Luego de la crucifixión de Jesús y los oficios de la pasión, se desarrolló la procesión del Santo Entierro, que recrea el texto bíblico donde se narra el descendimiento de Jesús de la cruz y posteriormente su cuerpo es depositado en un sepulcro.
Durante este cortejo procesional Jesús Yacente es colocado en una urna y acompañado por la imagen de la Virgen María, San Juan, María Magdalena y la Verónica, quienes visten de negro en señal de luto por la muerte del Redentor. Esta procesión fue una de mayor afluencia de personas, por ser en horas de la tarde cuando hay menos calor, tanto niños como adultos mayores acudieron a las principales calles del centro capitalizó.
Como es tradición el Viernes Santo, los salvadoreños expresaron su creatividad en la elaboración de las alfombras alusivas a la pasión y muerte de Jesucristo, varios capitalinos participaron en el concurso que llevó a cabo la alcaldía de San Salvador.
Solo en el centro de San Salvador, la comuna dispuso para el primer lugar un premio de $1,000, para el segundo lugar $600 y para el tercero $400. Mientras que en los distritos se otorgarán 6 premios (uno por distrito) entre $150 a $600. Las alfombras son elaboradas con aserrín o sal pintada con colores vistosos. Primero, se debe escoger el diseño a elaborar, luego pintarla a base de yeso en el pavimento y colocar la sal según el dibujo.
El Sábado Santo de Santa María tras la pérdida de su hijo, un día de dolor y tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos. Durante esta jornada, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro en silencio.
La tarde de este Sábado Santo, la feligresía católica de la parroquia El Calvario en San Salvador, recordó el dolor y sufrimiento de la Virgen María, al perder a su hijo quien entregó su vida por amor para la salvación de la humanidad.
El Sábado Santo es un día de silencio, recogimiento y reflexión para los cristianos, se recuerda la muerte de Jesús en espera de su Resurrección.
La procesión de La Soledad recuerda el luto de María ante la ausencia de su hijo, ella es un testimonio de dolor, pero también de esperanza en la resurrección de Jesús.
El Sábado Santo es el final de un largo recorrido en el que la Virgen María se une al sufrimiento de Jesús acogiendo como hijos a todos los hombres redimidos por Él.
7El Sábado Santo la iglesia se identifica con María porque es la primera creyente, en la oscuridad que envuelve la creación sólo ella permanece para mantener viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso de la resurrección, todos los cristianos están llamados a vivir el camino hacia la Casa del Padre, con la certeza de que Cristo resucitó, venció a la muerte y dio la vida eterna.
Durante la noche del Sábado Santo la iglesia católica celebra la Vigilia Pascual, donde se enciende el cirio, símbolo de Cristo Resucitado y su luz que inunda el mundo. El significado más importante del Cirio Pascual es recordar la victoria sobre la muerte de Jesucristo a través de la resurrección, simbolizada por la luz, el fuego nuevo, que ahuyenta las tinieblas de la muerte.
Al inicio de la Vigilia, la única luz es la del Cirio Pascual, luego el celebrante usa su llama y la comparte con todos los asistentes quienes portan sus propias velas, este gesto simboliza la fe que todos reciben y comparten. Al mismo tiempo, se recuerda a todos los bautizados que deben ser portadores de la luz de Cristo, testigos de su amor en medio de las circunstancias en las que viven.
La Vigilia Pascual es la celebración por excelencia de la victoria definitiva de Cristo sobre el mal, el pecado y la muerte, de entona el Pregón Pascual, poema del siglo IV que proclama el cumplimiento de todas las promesas en Cristo, quien recibe la gloria y el honor para siempre.
La liturgia de la Palabra está conformada por siete lecturas en las que se recuerda la historia de la salvación, desde la creación del mundo hasta la resurrección del Señor; se resalta la lectura del libro del Éxodo donde narra el paso del pueblo de Israel por el Mar Rojo, cuando los judíos huían de las tropas egipcias que los perseguían y fueron salvados por Dios.
Con la misa y procesión de resurrección el Domingo de Pascua, la iglesia católica culmina las actividades religiosas de la Semana Santa, ahora inicia el tiempo pascual que se inaugura en la Vigilia Pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés. Es la Pascua o paso del Señor, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa.