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Rafael Cabrera Calderón
No es posible continuar castigando al pueblo salvadoreño en un confinamiento domiciliar; no es posible continuar negándole al pueblo el que pueda transitar libremente a atender sus necesidades personales, familiares, crediticias y todo aquello relacionado a su bienestar social y económico.
No es posible continuar atendiendo las equivocadas decisiones económicas del Gobierno de turno, de continuar las cosas como están se puede caer en un abismo que a futuro será imposible superar. Podemos llegar a caer en una crisis como la de no tener los alimentos básicos de la dieta diaria por el hecho de estar nuestras industrias, comercio y agricultura en recesión.
Es urgente revertir las decisiones del Gobierno de turno, las que en principio se aceptaron como necesarias, pero que con el correr de los días se ha comprobado que todo obedece a un patrón lesivo para la convivencia de población salvadoreña.
Tenemos nuestra Constitución Política que es la que determina nuestra convivencia. El artículo 83 reza: El Salvador es un Estado soberano, la soberanía reside en el pueblo que la ejerce en la forma prescrita y dentro de los límites de la Constitución. Ningún órgano gubernamental, autoridad o funcionario podrá dictar órdenes de detención o prisión si no de conformidad con la ley, ninguna persona puede ser privada de transitar libremente por la nación o mantenerla en confinamiento sin justificación.
Pero en las actuales circunstancias, sin existir una verdadera justificación se castiga al pueblo en un confinamiento domiciliar y a otros ciudadanos solo por prevención se les tiene retenidos en albergues en los que carecen de una adecuada alimentación y carentes de medidas sanitarias y para colmo se les amenaza con prisión por el hecho de reclamar sus derechos.
No es posible continuar sujetos al actual sistema gubernamental que para conocimiento del pueblo sus actos son inconstitucionales o sea que violenta el sistema de vida de los ciudadanos negándoles sus deberes y derechos ciudadanos.
Las grandes decisiones requieren de medidas inteligentes acompañadas de una gran dosis patriótica y espiritual, capaces de hacer desaparecer el contagio de cualquier virus y no con el despliegue propagandístico del llevado y traído COVID-19.
Los estudios de intelectuales advierten que de no cambiar el rumbo de las actuales decisiones, se puede caer en una recesión la que puede llevarnos a una situación desastrosa como el cierre de miles de empresas y a la pérdida de empleo de muchos miles de salvadoreños lo que acrecentara los índices de pobreza.
Transcurrieron ya más de 70 días viviendo con el síndrome de COVID-19, y no se justifica continuar sacrificando a todo un pueblo trabajador como tampoco se justifica que no se puede transitar libremente por nuestro territorio.
Sigamos el ejemplo de naciones de Europa, Asia y América del Sur, que a pesar de haber sido focos de infección del virus coronavirus, sus gobiernos inteligentemente han decidido REABRIR SUS ECONOMÍAS Y DEJANDO DE LADO LAS CUARENTENAS DOMICILIARES. El Reino de España que fue foco de infección del COVID-19, con más de 25,000 muertes y muchos miles de contagios, ahora vive con toda normalidad, La República de China con una superpoblación fue foco de infección con muchas miles de muertes y de contagios, pero ahora ya abrió las puertas a su economía y está colaborando con toda su capacidad a que otras naciones superen los problemas de contagio.
En América del Sur las Repúblicas de Chile, Ecuador, Perú, Bolivia y Uruguay con miles de muertes y miles de contagios, sus gobiernos ya decidieron abrir sus economías y dejando en libertad a sus ciudadanos para que integren a sus trabajos con toda normalidad y a vivir su vida familiar conservando siempre medidas recomendadas.
En nuestro país El Salvador se tiene que ser consiente que la única fórmula mágica de fortalecer nuestro ritmo de vida, es dejando de lado el maldito decir de que seremos victimas del llevado y traído COVID-19, al dejar nuestro lecho de postración.
