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A 40 años del Crimen de Barbados

Comité de Solidaridad con Cuba, de Antiguo Cuscatlán

Un documento desclasificado del Departamento de Estado norteamericano que data de 1976 considera a Luis Posada Carriles como el autor más probable del acto terrorista contra un avión de Cubana de Aviación, en el cual murieron 73 personas ese año.

El memorando enviado al entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, por dos altos funcionarios de esa agencia, analiza las acusaciones del líder cubano, Fidel Castro, sobre el eventual involucramiento de Washington en el derribo de la aeronave que salió de Barbados el 6 de octubre de 1976.

El informe sacado a la luz pública el año pasado, confirma las preocupaciones de esa instancia sobre los vínculos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con grupos extremistas de emigrados cubanos en el sur del estado de Florida.

. . . El texto aborda en detalle los vínculos de la CIA con individuos señalados con el sabotaje, y cita directamente a Hernán Ricardo Lozano, Freddy Lugo, Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Frank Castro, Orlando García, Ricardo Morales Navarrete y Félix Martínez Suárez.

Especifica que la entidad solo había establecido contacto en el pasado con Posada Carriles, Bosch y Martínez Suárez, en distintas circunstancias y roles. Suárez no estuvo involucrado en el hecho, según los autores del reporte.

El documento está firmado por Harold H. Saunders, director del Buró de Inteligencia e Investigaciones del Departamento de Estado y el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Harry W. Shlaudeman.

El documento, que ya formaba parte de la colección del Archivo Nacional de Seguridad, pero en una versión censurada, fue desclasificado por la Oficina del Historiador del Departamento de Estado dentro de un volumen de documentos referidos a América Central y México, entre 1973 y 1976.

Cuba ha denunciado en múltiples escenarios internacionales que la voladura del avión fue ejecutada por agentes de la CIA, los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo, quienes pusieron los explosivos dentro del avión por orden de los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch.

Informes señalan que Posada fue entrenado por el Ejército estadounidense en las instalaciones de Fort Benning, Georgia, en los años 60 para efectuar acciones militares en Cuba mediante la llamada Operación Mangosta.

Posada Carriles, que reside en Miami desde hace varios años y vive una vejez apacible, es autor confeso de la voladura del avión de Barbados y también es señalado organizador de una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997.

(información de Prensa Latina)

. . . Hace varios años vive libremente en Miami, disfrutando de hospitalidad y protección oficial, Luis Posada Carriles, prófugo de la justicia venezolana, buscado por la Interpol, reclamado por Caracas desde 1985 –mucho antes de la Revolución bolivariana- donde era juzgado como autor intelectual de la destrucción del avión en Barbados.

La Convención Internacional de Montreal sobre la protección a la aviación civil –obligatoria para todos, incluso Estados Unidos- es muy precisa: El Estado que tenga en su territorio a alguien sospechoso de estar vinculado a un acto terrorista contra la aviación civil deberá extraditarlo para que sea juzgado por quien lo solicita o tendrá que someterlo a juicio en el país donde se encuentra como si el

crimen hubiera tenido lugar allí.

Posada era mucho más que un “sospechoso”. Era el acusado principal del horrendo acto. Pero Estados Unidos se niega a extraditarlo a Venezuela y tampoco lo somete a sus propios tribunales.

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